Escritura Social

Para leer...

Lee las últimas entradas de Escritura Social.

from torresburriel

Hay veces en las que los lunes saben a viernes. No porque al día siguiente no haya que trabajar, sino por esa indescriptible sensación de que uno está disfrutando por lo que viene.

En el caso de los viernes, lo que suelen venir es el fin de semana, el descanso, la fiesta, desconectar y olvidarse del trabajo.

En el caso de los lunes, concretamente de este lunes, el aroma es a esa maldita dopamina que sentimos quienes emprendemos cuando tenemos el Go de dos proyectos. Y más cuando ambos son un reto, por distintas razones.

Hoy es uno de esos lunes que saben a viernes.

 
Read more...

from O corvo gralla

Este artigo ten unha versión en podcast que podes escoitar (e subscribirte se che gusta) en Ivoox ou en Spotify.

Comezarei dun xeito que rexeitaría calquera manual moderno de periodismo: chafando o clickbait, quebrando o anzol e anticipando un par de parágrafos a descuberta do tema verdadeiro: neste texto non vou falar de Taylor Swift, senón de min, e, quizais, de ti.

Os concertos da artista estadounidense en Iberia (primeiro en Lisboa, despois en Madrid) trouxeron ríos de artigos, noticias, reportaxes e comentarios, moito balbordo e barafunda e pouca harmonía. Porén todas e todos saberedes que é un fenómeno mundial que atinxe a moitos máis ámbitos que os da música e que devén incontestabelmente do pulo das millóns de fans incondicionais que seguen cada un dos seus movementos. Noutros tempos –máis ben noutras circunstancias– eu tería formada unha clara e asertiva opinión sobre o fenómeno fandom en torno á cantante, e de camiño sobre a persoa e a súa música, e esa opinión estaría alicerzada sobre a desinformación e o prexuízo, porque os que temos estudos e un algo de cultura (e somos homes, que moito hai deso tamén) e mesmo loitamos activamente contra a desinformación e polo espíritu crítico, caemos a cotío nesta superioridade cultural que apaga selectivamente todas as luces da sabiduría e o coñecemento. Non vou aquí a despregar o catálogo de argumentos e diatribas que tería usado, nin tampouco das supostas virtudes e bondades da de Pensilvania; xa dixen que non ía falar de Taylor Swift. Mais o caso é que agora eu non son quen de desprezar e abafallar a cantante e as súas fans porque as circunstancias da miña vida inscríbenme nun contexto distinto que me arreda do cinismo e acouga o xuiz prevaricador que levo dentro: teño unha filla swifty, dun swiftismo que, agás o dos cueiros, cumpre cada un dos estereotipos: suspensión de todo espíritu crítico no que respecta á cantante, memorización de todas as letras de todas as cancións, seguimento constante de todos os seus movementos, inserción activa nos círculos de fans e entrada nun éxtase irracional ante a aparición da artista no concerto. Mais a miña filla é unha persoa intelixente, comprensiva, crítica, e isto, unido ao feito obvio de que é a miña filla, fíxome pensar que quizais detrás desta paixón desmedida había algo máis que un fenómeno naíf, que quizais ela –a miña filla– merecería outra mirada, unha menos sinxela e prexuizada.

Velaí a miña realidade: se non fora pola proximidade, o cambio de perspectiva e punto de vista, a variación do enfoque, seguiría a ter (e difundir) unha visión superficial dun fenómeno complexo. Non falo en absoluto dun relativismo cultural pop que valide calquera manifestación artística ou movemento social acriticamente; falo de molestarse en coñecer, de escoitar e non de ouvir, de aprehender, de observar e comprender en troques de xulgar. E se temos preguiza, se renunciamos a ese esforzo, se o asunto non nos interesa abondo como para perder o noso valioso tempo en estudalo, entón aínda temos un recurso infrautilizado e marabilloso, un arma revolucionaria que podería chegar a cambiar o mundo: dicir «non sei», «descoñezo o tema», «non estou informado», «non teño unha opinión formada»… Xa que logo: recoñecer a propia ignorancia.

Non sería completamente honesto se non vos falase dun aliado nesta aprendizaxe: o tempo, o vento da idade que púe e desbasta as arestas e frea o ímpeto e bota capas de experiencia sobre o cinismo e a prepotencia. Ollo, non estou dicindo que eu fora un auténtico cretino, nin sequera un imbécil de baixa intensidade: abonda con ser un home e levar de serie a necesidade ancestral de marcar territorio.

E vale; marcho axiña a facer pulseiras da amizade.

 
Read more...

from fjromero

Mi “escritorio”

Te voy a mostrar mi rinconcito de escritura:

Tablet con lo mínimo instalado, unos auriculares bluetooth y un teclado plegable bluetooth

Ahora te cuento un poco el rollo 😃. Por una parte, aprovecho el momento del almuerzo para escribir. Me voy a un despacho vacío, saco los cacharros que ves en la foto y empiezo a aporrear teclas (escena idealizada por el imaginario colectivo; la realidad es algo más compleja). También aprovecho algunos momentos en casa, claro, pero son los menos. En casa siempre hay algo que hacer.

Hace tiempo me llevaba un portátil. El problema es que me perdía haciendo otras cosas diferentes. El ordenador es una gran herramienta, demasiado buena, que me permite divagar tanto que termino haciendo algo que no tiene que ver con mi objetivo original.

Me he tirado un tiempo buscando ideas de cacharros que permitan enfocar exclusivamente en escribir. He estado investigando las nuevas máquinas de escribir y me flipa mucho el BYOK, que es una pantalla a la que conectas un teclado bluetooth y comienzas a escribir.

Mi problema es que los veo demasiado caros y siempre pienso “esto te lo montas con una raspberri en dos patadas” y, claro, nunca lo hago.

Pero hace poco me acordé de que tenía una tablet que casi no uso, estaba llena de aplicaciones basura e iba lenta como ella sola.

Pensé: ¿por qué no aprovecharla?

La saqué, la limpié, reinicié sus valores de fábrica, le puse una tarjeta de 32 gigas, me negué a habilitar cualquier cuenta, oculté los accesos a las aplicaciones que no me dejó borrar en el segundo escritorio, desinstalé todo lo que pude, me descargué F-Droid y accedí a la Wifi de casa.

En la tarjeta de memoria me creé tres carpetas:

  • Libros, donde van libros en epub. No es la mejor pantalla para leer, pero si un día no me apetece escribir, tengo algunos libros pendientes, o ensayos para reforzar temáticas.

  • Música. Los mínimos discos (o ruido ambiente) que suelo escuchar cuando escribo.

  • Notas.

La tablet la utilizo siempre en modo desconectado. Ni wifi ni nada. La red es una tentación constante y quiero evitarlo cuando uso mi escritorio.

Estas carpetas las tengo sincronizadas con syncthing, de manera que, cuando termino de escribir algo, sí me conecto por mi móvil para que sincronice los archivos, y vuelvo a deshabilitar la conexión.

Para leer libros, instalé la app Librera Reader. Para escuchar música, Phonograph Plus. Y para las notas, Markor, que me deja crear listas de tareas en formato todo.txt y notas rápidas o sueltas.

La música la podría escuchar utilizando el servidor de Airsonic que tengo instalado, pero me obliga a estar conectado y, como he dicho antes, evito la conexión. Evito aún más cosas tipo Spotify porque, además de la conexión, te despista mostrándote más música que no has pedido.

Los auriculares y el teclado solo están enlazados a la tablet, no los utilizo para nada más. En la mochila llevo tres auriculares: estos, los buenos buenos y los normales por si llueve, que no me gusta usar los buenos buenos por si se estropean.

Lo que quiero explicarte es que mi rincón de escritura quiero dejarlo lo más aislado posible del mundo que me rodea. Solo puedo usar esas herramientas, y no quiero que nada me moleste. Podría usar el portátil, que tiene ya el teclado y sería más cómodo. Sí, pero al final, las sesiones de escritura son más cortas porque me apetece leerte en Mastodon, o ver tu último vídeo, o inventarme un proyecto y ponerme a programar. Hay infinitas formas de dejar lo que estoy haciendo para navegar por ocios alternativos. Tantos años usando ordenador que, por razones psicológicas, casi me siento obligado a hacer muchas más tareas de las que deseo hacer en un momento dado.

La desconexión a internet, la instalación de las apps mínimas, la omisión de cuenta alguna y el enlazado con hardware específico me permite enfocarme en lo que quiero hacer, que es una única cosa: escribir.

Pensé en cambiar el sistema operativo de la tablet y quitar Android, pero el que viene de fábrica sin activar ninguna cuenta me lo pone bastante fácil, la verdad. No me apetece pelearme en si el sonido no va, o la pantalla va más lenta... Ahora mismo, y sin instalar nada más ni actualizar nada, la tablet va de lujo (lo que ha cambiado con las últimas veces que la usé en su otra vida, mare meua).

De momento estoy muy feliz con esta solución. Te animo a que, si tienes un móvil antiguo o una tablet, la reinicies de fábrica, instales lo básico y la utilices sin conexión. Te enfocarás más en tu ocio.

#escritura

 
Leer más...

from heyazorin

Ya no digo 'me voy a dormir'; digo 'voy a centrifugarme'.

Noche tras noche dando vueltas hacia ambos lados, aguantando el peso de las paredes sobre mi cuerpo; de los pensamientos sobre mi mente.

Respiro. El 4-7-8. Repito. Relajo. Quizá ahora.

Un sonido cualquiera estira con fuerza de mis pies hacia la vigilia. De nuevo en el punto de partida. Pasa por mi cabeza chuparme un Diazepam de emergencia, guardado entre paños para ocasiones especiales, para noches imposibles contra las que pelear garantiza medalla de oro en perder.

Descarto la idea. Sé fuerte, me digo. Aguanta.

Me resigno. A veces sudo. Un calor ardiente que emana desde mis entrañas e irradia por todos los capilares, venas y músculos hasta empaparme. Me destapo completamente. Sentir de nuevo el sudor, pero esta vez frío.

No quiero mirar la hora: el reloj guillotinaría mi esperanza de descanso. Sé que es tarde.

Ella duerme a pierna suelta. Finalmente caigo vencido. He vencido.

Fundido a negro.

 
Leer más...

from Retales, por @editora

Hoy ha sido un día muy raro. Ha empezado con la noticia de una tragedia que hace dos días, cuando mi madre y mi tía comentaban la trágica muerte en un accidente de coche de una niña de 3 años, yo no podía ni imaginar. Esa niña era hija de alguien con quien llevo años trabajando. Alguien a quien no he conocido nunca en persona, es verdad, pero que por supuesto que recuerdo que hace 3 años cogió la baja por maternidad. Me he quedado sin palabras. Si ayer enviaba un email a las personas de Lectura Social con el asunto «tengo miedo y por eso os escribo» porque tras el resultado de las elecciones europeas no lograba conciliar el sueño, hoy, tras unas escuetas palabras en un email, el miedo se esfumaba de golpe y todo lo invadía la fragilidad, la pena, el sin sentido.

Un rato después, porque todo se mezcla de la manera más azarosa y extraña, recibía un email de esos que calientan el corazón. Alguien me recordaba el día que nos conocimos en persona (la única vez, en realidad, que nos hemos visto) hace muchos años y me contaba lo que yo no sabía entonces, el contexto del que venía ella, la nube negra que arrastraba esos días, los pensamientos aún más negros de solo unas pocas horas antes y cómo el encuentro conmigo y con mi guapa hizo que todo aquello desapareciera. Nuestra amabilidad, nuestra generosidad, un momento que ella no olvida. No sé cómo agradecerle yo ahora su generosidad al compartirlo conmigo en un día como hoy. Es increíble pensar que todas las personas tenemos esta capacidad de iluminar a otras y que muchas veces pasa sin buscarlo, sin darnos cuenta. Quién sabe quién se está acordando ahora mismo de ti, sí, de ti, quien quiera que seas, que lees esto en este momento.

Y, para finalizar el día, la aparición de J., un café con él en un bar de siempre del barrio, como si no hubieran pasado ¿4 años, tal vez? desde la última vez que nos vimos. Alguien de quien suelo decir que «tenemos vida paralelas», pero como me ha dicho él hoy mismo «en realidad somos como cometas cuyas órbitas se van cruzando cada cierto tiempo». Y sí. Vidas paralelas no son, porque si no, nunca se hubieran cruzado y nuestra historia es justo una sucesión de cruces casuales. El mismo colegio, el mismo instituto, la misma carrera, todo eso sin conocernos porque yo soy 1 año mayor que él y no éramos del mismo curso. Y un día un encuentro casual, ya no recuerdo cómo, ni qué nos dijimos esa primera vez, pero sí nos recuerdo sentados en un banco de un parque de Vitoria comiendo una tarrina de helado que acabábamos de comprar en el súper. Charlando entonces de distintas opciones vitales ahora que yo acababa la carrera. Más tarde, viviendo yo en Barcelona, una charla, y él entre el público. No me lo podía creer. ¿Qué haces aquí? Un máster en la Autónoma. Yo también. La alegría del reencuentro, las promesas de llamarnos y no cumplirlas. Y un año después una presentación de curso y él en aquel grupo. No me lo podía creer. ¿Qué haces aquí? Me he matriculado en Teoría de la Literatura. Yo en Filología Hispánica. Una universidad distinta, una ciudad lejana a la nuestra e idéntica alegría, idénticas promesas, idéntico incumplimiento, porque si podemos dejar nuestras órbitas al azar, ¿para qué forzar las trayectorias? Hemos crecido mucho desde entonces, hubo más encuentros fortuitos pero esta vez ha sido mi «hola, estoy aquí, de vuelta al barrio» y allí estaba él casualmente, comiendo en casa de su padre, a 3 minutos de casa de mi madre. De nuevo hoy la alegría inmensa de vernos, de reconocernos, de sabernos espejo el uno de la otra.

Y así ha pasado un día más la vida, atravesada de muerte y esperanza, todo a la vez, como siempre.

 
Leer más...

from Blog de Doclomieu

Este es un microrrelato que envíe hace años a un concurso organizado por Fama sofás, que tenía por título el que le he dado a esta entrada. Esta versión es menos edulcorada que la que envíe al concurso.

Llego a casa tras un duro día de trabajo con la necesidad imperiosa de evadir mi mente del día que he tenido. Cuelgo mi traje en el armario y me pongo el chándal de táctel de mi época de estudiante, que de tan viejo tiene todos los puños raídos, pero cómo me gusta, es tan cómodo y confortable... Voy a la cocina donde pongo agua a calentar para prepararme un té negro, mientras lo preparo apago el móvil, desconecto el teléfono de casa y le echo agua y comida a Sapiens. ¿Dónde se habrá metido ese gato? Cojo el té y me voy al salón a tumbarme en el sofá. Un sofá que de tanto usarlo ha cogido ya la forma de mi cuerpo. Un sofá que me arropa y me protege. Me tapo con la manta, doy un sorbo al té, cojo un libro y comienzo a leer para permitir que mi mente viaje a otros mundos y a otras épocas, un viaje de aventuras y emociones, un viaje… en fin, un viaje vivido desde la comodidad de mi sofá. Pero falta alguien… En ese momento noto las garras de Sapiens clavándose en mi espalda, salto del sofá, tirándome el té hirviendo por encima. Puto gato, le digo mientras me siento en una silla, escaldado y con la espalda ensangrentada. Sapiens me mira sonriente desde el sofá. Siempre se me olvida que él es el dueño y señor de esta casa.


#Relatos

 
Leer más...

from Retales, por @editora

Antes @dragonas@paquita.masto.host ha publicado esto:

Mi hijo está bien señora su hijo lleva cuarenta minutos sobre pensando por si no ha sido lo bastante simpático con la dependienta de casa del libro que le ha preguntado si necesita algo. (link original)

Y le he respondido esto otro:

A mí esto me pasaba constantemente hasta que me paré a pensar que mi complejo de invisibilidad (o sea, siempre tengo la sensación de que nadie me ve —pero es que es real, me he ido de sitios sin pagar por puro despiste y nadie se ha dado cuenta—) era incompatible con que alguien le estuviera dando mil vueltas a una conversación de esas de puro trámite. Al final llegué a la conclusión de que esas personas se habían olvidado de mí a los 5 segundos y que era tontería darle vueltas yo. (link original)

Lo cual me ha llevado a recordar algo que escribí hace tiempo y que rescato ahora aquí:

Desde pequeña sufro de complejo de invisibilidad. Desde aquellos tiempos en los que me perdía, hacían el recuento de niños en el autobús y se iban sin mí, hasta ahora en que sirven a todo el grupo su copa en un bar menos a mí. La frase «uy, no te había visto», la tengo más que oída.

En mi carrera de periodista, sin embargo, empecé a ver este complejo como un don, ya que el «don de la invisibilidad» me permitió colarme no pocas veces en ruedas de prensa y eventos varios sin que nadie me preguntara nada. También me ha servido para enterarme de muchas conversaciones privadas que la gente mantiene como si yo no estuviera allí.

Es una posición que con el paso del tiempo, como digo, me ha terminado gustando. Te quedas en la esquinita de un lugar y desde allí lo observas todo, sin que los demás sepan que tú estás allí. Luego, cuando llega el caso, les sorprendes con tu conocimiento de la situación, que en ningún momento esperan.

A esto que escribía entonces quiero añadir también otro post que escribí en mi primer blog, ya desaparecido:

A los 5 años mi padre se olvidó de mí en la puerta del parvulario. Hacía frío y llovía (juro de verdad que era así, que no es un invento de la memoria) y la escena era como de película mala americana en la que la criatura espera y espera y nunca vienen a recogerla mientras ve como el resto de infantes sí se encuentran con sus padres. A mí me pasó exactamente eso, esperé y esperé bajo la lluvia, y nadie vino a recogerme. Al final, una profesora me vio allí, me hizo entrar, llamó a mi casa y mi madre vino a por mí (tendría que haber venido mi padre, pero se le fue de la cabeza).

Ahora, cuando lo pienso retrospectivamente, creo que fue en ese momento cuando se empezó a gestar en mí la idea de que estamos en soledad en la vida, y de que hay que saberse valer por una misma, porque quizás nunca nadie venga a rescatarte. Que no puedes estar esperando a que te encuentren, porque quizás nadie venga a por ti.

A los 13 años, hicimos una excursión con el colegio a los Pirineos y también me perdí en mitad de un monte. Estaba distraída mirando cualquier cosa (todavía soy así) y cuando me quise dar cuenta ya no había nadie a mi alrededor. En vez de angustiarme, miré a uno y otro lado, vi que había huellas en el suelo y empecé a seguirlas. Así llegué al albergue y al autobús, y lo más curioso de todo es que nadie se había percatado de mi ausencia, y que el autobús estaba a punto de marcharse sin mí.

También en retrospectiva, creo que en ese momento empezó mi complejo de invisibilidad. No es que ahora yo me crea invisible, porque sé que no lo soy, y mis amigas dirían que soy un fueguito (citando a Eduardo Galeano) que brilla entre cualquier grupo de gente, pero a veces sí me siento perdida e invisible, y sin embargo, no es una sensación pesada, al contrario, aprovecho ese lugar para analizar mejor lo que me rodea, para entender mejor desde esa posición de observadora mi mundo y el de las demás personas.

A veces es bueno perderse.

 
Leer más...

from fracos favores

De osos e homes

(NOTA: Neste artigo falo de mulleres e homes dun xeito binario e simplista, pero enténdase ese mulleres como un concepto amplo no que se inclúen tamén persoas que, pola súa expresión de xénero, a súa identidade ou a súa aparencia teñen máis probabilidades de ser perseguidas, acosadas ou agredidas no espazo público por un home. Como persoa axénero non me gusta reducilo todo a mulleres e homes, pero nesta ocasión paréceme necesario usa-la dicotomía muller/home por pura claridade.) Ao longo do mes de abril estendeuse por tiktok unha pregunta dirixida ás mulleres: preferirías estar soa no bosque cun home ou cun oso? As respostas foron maioritariamente pro-oso. Si, algunhas mulleres valoraron as opcións uns segundos, algunhas preguntaron que tipo de oso, ou que tipo de home, algunhas reaccionaron á súa propia resposta con sorpresa ou mesmo decepción. “Quero escoller o home, pero...”, di algunha. “Está claro que o oso me mataría, pero o home... o home podería facerme mil cousas máis”, di outra. “Os osos son predicibles”, conclúe outra.

Escollín o oso porque o consello de seguridade é facerse a morta, pero iso non sempre funciona cun home.

Despois das risas iniciais, vén o golpe de realidade. Nun vídeo, un home tenta facerlle entende-la situación aos seus seguidores falándolles das formas de autodefensa (contra homes, non contra osos) que muitas mulleres teñen interiorizadas: non deixes que te siga, non entres no seu coche, salta dun vehículo en marcha se é necesario, rabuña ou morde a súa pel ata o último momento para que o teu corpo teña o seu ADN. Algo que non saben muitos homes é que boa parte das mulleres que coñecen teñen unha lista interminable de rotinas para evitar ser agredidas, acosadas, secuestradas ou asasinadas, e tamén para, se lles acaba pasando algunha desas cousas, ter probas que apunten ao culpable.

Segundo os datos do Instituto Nacional de Estatística, no 2023 36.582 mulleres denunciaron ser vítimas de violencia de xénero no Estado Español, case 4.000 máis que no 2022. A esta cifra habería que sumarlle todas as que sufriron algunha agresión pero aínda non a denunciaron, ben porque non confían no sistema xudicial, porque non están seguras de que o que sufriron é un delito denunciable ou porque a súa situación administrativa irregular non lles permite o privilexio de poder entrar libremente nunha comisaría.

O Instituto Nacional de Estatística non publica datos sobre o número de mulleres vítimas de ataques de oso porque é algo que pasa tan pouco que non ten sentido estudalo ano tras ano. Segundo este artigo científico do ano pasado, entre 1950 e 2019 rexistráronse 291 ataques de osos a humanos en toda Europa, e ningún deses ataques foi predatorio. É dicir, que o oso en cuestión non andaba na procura dun humano ao que atacar, senón que un ou máis humanos entraron no seu hábitat, o oso asustouse e reaccionou como puido antes de escapar.

(The Bear Woman, de Daniel Eskridge)

Nas últimas semanas saquei o tema do oso e o home varias veces, con distintas persoas, e teño que dicir que todos os homes cos que me relaciono entenden perfectamente que as mulleres escollan o oso. Sei que isto non é aplicable ao groso da poboación masculina, porque as miñas amizades están mui ben escollidas, pero quero pensar que hai homes que a raíz disto son un pouco máis conscientes do medo co que vive boa parte da poboación mundial. Unha das respostas a este debate consiste en preguntar a homes que fan no seu día a día para facer que as mulleres se sintan máis seguras perto deles. Hainos que non saben que responder, ou que admiten non facer nada concreto, pero tamén os hai que entenden que a súa presenza en determinados contextos (unha rúa pouco transitada, un portal escuro, o baño dun bar...) é ameazadora e evitan achegarse demasiado a unha muller descoñecida ou fan notar a súa presenza coa maior antelación posible para non aparecer por sorpresa. Se tivese que gardar unha idea de todas as que escoitei e lin sobre este tema neste mes e medio, quedaría con esta: queremos escolle-lo home. De verdade, queremos vivir nun mundo no que unha besta de media tonelada nos dá máis medo que o noso veciño, ou o noso xefe, ou o noso marido. Pero para iso necesitamos que deixe de haber máis de 36.000 agresións de homes contra mulleres (e as súas crianzas) cada ano.

 
Saber máis...

from torresburriel

En mi empresa, Torresburriel Estudio, 2023 fue un año repleto de desafíos y aprendizajes (es la forma intelectual de decir que el año estuvo plagado de marrones). La industria digital tuvo que pasar por un periodo complicado, pero nuestro compromiso y esfuerzo nos han permitido mantenernos firmes. Sin embargo, es en este 2024 donde realmente estamos viendo los frutos de nuestra dedicación. Desde principios de año, los resultados positivos no han dejado de sorprendernos y reafirmar nuestro camino, nuestro rumbo. Y todo ello sin inversores externos que nos puedan dar apoyo, tanto financiero como de conocimiento o contactos.

Uno de los factores clave para este éxito ha sido nuestra estrategia de trabajo en la fase de preventa. Hemos invertido tiempo y recursos en entender profundamente las necesidades de nuestros clientes desde el primer contacto. Este enfoque nos ha permitido cerrar proyectos más sólidos y exitosos. La preventa en el ámbito de los proyectos complejos es una etapa crucial donde la constancia en hacer crecer y madurar las oportunidades se traduce en resultados. Es un trabajo de hormiga, de cuidado y mimo en cada detalle, que al final da sus frutos.

La formación es otro pilar fundamental en Torresburriel Estudio. Es un sector donde los competidores están muy bien preparados y cuentan con un músculo financiero considerable. Nuestra apuesta siempre ha sido distinta. Nos hemos centrado en desarrollar materiales y metodologías propios, basados en casos específicos y en la experiencia directa con nuestros clientes. Cada curso, workshop o Programa de formación que ofrecemos está impregnado de la realidad del mundo profesional que conocemos, y lo que hacemos es compartir conocimientos prácticos y aplicables.

Enfrentamos, las cosas como son, un océano rojo de competidores en el ámbito de la formación en diseño y experiencia de usuario. A pesar de esto, continuamos destacando por nuestra excelencia y enfoque. Mientras muchos de nuestros competidores pueden invertir en promoción, nosotros apostamos por la calidad de nuestros contenidos y por la autenticidad en nuestra oferta formativa (es lo que está a nuestro alcance de manera diferencial). Nuestros materiales están diseñados a partir de casos reales y aprendizajes obtenidos de trabajar con grandes clientes como Meta, Google, Amazon o LinkedIn.

Desde 2009, hemos estado impartiendo formación de altísima calidad. Este enfoque nos ha permitido construir una reputación sólida y sobre todo confiable. Nos da mucho orgullo saber que muchos profesionales del sector han pasado por nuestras formaciones y han llevado consigo no solo conocimientos, sino también una forma de trabajar que pone al usuario en el centro de todo.

El año 2024 nos ha demostrado que nuestra estrategia está en el camino correcto. Los proyectos trabajados desde la fase de preventa han mostrado ser los que mejor están funcionando, lo que confirma que la constancia y el cuidado en cada etapa del proceso son claves para obtener resultados positivos. Además, nuestra formación sigue siendo un referente, gracias al uso de materiales propios y la aplicación de metodologías desarrolladas a partir de experiencias reales.

La honestidad ha sido y sigue siendo un pilar fundamental en nuestra gestión. En un mundo donde la transparencia y la integridad no siempre son valoradas, en Torresburriel Estudio hemos mantenido estos principios como guía en todas nuestras acciones. A corto plazo puede presentar riesgos, pero a medio y largo plazo, la honestidad siempre resulta ser la estrategia más rentable. Este enfoque nos ha permitido construir relaciones duraderas y sólidas con nuestros clientes, quienes valoran nuestra sinceridad y compromiso. Uno de los mayores, piropos profesionales que he recibido ha sido lo de: vosotros entregáis cero bullshit.

Miramos al futuro con ambición global, pero siempre actuando desde lo local como punto de arranque. No ponemos límites a nuestra visión y trabajamos con un pensamiento positivo que nos impulsa a seguir creciendo. Este optimismo no solo es un motor personal, sino que también contagia al equipo, creando un ambiente de trabajo motivador y resiliente.

En resumen, 2024 está siendo un año de resultados positivos y de consolidación de nuestra trayectoria. Nos hemos demostrado que con esfuerzo, constancia y una visión clara, es posible superar cualquier adversidad y destacar en un mercado altamente competitivo. Vamos a seguir trabajando con la misma pasión y dedicación, afrontando los nuevos retos con la confianza de saber que haciendo lo que sabemos hacer, podemos lograrlo todo. Los resultados de este año son solo el comienzo de una trayectoria que promete.

 
Read more...

from Vendo Opel Corsa

De pronto te quedas clavada y piensas: ¿cuándo fue la última vez que hice lo que quise?

No cuando me levanté temprano, porque había dormido lo razonable y había cosas que hacer.

No cuando saqué de paseo al perro, porque depende de mí y necesita ejercicio y estímulo, y yo también.

No cuando me fui al cine con entradas que compré hace una semana, aunque no me apetecía una mierda hoy.

No cuando empecé a hacerme de comer aunque no me apetecía lo más mínimo, porque conviene comer bien.

No cuando puse lavadoras para tener ropa limpia luego.

Tampoco, y esta es la parte realmente triste, cuando dejé de lado todas esas cosas para tirarme en el sofá y jugar a un videojuego a medias y ver la tele a medias y vaciar el cerebro de las mil otras cosas que tengo que hacer, que debería estar haciendo, que es bueno que haga, necesario, conveniente, positivo, sano. Que quiero hacer.

 
Leer más...

from heyazorin

Respondes a tu cuñado en la comida familiar con dardos explosivos directos a la línea de flotación. Y te la suda. Se resquebraja la tranquilidad y explota en mil pedazos. Metralla que salpica a todos los comensales que ya no comen paella sino verbos y adjetivos calificativos enterrados y, ahora, resucitados como muertos vivientes en la mesa dominical.

Y no se trata de ser maleducado o pecar de exceso de sinceridad. No se trata de dañar por placer. Es la edad en la que te la suda todo porque tienes el trabajo hecho. Los setenta.

El camino a los setenta es la subida al pico más alto del final de nuestra vida. Subir hasta la cima para poder morir en la caída. Que no haya fallo ni mecanismo de seguridad suficiente para frenarte.

Y que caiga contigo todo lo demás. Al pozo más profundo del me la suda todo.

 
Leer más...

from torresburriel

Hello, my name is Daniel Torres Burriel. This page is created to share information about myself on the Internet more easily.

I am a User Experience Strategist and Researcher, working on international projects. I assist others in entering the design field and enhancing their design capabilities.

Here's what I do professionally:

  • CEO and Founder of Torresburriel Estudio 🇪🇸
  • UX-PM Global Strategy & Sales Lead 🌍

You can connect with me on various social media platforms:

  • Twitter
  • LinkedIn
  • Instagram
  • Bluesky
  • Mastodon
  • Facebook
  • Threads
  • Personal Blog
  • Reddit

I was born in Zaragoza, located in the Aragón region of Spain. I currently reside in Zaragoza and Madrid. The city I visit most frequently is Bogotá in Colombia.

 
Read more...

from torresburriel

A veces hago consultas a ChatGPT para saber de ciertos temas. Esta es una anotación para guardar algo que me ha parecido relevante.

Aquí tienes una tabla con los 6 mejores libros sobre Silicon Valley, el sistema de business angels y venture capital, asegurando paridad de género:

Título Autor(a) Descripción
“The Lean Startup: How Today's Entrepreneurs Use Continuous Innovation to Create Radically Successful Businesses” Eric Ries Ofrece una visión profunda sobre cómo las startups manejan la incertidumbre y el riesgo en Silicon Valley.
“Zero to One: Notes on Startups, or How to Build the Future” Peter Thiel Proporciona una perspectiva única sobre la creación de empresas disruptivas y el pensamiento innovador en Silicon Valley.
“Lean In: Women, Work, and the Will to Lead” Sheryl Sandberg Ofrece una visión sobre el liderazgo en Silicon Valley y las experiencias de las mujeres en el mundo empresarial.
“Brotopia: Breaking Up the Boys' Club of Silicon Valley” Emily Chang Aborda la cultura de Silicon Valley y cómo afecta a las mujeres, proporcionando una perspectiva crítica y detallada del ecosistema tecnológico.
“Alpha Girls: The Women Upstarts Who Took On Silicon Valley’s Male Culture and Made the Deals of a Lifetime” Julian Guthrie Cuenta las historias de cuatro mujeres pioneras en el capital de riesgo que desafiaron la cultura masculina de Silicon Valley y lograron un gran éxito.
“Venture Deals: Be Smarter Than Your Lawyer and Venture Capitalist” Brad Feld y Jason Mendelson Ofrece una visión detallada del proceso de financiamiento de riesgo, incluyendo términos y estrategias clave para negociar con venture capitalists.

Estos libros te proporcionarán una comprensión equilibrada y profunda del ecosistema de Silicon Valley, incluyendo las dinámicas de género y las estrategias clave en el financiamiento de startups.

 
Read more...

from Blog de Doclomieu

El título de la entrada de hoy no deja mucho lugar a la imaginación. Durante el puente volví a verme algunos vídeos sobre “Commonplace Books”, llamados, en español, “Cuadernos de temas comunes” o “Libros de temas comunes”, si queremos hacer una traducción más literal.

Tras verme unos cuantos vídeos de Youtube, volvió a asaltarme la idea de que esta forma de organizar el conocimiento ya lo había utilizado durante la carrera. Busqué mis cuadernos y pude identificar, en ellos, algunas de las ideas que se mencionaban en los vídeos.

Una foto de uno de mis cuadernos de la carrera. Se pueden ver las secuencias estratigráficas de dos tipos de ríos.

Pensé que con esa confirmación habría concluido mi interés por este tema, pero no fue así. Me vi, por la noche, pensando en los commonplace books, en cómo habrían surgido, qué tipos podrían existir, la mejor manera de organizarlos... Por la mañana, me senté con un café y la tablet para buscar información, pero no en Youtube, quería leer sobre el tema, específicamente, quería un libro que hablase sobre los cuadernos de temas comunes. Por supuesto, fui incapaz de encontrar nada en español, pero, curiosamente, tampoco encontré libros en inglés, al menos escritos para el común de los mortales. Todo lo que encontré fueron libros académicos y artículos. Lejos de desanimarme, esto hizo que profundizase más en la búsqueda, hasta tener una buena colección de trabajos en mi biblioteca de Zotero.

Captura de pantalla de mi biblioteca de Zotero en la que se pueden ver todos los libros y artículos que he encontrado hasta ahora sobre los cuadernos de temas comunes

Llevo ya una semana leyendo y subrayando capítulos de libros y artículos. Tengo tal cantidad de información sobre los cuadernos de lugares comunes que he pensado que el mejor modo de gestionar toda esa información es tener un cuaderno que sea mi cuaderno de lugares comunes sobre commonplace books (frase extraña y repetitiva donde las haya).

Para este cuaderno me he comprado uno de la marca Dingbats, que recomendó hace tiempo Fountain Pen Pharmacist. Con un tamaño ligeramente mayor que un A5, punteado y papel de 100 g/m2, que aparece recomendado para estilográficas, parecía una buena opción para este menester. Es la primera vez que utilizo un cuaderno de esta marca, así que habrá que ver que tal se porta. En cuanto termine de escribir esta entrada, será el momento de probarlo.

Cuaderno de Dingbats. Es de color azul, con la portada texturizada y con la silueta de una ballena.

Imagino que esta no será la primera y última entrada sobre los commonplace books en el blog. Y que según vaya recopilando información en mi cuaderno, iré escribiendo aquí. Quizás también añada, en una nueva entrada, algunos de los vídeos que me han parecido más interesantes.


Aunque, como he mencionado al inicio, los commonplace books tienen un nombre también en castellano, he visto que en la red se utiliza poco, decantándose la gente por el término anglosajón. Es por ello que he utilizado los dos nombres en la entrada. Sin embargo, para el hashtag utilizaré el término inglés.


Y aquí los hashtags de esta entrada:

#CommonplaceBooks #Escribir

 
Leer más...

from heyazorin

No hay nada como divorciarse para recuperar la líbido. Y si no, preguntadle a mi vecino.

Mi vecino folla fuerte. Bueno, en realidad es a ella a quien escuchamos gemir, jadear y hablar con deje sexual. Él es más de engolar la garganta; de toser hacia dentro. También debe tener la polla más irritada que el entremuslo de un obeso.

El verano de 1998 lo pasé recogiendo nabos en una granja de Totnes, una localidad ubicada en el suroeste de Reino Unido. Fue una especie de castigo por haber suspendido todas las asignaturas de COU. Mis padres pensaron que me vendría bien cambiar de aires, aprender algo de inglés y alejar la cabeza de los problemas adolescentes que me aquejaban (ella se fue con el subnormal del grupo).

Lo que recuerdo de aquel verano fue la preciosa guitarra acústica que me compré en el mercadillo local, lo increíblemente bonita que era la ciudad y las folladas que pegaba la pareja —amigos de mis padres— que me había acogido mientras yo trataba de dormir para levantarme al día siguiente a las 6am y dedicar otra jornada a recolectar hortalizas al sol.

Follar gimiendo o gritando debe tener algún tipo de beneficio frente a no hacerlo porque lo he notado en mis propias pieles. Mis eyaculaciones han sido más prominentes y la sensación de placer es, quizá, superior a follar en silencio. No sólo sientes más excitación si tu pareja te hace ver que disfruta utilizando el lenguaje o las muecas, sino que tú mismo liberas y explotas con más intensidad.
Creo que ahí no hay duda y que todos podemos estar más o menos de acuerdo.

La otra parte viene cuando son los demás (léase vecinos o hijos que habitan la misma casa) los que tienen que soportar que tú o tu pareja expreséis con total desvergüenza los placeres de la carne. Sé que es inevitable escuchar la palmada sorda cuando golpea la cadera contra el culo si está a cuatro, pero igualmente sé que puedes taparte la boca, ponerte una almohada o respirar fuerte en lugar de chillar para dar tregua a los demás.

Hay tiempo de follar con gritos y sin problemas, hay tiempo de follar.

La escalada sexual de mi vecino está en declive. Ya no folla a las 23h y a las 7am. Ahora sólo lo hace a las 23h. Como un reloj. Como si tuviera un recordatorio.

Yo sólo espero, paciente, a que su reciente divorcio y nuevo noviazgo se convierta en la rutina en la que todos vivimos. Y folle a las 23h, como un reloj, una vez a la semana. O al mes. O al trimestre. Y ella deje de gemir. Y él de engolar.

Y, entonces, follen en silencio como hace el resto del mundo.

 
Leer más...