Escritura Social

Para leer...

Lee las últimas entradas de Escritura Social.

from fjromero

Las interfaces también avanzan

Me gusta observar cómo usan la tecnología las personas mayores, más que nada para ver las carencias que suelen tener las interfaces y que ocasionan no pocos problemas de uso. Suele ser habitual ver cómo personas más jóvenes intentan explicarles usos comunes mientras pierden la paciencia porque creen que los mayores (y ellos mismos) han nacido con la interacción aprehendida.

El caso es que, lo que nos parece trivial, a los mayores se les hace un mundo. Conozco a unos cuantos a los que no se les hace nada intuitivo asociar el verde a descolgar y el rojo a colgar. No saben si tienen que dirigir el dedo hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia arriba o hacia abajo. Tampoco saben diferenciar entre el tacto suave o apretar la pantalla como si no hubiera un mañana. Esto me recuerda a la gente que pasó de la máquina de escribir al teclado de ordenador; el sonido del aporreo violento de la tecla intro todavía resuena en muchos lugares.

El caso es que, como mi padre ya casi se ha olvidado de usar un teléfono, pensé que lo mismo le vendría bien uno de esos móviles de teclas grandes y pocas funciones, al estilo de los Nokia de los 2000. Le he quitado la función de datos, así que solo lo usa para llamar y para recibir sms; nada de mensajería instantánea ni acceso a webs.

Estuve buscando, y el que más me convenció fue el Tokvia T102. Tiene teclas grandes, una pantalla pequeña que solo muestra lo que debe mostrar, un volumen alto de tono, una agenda simplificada con números favoritos, y un botón de SOS en la parte trasera. También tiene una pestaña física con la que se pueden bloquear los botones. Me convenció y lo compré.

Maremeua (expresión que indica sorpresa máxima).

Para empezar, el botón de SOS en la parte trasera, tan accesible, resulta tan peligroso que he tenido que bloquearlo. Es un caramelito. Si coges un teléfono y notas que detrás hay una parte que se hunde, vas a pulsar ese botón las veces que te sea posible. Es divertido.

Es verdad que tiene las fuentes grandes y se ve muy bien el número de teléfono que estás marcando, o con el que estás hablando... Hasta que quieres acceder a la agenda, o a cualquier otra función de las que tiene el cacharro.

La parte de arriba del teclado tiene, en sus extremos, esas dos teclas marcadas con el símbolo de restar “–”, que permiten seleccionar la opción deseada que aparece en la pantalla. Es decir, en la parte inferior de la pantalla aparece un pequeño símbolo que indica la opción que abrirá el botón que está situado en la parte de arriba de la botonera.

Un símbolo pequeño. Para gente mayor que, casi seguro, tiene problemas de visión.

Ahora hazle entender que primero debe mirar la pantalla para saber qué opción desea, que traduzca el símbolo y que pulse el botón correspondiente.

Y en cada pulsación, la opción del botón cambia.

Entre los botones “–” y los de descolgar y colgar, hay otros dos de arriba y abajo. En un momento dado, le puedo enseñar que permiten moverte entre las opciones de un menú. Pero cuando ese menú puede acceder a submenús, ¿qué botones realizan esa acción de desplazamiento lateral? ¿Los botones “–”? ¿Los de descolgar y colgar? ¿Los de volumen? El problema de la duda es que, por Murphy, vamos a tocar la tecla que no es y volveremos al principio, o la persona mayor seguirá tocando botones creyendo que sigue avanzando.

Debajo de estos botones, hay una fila con tres botones: “M1”, uno que tiene una imagen de una cámara barra un altavoz, y el último, “M2”.

¿Qué son M1 y M2? Vale, son personalizables. Pero la persona mayor no se va acordar del uso grabado. M1 y M2 no dicen nada, solo cumplen su labor cuando se les pulsa. Y entonces puede ser demasiado tarde.

¿Y la cámara barra altavoz? Bien, la cámara se activa cuando pulsamos. ¿Y el altavoz? Yo puedo saber que sirve mientras estás en medio de una llamada, pero la persona mayor no lo asocia, y suelen evitar mirar el teclado mientras llaman porque el teléfono no sirve (servía) para otra cosa mientras estás llamando.

Al final, el uso intuitivo que me prometían ha sido ineficaz. Las interfaces táctiles son mucho más intuitivas si se diseñan con cuidado. El problema es que nunca se diseñan así.

Creo que para las personas mayores, se podría simplificar aún más la interfaz. Pensando en que ya tienen muy interiorizado el hecho de que el móvil sirve para llamar y poco más, ¿no tendría más sentido hacer los botones más grandes incluyendo texto dentro? Sería mejor dibujar una fila de botones que ocuparan el ancho de la pantalla.

Un primer botón, verde, con el texto “llamar”. Arriba se puede poner el espacio donde se verá el número al que se está llamando. Debajo de este, se pueden poner los contactos más utilizados y, al final, un botón que ponga “Abrir la agenda”.

Cuando se esté en una llamada, se podría poner un botón rojo con letras muy grandes “Colgar”. Que se vea bien, que sea fácil de tocar. Debajo se puede dibujar una rejilla con los números visibles, por si en la llamada hay que pulsarlos.

En definitiva, un interfaz pensado para gente mayor, que sea táctil, por lo intuitivo que resulta, pero que muestre la información necesaria para que se pueda ver lo que hace cada botón, eliminando las opciones adicionales que, casi seguro, no van a utilizar, y acompañándoles en cada acción. Muestra solo una cosa, la que sea importante, y sé predictivo para orientar la interfaz a sus necesidades.

Hemos avanzado en las interfaces; las táctiles son mucho más intuitivas, pero aún creemos que las diseñamos para nativos tecnológicos (alias, las personas que pueden acceder a la tecnología. Spoiler: hay más gente que no puede acceder y es víctima de nuestra prepotencia). Estamos eliminando de la ecuación a mucha gente que no adopta la supuesta comodidad de los avances tecnológicos, y parece que nos los queramos quitar de encima, solo porque no comprenden qué acción aporta un símbolo dibujado en pocos píxeles.

Si no lo entendemos, tan solo debemos pensar que, en unos años, seremos nosotros los que aporreemos el cacharro de turno porque seremos incapaces de utilizarlo.

 
Leer más...

from Nota al pie

Escribí esto en Tumbrl el 30 de septiembre del 2021. Entonces me rondaba la idea de escribir un blog pero no sabía donde. Busqué diferentes plataformas y me abrí una cuenta en Tumbrl. Es el único post que escribí allí. No quería perderlo así que lo pongo aquí. Tal y cómo lo escribí en su día.

Hoy he leído sobre el asesinato de Sara Everard. La mató Wayne Couzens, un policía de Londres encargado de la seguridad de embajadas. Aprovechándose de su posición de agente de la ley, la secuestró, violó y estranguló. Tiró su cadáver y luego compró gasolina para quemarlo. Para hacerlo desaparecer. Fue un plan premeditado, lo preparó todo. Esa noche le dijo a su mujer que tenía que ir a trabajar pero salió a cazar a una mujer sola.

Mucha gente se sorprendió de que fuera capaz de algo así. Hombre amable, padre cariñoso, buen vecino, son algunas de las descripciones. Una lee la noticia y piensa qué ha tenido que pasarle a este hombre en la cabeza para de pronto hacer algo así. ¿No es raro? ¿No sorprende que un buen vecino, hijo, amigo y esposo se levante una mañana y decida planear el secuestro, violación y asesinato de una mujer? Pues sí, sorprende, claro que sorprende. Porque si indagas un poco te das cuenta de que este hombre tenía obsesión con el porno violento. Hasta ahí podemos ponerle un vaaaale, bueeeno. Pero es que no se queda en eso. También frecuentaba la prostitución, también le gustaba exhibirse. Le habían denunciado tres veces. Dos de ellas no tuvieron consecuencia a pesar de ser voluntario de la policía. La última fue dos días antes de asesinar a Sara. Pasaron de investigar esa denuncia, no hicieron absolutamente nada. Y es ahí donde quiero ir a parar. Si esa denuncia hubiera sido tomada en serio, como se merecía, quizá no se hubiera atrevido a cometer el crimen, quizá le hubieran suspendido y tenido que entregar arma, esposas, placa...elementos que le sirvieron para detener a Sara. Quizá Sara estaría viva.

Desgraciadamente este no es un caso aislado. La violencia sobre las mujeres no se tiene en cuenta. Cuando un crimen atroz aparece en las noticias pensamos cómo ha podido ser y casi siempre que se mira hacia atrás se da una cuenta de que no sale de nada, que con anterioridad han cometido crímenes contra otras mujeres a las que no se ha escuchado, crímenes a los que no se ha dado importancia, no se han investigado lo suficiente, que se han ignorado.

La violencia contra las mujeres es estructural. El asesinato, la violación en grupo, el crimen por el que les detienen es la punta del iceberg. Debajo hay otras violaciones, hay ex-novias locas, ex-mujeres histéricas, denuncias no creídas, no investigadas, retiradas por la falta de apoyo, por presión policial. Hay otros asesinatos, hay una visión de las mujeres como objetos para su satisfacción, hay una violencia sistemática ignorada y permitida. Larry Nassar, Jeffry Epstein, Harvey Weinstein, Bill Cosby, Plácido Domingo, Anthony Bromwich y tantos otros cometieron impunemente delitos sobre las mujeres porque las víctimas no fueron escuchadas y sus denuncias no fueron tomadas en serio. La violencia contra las mujeres está tan normalizada que solo nos sorprendemos cuando alguna parece asesinada y si lo ha sido por su pareja, ya ni eso.

#feminismo

 
Leer más...

from FURBY FUCSIA FUMADOR

Usted debe planificar para su perro una experiencia de ensueño

Voy subida en un tren, camino a Valencia ciudad, para salir con unas amigas. He pasado el fin de semana en el pueblo de mi novio huyendo de las fallas. Estaba contenta cuando me subí, agotada pero feliz; sin embargo, desde la segunda parada he dejado de ser una mujer feliz para volverme una mujer desquiciada que consulta desquiciadamente quince artículos en internet por minuto. Todos sabemos que no ha de hacerse. Pero sabemos también que a veces, en situaciones que escapan al control de una, esa es la única estrategia que una tiene a mano para sentirse con algo de agencia y poder sobre su pequeña parcela de un universo arbitrario. Abro y consumo vorazmente artículos, a cada cual con más pinta de haber sido escrito por una IA, y todos dicen lo mismo: «La etapa de socialización de un cachorro es la más importante de su vida. Una sola mala experiencia podrá traumatizarle para siempre. Usted ha de planificar para su perro una experiencia de ensueño la primera vez que conozca a otro perro.» Sollozo. Hiperventilo. La primera experiencia social de mi cachorra ha sucedido conmigo a treinta kilómetros de distancia en un tren, y sólo tengo la siguiente información vía teléfono: «Ha ido fatal. El otro se le ha tirado encima, igual le ha mordido, está muy asustada, no para de gemir y arrastrar el culo por el suelo». Así que, según internet, a mi perra se le acaba de joder la vida. Y además, ¿Sabéis qué? Además ha sido culpa mía.

Demos un salto en el tiempo: un par de días después, mi perra sale al parque y conoce a más perros. Vive todo tipo de experiencias, positivas, negativas y mixtas. Los demás dueños son comprensivos y dan mucha conversación -nunca habría imaginado la de conversación que da la gente si llevas perro-, le acarician, esperan pacientes al otro extremo de la correa mientras sus perritos y perrazos olisquean y se dejan olisquear el culo por mi pequeño saco de huesos con cara de adorable foca, que se acerca titubeante, con el rabo entre las piernas pero moviéndolo de lado a lado. Recibe ladridos y juego, caricias, gruñidos e indiferencia. Entiende, exactamente igual que haría un niño, que los otros pueden asustar pero también ser simpáticos. No ha pasado ni una semana y ahora es mi perra la que se acerca a jugar con perros miedosos. No tiene un trauma. Tiene una visión del mundo más amplia y confía en mí, que le llevo a descubrirlo con más o menos acierto y la protejo de sus peligros en la medida que puedo.

No soy el tipo de persona que dice ser «mamá de un peludo» y me da grima ver a los perros vestir calcetines. Por eso no imaginaba que pensaría durante todo el día en las conversaciones que he tenido con mis amigas madres de bebés humanos, en sus dudas, en sus miedos y en su culpa. De repente, una vida está a mi cargo y no entiendo su idioma. Creí que sabía suficiente sobre lo que necesitaba cuando llegó, pero en realidad me pilló en bragas. Desde hace unas semanas vivo con un nudo en la garganta y la eterna preocupación de estar haciendo las cosas mal. No quiero que me tenga miedo. No quiero que no me obedezca cuando le digo quieta y acabe aplastada bajo la rueda de un coche. No quiero darle una mala vida. La primera noche, volviendo a casa con ella en brazos tras separarla de sus hermanos y de su madre y llevarla a un piso que huele a limpio -un olor repugnante si le preguntáis- mi novio y yo nos sentamos en el sofá mientras ella dormía en nuestras rodillas y lloré como una magdalena, hipando. Me había preparado para sentir la alegría de que llegase a mi vida, pero no la culpa por su miedo. «¿Qué he hecho?» me pregunté en voz alta. «¿Por qué la he traído aquí, porqué me la llevo lejos de todo lo que conoce y la dejo sola en un sitio extraño? Siento que soy la peor persona del mundo».

No ha pasado demasiado tiempo desde aquella noche, aunque me parezca que han pasado meses. Han sido unas semanas duras, en las que la vida me ha dejado arrollada y con marcas de rueda, tirada en el suelo, como en los dibujos. A veces las cosas no llegan en el momento adecuado. A veces tienen consecuencias inesperadas, como mi llanto con hipo de la primera noche. A veces -y sospecho que son la mayoría- la ilusión y la planificación y el deseo nos encuentran en escenarios grises, y el amor es sucio, y las primeras veces son complicadas, y esa complejidad que avergüenza no sale en las fotos ni se habla de ella al contar las historias, y la expectativa juega en nuestra contra convenciéndonos de que no lo estamos haciendo bien, porque nuestra experiencia no es en absoluto limpia -como lo debería ser, como esperábamos que fuera-.

Durante estos días, me he agarrado como a un bote salvavidas a los relatos de madres a las que escuché decir: «llegué a pensar que no quería a mi hijo, que le odiaba». Esas historias que son una pequeña grieta en la expectativa, y lo mejor de ellas es que suelen acabar con niños sanos, con los mismos miedos que cualquier otro ser humano; con una vida a la que se apegarán porque es la suya y un futuro a través del cual acumular nuevas experiencias que contradigan lo que pensaban que era el mundo. Según algunos estudios citados por fuentes que ahora mismo no recuerdo, se sabe que los niños que han pasado por una experiencia traumática como una catástrofe natural o una guerra se recuperan adecuadamente si cuentan con el apoyo de su comunidad y familia cercana. El mundo es una catástrofe, un desastre la mayoría del tiempo. No podemos pretender una experiencia limpia de nada prácticamente nunca, la vida sucede, shit happens. Mi vida, durante el último mes, se ha convertido en un pequeño desastre según a quien le preguntes. Y dentro de ese desastre se encuentra otra vida a la que he de cuidar. No puedo planificar una experiencia de ensueño para mi perro. La vida a la que le he traído no es una experiencia de ensueño. Ninguna lo es. Ni falta que hace.

 
Leer más...

from Ruido Coloreado

La rutina y la previsibilidad son dos de los principales pilares de mi cordura que malamente se mantiene en pie sobre unos cimientos cenagosos de pánico ante la incertidumbre y nula tolerancia a la frustración. Hace muchos años aprendí por las malas que una de las cosas que más me ayudaban a ir por la vida con un mínimo de dignidad era planificarme al dedillo, no únicamente las tareas más serias y aburridas sino también mi tiempo de ocio.

Eso me llevó entre otras cosas a organizar mis lecturas alrededor de una lista de la que tengo que pasar por todos sus ítems antes de volver a iterarla. Me obligo a leer un libro de las estanterías, otro de la pila de compras de la última Feria, otro de la biblioteca de Calibre, uno del Mundodisco (#speakHisName), un libro técnico, un manual de rol, etc. Una de las últimas adiciones a esa lista fue el integral ilustrado de las novelas y relatos de Terramar que lanzó Minotauro hace un par de años. Por cada pasada que hago a la lista de lecturas me leo una de las novelas de ese integral.

Son clásicos de la literatura fantástica que no había leído hasta ahora y que, como todo lo de Le Guin, me está encantando. Una de las cosas que más me está gustando es su concepción de la magia basada en el conocimiento del nombre verdadero de las cosas.

Y ese concepto es algo que me ha tocado profundamente.

A principios de este año (y a todas luces demasiado tarde) por fin dejé mis miedos y vergüenzas de lado y empecé a acudir a terapia.

Ahí me encontré con un paralelismo con Terramar que no me esperaba. Conocer qué nos pasa, ponerle su nombre verdadero, nos da poder. No es una bala de plata que acabe mágicamente con tus problemas, pero conocer ese nombre es uno de los primeros pasos en un camino que gracias a ello pasará a ser un poco menos tortuoso.

 
Leer más...

from Recetas SinSalSEO

sopa de boniato y curry acompañada de pan y dolmathakia

Ingredientes

Boniatos (cocinados, al horno, y pelados) 4 tazas de caldo (pollo o verduras) 1 lata de leche de coco 1 tsp de nuez moscada 1 tsp de jengibre molido 1 tsp de cebolla en polvo 1 cucharada de curry en polvo Sal y pimienta

Preparación

Cocinar los boniatos al horno y pelarlos. Se ponen en una olla y se echan todos los ingredientes, se cuece todo a fuego medio y se lleva a hervir. Se pasa todo por el turmix en la propia olla hasta que quede un puré muy suave. Listo

Con caldo de pollo aguanta 3 días en la nevera. Con caldo vegetal aguanta 4-5 días. Se puede congelar.

 
Leer más...

from Recetas SinSalSEO

lentejas y arroz con la cebolla caramelizada por encima y el yogur con menta a un lado

Ingredientes

1 bote de lentejas 1 taza (medida café solo) de arroz largo 3 Cebollas : 2 picadas para el sofrito y 1 en juliana para caramelizar Aceite de oliva Comino, sal y pimienta (al gusto) 1 yogur natural Limón (zumo) Menta fresca picada

Preparación

Si las lentejas no son de bote (ya vienen cocidas) empezar con una pre-cocción de las lentejas durante 10min. Se escurren y se reservan. Freír la cebolla en juliana hasta que caramelice crujiente. Reservar. Sofreír lentamente el resto de la cebolla, echar un poco de sal para ayudar a que caramelice. Dejar unos 35min o hasta que esté caramelizada. Le echamos agua como para rehogar el arroz, que echaremos a continuación. Remover y echar las lentejas. Remover. Salpimentar y echar el comino (todo al gusto). Removemos bien, tapamos y dejamos cocinar 20min. Se emplata con la cebolla caramelizada encima y se acompaña con yogur, aderezado todo con el zumo de limón y la menta fresca picada.

 
Leer más...

from Recetas SinSalSEO

plato de pitas tostadas con garbanzos con salsa de yogur encima y frutos secos

Ingredientes

-4 pitas -Aceite de oliva -Sal y Pimienta -1 bote de garbanzos -1 yogur griego -2 cucharadas de tahine -ajo rallado (al gusto) -agua -piñones (u otro fruto seco que nos guste, como avellanas o cacahuetes)

Preparación

Cortar las pitas en triágulos, echarlas en la bandeja del horno, sobre papel de horno, pulverizarlas con aceite de oliva, salpimentar y dejar que tuesten. Hervir los garbanzos en un cazo con agua con sal para que queden muy tiernos. En un bol mezclar el yogur con tahine, el ajo rallado, sal y echar un poco de agua para aclarar la textura. Mezclar todo bien. Tostar los piñones (el fruto seco que queramos) en una sartén con un poco de aceite. Emplatar las pitas como primera capa, echar los garbanzos encima, luego la salsa sobre los garbanzos y, por último, echar los frutos secos tostados.

 
Leer más...

from Recetas SinSalSEO

pollo glaseado con miso sobre arroz salvaje

Ingredientes

-2 pechugas de pollo -2 cucharadas de pasta de miso (blanco o rojo) -2 cucharadas de salsa teriyaki -2 cucharadas de vinagre de arroz opcional: -cebolleta picada – 1 o ½ cucharada de gochujang o sriracha

Preparación

Pre-calentar el horno a 220ºC. Cortar el pollo en trozos de bocado. Salpimentar el pollo y colocarlo, sobre papel de horno, en la bandeja del horno. Hornearlo hasta que esté doradico. Para preparar el glaseado de miso, mientras se hace el pollo, mezclar la pasta de miso, la salsa teriyaki y el vinagre de arroz (y la salsa picante, si se usa). Sacar el pollo del horno, pintarlo con la salsa y volverlo a meter en el horno durante 8 minutos más. Para servir se puede poner la cebolleta picada por encima.

Se puede acompañar de arroz, ensalada, verduras, patatas...

 
Leer más...

from Cuadernito de Khardan

Este finde, como viene siendo habitual este mes, me vi un par de comedias románticas. Anyone but you y Little Italy, la primera porque me salió recomendada varias veces en mi localizapelículas y la segunda porque aparecían Alyssa Milano y Hayden Christensen (no eran la pareja principal, esa era Emma Roberts con Hayden Christensen, que te lo venden como si tuvieran la misma edad y tienen la misma diferencia que Alyssa Milano y Hayden) y lo vendían como Romeo y Julieta jovial y de buen rollo (that's... a thing) . En cualquier caso, quería hablar de la otra. La película empieza directamente con versos de Shakespeare puestos en pantalla, de forma que tengas que leerlos. Y en muchas ocasiones puedes ver cómo los guionistas se esfuerzan por que los diálogos tengan esa cadencia del pentámetro iámbico metida dentro. Con esto quiero decir que es un retelling de una obra de Shakespeare (Much Ado about nothing) que se enorgullece de sus raíces. Esto no significa que no cambien los personajes para adecuarlos a la actualidad, ni que no se aseguren de que todo tiene humor y sentimiento según los patrones actuales, sino que saben perfectamente lo que funcionaba en la obra de Shakespeare y quieren traérselo al público actual. No voy a decir que no tenga escenas que me sobren, (la parte de meterle la mano en el culo al otro delante del resto para demostrar lo enamorados que están... not good, podían haber hecho solo la gracia de la araña y todos tan felices), pero tiene muchas escenas realmente buenas que saben ir a por el foco de la gracia, y no a la broma inane. Además, tiene una cosa que otras obras no tienen y es que los personajes no intentan ser realmente sutiles, sino que dicen las cosas claramente la mayor parte del tiempo. Es muy agradable ver que no hay dobleces, ni hay malos entendidos, ni ese estilo de juegos que en otras comedias románticas funcionan pero acaban haciéndose cansinos. Sencillamente da justo lo que piensa que debe dar. Y lo hace maravillosamente. Si queréis ver una comedia romántica actual que muestra que sabe lo que quiere hacer narrativamente y no engaña ni una sola vez al espectador, sino que juega con él para que se divierta con el mismo interés que los personajes que está viendo, esta película es muy recomendable. Demonios, si quieres entender qué funciona de una comedia romántica, en esta te lo dicen a la cara y no se esconden en ningún momento. Y ahora, las etiquetas: #EscrituraSocial #romcom #película #AnyoneButYou

 
Leer más...

from Páramo Imperfecto

Qué puedo contar que no se haya contado ya. Qué puedo decir que no se haya dicho ya. El agotamiento y el miedo me han enterrado durante este último mes de mi vida. No he hecho casi nada de lo que habría querido hacer. Me he limitado a hacer mi trabajo, mis tareas y sobrevivir. O, al menos, eso he pensado durante este tiempo. Lo cierto es que han enterrado una semilla. Las raíces han ido creciendo. He hecho nuevas amistades. He encontrado pequeños momentos: para leer, disfrutar de los rayos del sol, escuchar el trino de las aves en mis ventanas. Sin embargo, había una pesada losa que no dejaba a la semilla germinar. El trabajo asalariado, ese que dicen que dignifica. Sí, mi trabajo es muy gratificante. Sí, creo que he podido marcar la diferencia en estos años con mi presencia. Y sí, también me estaba agotando hasta dejarme sin nada. Tener que estar pendiente de todo. Levantarme a horas intempestivas para cualquier ser humano. Conducir dos horas cada día y sentirme culpable por ello. Atender a llamadas de compañeras fuera del horario laboral y sin avisar (me acaba de llamar mientras estaba escribiendo esto). Dirán lo que quieran, pero eso no es vida. Y ahora que la losa se ha ido, quizá pueda salir un pequeño brote. Sigo teniendo miedo a que sea aplastado por el próximo contrato. Pero, ¿quién sabe? Quizá logre tener suficiente fuerza, unas raíces lo bastante profundas y unas ramas lo bastante gruesas para buscar lo que quiero: una vida plena y con sentido.

#Pensamientos

 
Read more...

from Tiroriro

La excusa del tiempo es una de aquellas que todos utilizamos. Eso es así. A priori es posible que no entiendas bien a lo que me refiero. Pero es sencillo de entender.

Tenemos la costumbre de decir que no tenemos tiempo para tal o cual cosa. En realidad no es cuestión de tiempo, pues todos disponemos cada día de 86400 segundos. La verdad es que utilizamos la “falta de tiempo” para ocultar la falta de interés por hacer tal o cual cosa o la preferencia de querer hacer otra.

A esto hay que sumar lo que nos han ido inculcando desde pequeños: el intentar quedar bien y no ofender a los demás. Aunque eso conlleve mentir sin sonrojarnos.

Es el momento de decir las cosas claras. Es la hora de decir que no nos apetece hacer tal o cual cosa porque tenemos otra preferencia. En ese momento empezaremos a sentirnos mejor y, de paso, dejar de engañar y hacer perder tiempo a los demás.

Recuérdalo: No es cuestión de falta de tiempo. Todo es cuestión de tus preferencias, de a lo que dedicas tu tiempo y tus fuerzas.

 
Leer más...

from Recetas SinSalSEO

bol lleno de pera y rúcula con la vinagreta por encima

Ingredientes

Para la vinagreta:

-½ taza de aceite de oliva -3 cucharadas de vinagre -1 cucharada de mostaza de Dijon -Ajo (al gusto) aplastado -Sal y pimienta

Para la ensalada:

-1 cebolla roja pequeña cortada fina -1 bolsa de hojas de rúcula -½ taza de parmesano rallado -1 pera cortada a trozos -1 taza de nueces peladas

opcional: arándanos, almendras, pacanas, otros quesos, pasas, granada y proteína (tofu, seitán, pollo, pavo, bacon...)

Preparación

Echar los ingredientes para la vinagreta en un bol y mezclar hasta que liguen. Mezclar en una ensaladera el resto de ingredientes para la ensalada. No tiene mucho misterio. XD

 
Leer más...

from fracos favores

Cando me diagnosticaron a condropatía patelar (desgaste crónico e dexenerativo nos xeonllos, pa quen non estudamos medicina), a traumatóloga preguntou se practicaba algún deporte. Vou na bici, dixen, non como deporte senón como medio de transporte. Pois vas ter que vendela, respondeu, tan tranquila, coma se non me estivese a dar unha noticia de merda que me cambiaba a vida. Daquela estudaba interpretación na ESAD e estaba retomando as clases de danza. Cando falei cos meus profesores sobre o meu diagnóstico, un deles comentou “Pois terás que cambiar a Dramaturxia”. Dúas cousas que non sabía daquela eran que eses comentarios eran denunciables e que despois virían comentarios, e diagnósticos, muito piores. Ultimamente anda rulando polas redes unha mensaxe anticapacitista que di algo así como que todes imos acabar sendo discas, sexa por sofrer un accidente, por desenvolver algunha condición médica ou simplemente por efecto da idade avanzada. Creo que entendo o sentimento que hai detrás dese discurso, unha apelación á xente non disca para que nos vexan máis como iguais que como rarezas andantes. Pero, como acontece sempre cos discursos simplificados e reducidos á extensión dun tuto ou unha infografía de instagram, esta mensaxe deixa fóra varias cuestións importantes que me gustaría analizar. A primeira é mui simple: o anticapacitismo non é necesario porque pode que no futuro ti teñas cataratas, é necesario porque agora mesmo hai persoas con cataratas, cunha perna protésica ou con fibrose pulmonar, e esas persoas deberían ter os seus dereitos garantidos, e iso debería importarche aínda que goces de perfecta saúde e ninguén na túa familia teña un problema de saúde crónico. Non deberíamos ter que identificarnos persoalmente con outras persoas para entender que a Declaración Universal dos Dereitos Humanos tamén vai por elas. A segunda é que ese argumento de que “podería pasarche a ti” só funciona coas discapacidades que se poden adquirir: calquera persoa pode sofrer un ictus, pero ninguén vai contraír autismo por muito que haxa quen pense que a súa causa é a vacina da varicela ou ver tiktoks feitos por autistas. Ademais, hai diferenzas importantes entre nacer cunha insuficiencia cardíaca e adquirila con 50 anos, non é o mesmo ter que usar un andador con 70 anos cando, se todo vai ben, non terás que traballar nunha tenda na que non che deixan sentar, e usalo con 18 anos e ter que escoller carreira profesional segundo o grao de accesibilidade que teñan as distintas facultades da túa universidade. Ser disca nun mundo feito por non discas é cansado, pero selo durante os anos nos que se supón que tes que estudar, conseguir traballo, preparar unhas oposicións ou formar unha familia pode ser pouco menos que insoportable. Por algo tantas persoas discas pasamos o 90% do tempo fantaseando con deixalo todo, marchar ao monte e convertirnos nun cogumelo, a pesar do inaccesible que son, polo xeral, os montes. Na miña opinión, apelar á identificación é un problema porque se basea en que temos que axudarnos porque somos iguais, e iso vai deixar sempre fóra a toda a xente que simplemente non é normal, non pode ser normal, non quere ser normal e non vai tentar ser normal. E esa xente rara, rota, deforme, revirada que se resiste a facer as cousas normais que fai todo o mundo... tamén debería te-los seus dereitos garantidos.

 
Saber máis...

from Vendo Opel Corsa

En algún sitio leí que en Japón existía antiguamente la costumbre de no alabar a los niños, para no atraer a espíritus malignos que pudieran querer robarlos. No tengo ni idea de si es verdad, pero sé que si ahora tuviera un niño, nunca jamás le diría que es muy listo.

Estoy francamente harta de algunos de mis amigos muy listos. Los listos es que somos un poco como los enanos de Monterroso: nos reconocemos a primera vista (algunos llevan el carné de Mensa en la boca, lo que desde luego ayuda bastante). Sí, los niños muy listos nos juntamos a menudo con otros niños muy listos: puede ser una atracción mística o el trauma compartido, pero ahí está. Cuando te quieres dar cuenta, estás rodeada de gente muy lista, y es un poco insoportable.

Criarse siendo un niño muy listo deja secuelas. Se parece un poco a ser muy maduro para tu edad, solo que (normalmente) tarda más tiempo en pasársete y (normalmente) te expone menos a los depredadores sexuales. Pero te marca. Cuando eres pequeño, es la típica cosa que no te granjea muchas amistades; pero más adelante, con que además de ser muy listo tengas un poco de desparpajo, te puedes hacer bastante popular. Es entonces cuando, a lo mejor, te acabas creyendo que ser muy listo es una personalidad.

Todas estas cosas se van pasando con la edad, excepto cuando no. Cuando no, tienes gente (a quién quiero engañar: tíos) de cuarenta palos con la que es imposible tener una conversación. Convencidos de que ser muy listo tiene algún tipo de mérito más que, por ejemplo, tener los ojos azules, convierten cualquier encuentro con ellos en una sucesión de posecitas para situarse en el ángulo perfecto en el que se vea que, en efecto, tienen los ojos más azules del lugar. Y yo, sentada en la silla de enfrente, tratando de conectar de alguna forma con la persona que tengo enfrente, me desespero. A veces considero seriamente la posibilidad de llevar encima copias impresas de un posible certificado de ser Muy Listo, para firmarle oficialmente a esa persona que es Muy Listo, Listísimo, sin ninguna duda mucho más listo que yo, ¿y podemos pasar ya a la parte de hablar como seres humanos?

En esas ocasiones se me ocurre una idea mucho más desoladora: todos mis recuerdos de haber conectado realmente con esta persona, ¿existieron? ¿O no fueron más que un espejismo masturbatorio? ¿Esa conexión... no era más que el reconocimiento mutuo de que éramos muy listos?

 
Leer más...

from Sin oficio ni beneficio

Noticias y novedades de marzo

img Llegó marzo y con él un nuevo libro de nuestra editorial: Mito made in USA de Xan Eguía (Vigo 1975). Un texto en el que se indaga sobre el significado de determinados 'mitos' en el imaginario de los Estados Unidos, exportadores de cultura mainstream de forma global y la forma en que estas alegorías nos influyen hoy en día. El cine de Hollywood, series, cómics, literatura pulp… Eguía se vale de estos y otros muchos elementos para recordarnos en un lenguaje certero y directo que “el pensamiento mítico, mágico, está ahí, campando a sus anchas, carcajeándose de quienes lo daban por muerto”. Para quien tenga interés en el libro dejamos aquí una reseña que se acaba de publicar: https://escritura.social/dyskolo/mito-made-in-usa-los-fundamentos-de-la-cultura-dominante

Para leer

Marzo es un mes reivindicativo, el día 8 por la mujer trabajadora y el 21 con motivo del Día Mundial de la Poesía. De modo que, uniendo ambas efemérides, bien podríamos traer a colación autoras y poetas de nuestro catálogo, o este ebook (libre) de Concepción Arenal.

Pero también es un mes para recordar al universal César Vallejo. El próximo 16 se cumplirán 132 años de su nacimiento en Santiago de Chuco (Perú), por lo que tanto sus Poemas humanos como su libro de relatos Escalas pueden ser igualmente merecedores de ser (re)leídos.

Aprovechamos para recordar a otros dos grandes autores que nos dejaron un 25 de marzo: Armando López Salinas, en 2014, autor de Año tras año (Dyskolo, 2015) y Una historia familiar; y Rodolfo Walsh, asesinado por la dictadura argentina en 1977, y que nos dejó su valiente testimonio La revolución palestina.

Para compartir

Hace unos meses un grupo de entidades y personas vinculadas al mundo editorial pusieron en marcha la campaña Libros contra la guerra. En ese momento para tratar de frenar la guerra en Ucrania con una llamada a la vida frente a la disyuntiva militarista de matar o morir. Ahora también contra la limpieza étnica y el genocidio que Israel está perpetrando en Gaza, ante la mirada cómplice de Occidente.

Puedes sumarte a la campaña, participar en las actividades que se realizan o difundir esta iniciativa. Toda la información en la página: https://www.libroscontralaguerra.org/

Gracias.

#ebooks #libros #lectura

 
Read more...

from jartigag

‒Si alguien ama a una flor y no existe más que un solo ejemplar en millones y millones de estrellas, esto es motivo suficiente para que ese alguien se sienta feliz cuando la mira. Se dice: “Mi flor, esta ahí, en alguna parte...” ¡Pero si el cordero se come la flor, para él es como si de repente todas las estrellas se apagaran! ¿No es esto importante? [..]

Muy pronto aprendí a conocer mejor a esa flor. En el planeta del principito siempre hubo flores sencillas [..] que a nadie causaban molestias ni llamaban la atención. Aparecían una mañana entre la hierba y morían en la tarde. Pero aquella [..] no se parecía a ninguna otra. A pesar de que la observaba continuamente, no descubría de qué clase de semilla procedía. Podía ser una especie nueva de baobab. Sin embargo, el arbusto dejó pronto de crecer y dio una flor. [..]

Y así es como empezó a torturarlo con su vanidad un poco quejumbrosa. Un día, por ejemplo, hablando de sus cuatro espinas, le dijo al principito: ‒¡Ya pueden presentarse los tigres con sus garras! ‒No hay tigres en mi planeta ‒le objetó el principito‒; y además los tigres no comen hierba. ‒Pero yo no soy una hierba ‒le respondió dulcemente la flor. ‒Perdóname... ‒No temo a los tigres, pero tengo horror a las corrientes de aire. ¿No tienes un biombo? ‒[..]

‒En la noche quiero que me cubras con una esfera de cristal; en este planeta hace mucho frío. Aquí todo está mal instalado. Allá de donde yo vengo... Pero la flor se interrumpió. Había venido en forma de semilla, por lo tanto no pudo haber conocido otros mundos. Humillada por sentirse sorprendida en una mentira tan notoria, tosió dos o tres veces y trató de salir del atolladero, diciéndole al principito: ‒¿Qué pasa con el biombo? [..]

Páginas de "El principito", con las ilustraciones de Antoine De Saint-Exupéry

De este modo, el principito, a pesar de la buena voluntad de su amor, dudó de ella. Había tomado en serio algunas palabras sin importancia, lo que le hizo sentirse desdichado. “No debí haberla escuchado” ‒me confió un día‒. “No se debe escuchar jamás a las flores. Es suficiente verlas y olerlas. La mía perfumaba todo mi planeta; sin embargo, yo no gozaba con ello. La historia de las garras que tanto me molestó, hubiera debido enternecerme...”

Y todavía me confesó: “¡En aquel entonces no supe comprender nada! Debía haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras. Ella me proporcionaba alegría y aroma. Jamás debí haber huido. Debí adivinar su ternura, tras sus inocentes mañas. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla.”

 
Leer más...