Escritura Social

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from Retales, por @editora

*** A veces hay que ir con el viento, dejarnos llevar por las corrientes, distanciarse para regresar por otra vía. El camino más corto no es necesariamente el que nos conduce adonde queríamos ir. Ni siquiera es seguro que supiéramos adónde queríamos ir, para empezar. No siempre puede uno caer con soltura sobre un hilo tan frágil. A veces somos torpes, no damos en el blanco o lo hacemos antes de hora, que es otra forma de fallar y de fallarnos. Podemos rondar un lugar mucho tiempo antes de hacerlo nuestro. Lo rondamos, calculamos, nos acercamos. Algunos pájaros describen grandes círculos en torno al árbol donde acabarán posándose. Del msmo modo, es posible que haya que estudiar un lugar desde todos los ángulos para ver dónde está la grieta por la que colarnos. No siempre se entra en los sitios por la puerta principal. No siempre se es bienvenido. Hay que conocer bien al dueño, ponerse en su lugar, apropiarse de los sitios renunciando a la idea de poseerlos. No querer que un lugar sea mío, sino que me permita ser yo, que libere mi potencial de ser. El lugar que dirá algo de mi identidad será entonces el que conserve las huellas de su preparación, de los desplazamientos geográficos, sociales y afectivos, visibles o secretos, que me han conducido hasta él. *** El desorden de las propias mesas de trabajo, con su cohabitación de notas variopintas, hizo aflorar conexiones y ecos allí donde la racionalidad los habría desarticulado. Quizá habría que reconciliarse con el desorden de nuestras vidas, que da pie a emparejamientos felices y colisiones fecundas. *** Escribo en los márgenes. También nuestra existencia se entreteje de ese diálogo entre el texto central y las anotaciones marginales. Nadie coincide letra por letra con el relato de su vida, todos nos construimos también con garabatos al margen, en los espacios vírgenes de la página. Es el encanto de las vías secundarias. Hay que releer lo que se dice bajito y al margen del discurso, en un susurro, en esos epacios en blanco propicios a las reacciones y a los comentarios, en esas zonas donde uno recompone que acaba de asimilar, donde subraya su admiración, su acuerdo, su sorpresa o su incomprensión. ¿Cuántos diálogos se entablan en los márgenes de los libros y cuántas interpretaciones se esconden en los márgenes de nuestra vida?

 
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from Ruido Coloreado

Madrid, febrero de 2025. Tras cuatro días intensivos de Cutrecon encerrado en un cine viendo del tirón hasta media docena de películas que harían vomitar a una cabra tengo la sensación de haber quemado en el proceso suficientes neuronas como para compensar los lustros que llevo sin probar ni gota de alcohol. Mi recurrente culpabilidad de dedicar mi tiempo al puro hedonismo sin hacer lo que creo que la sociedad espera de mí como adulto vuelve a asaltarme para poner la guinda a una gripe A descomunal que me llevé como recuerdo del evento.

Entre delirios febriles y el subirme por las paredes tras varios días en la cama @eolica@frankenwolke.com me comenta que se ha liado la manta a la cabeza y se ha matriculado en Química en la UNED. Algo hace click inmediatamente en mi cabeza. La UNED siempre era una idea constantemente aparcada que contemplaba como opción para estudiar alguna de las dos carreras que quería haber estudiado antes que Teleco pero que por diferentes circunstancias de la vida terminé descartando: Física y Matemáticas.

Pero también llevaba años pergeñando una tercera opción. En un mundo que cada día entiendo menos y me asusta más me gustaría cambiar totalmente de tercio y añadir un punto humanista a mi formación. No quiero ser un tecnobro para quien la tecnología sea un fin en sí mismo y no una herramienta para solucionar problemas. Quiero pensar más y mejor.

La idea de inscribirme en el grado de Filosofía me atraía, pero también me daba una pereza insalvable y además siendo realista sabía que era una empresa condenada al fracaso. Pero afortunadamente ahora la UNED se ha inventado los microgrados, cursos de un año que te permiten picotear en un tema de tu interés y que, si te animas, al terminar se te convalidarán para el grado por si quieres continuar.

Así que entre una cosa y otra acabé matriculándome en un par de asignaturas del Microgrado de Historia de la Filosofía. Y, de repente, me encuentro estudiando a Epicuro y su jardín, buscando una vida sin los miedos que nos producen dolor, soñando con la ataraxia al final del túnel. Unas ideas formuladas hace dos milenios y medio me han resonado muchísimo, no creo que hubiese mejor manera de empezar.

No sé si seré capaz de sacar tiempo para aprobar alguna de las asignaturas que he cogido, ni mucho menos acabar el microgrado. Pero simplemente el haberme embarcado en esto ya ha merecido la pena. Llevaba demasiado tiempo buscando apagar mi cerebro a base de ocio pasivo. Ha llegado la hora de pensar un poco más.

 
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from My Favorite Things

#Marc y Laia V: terrazas acristaladas

Marc es como la física cuántica, indeterminista, habita un mundo en donde nada está escrito: los electrones se mueven a su antojo, sin orden ni concierto.

(Sinfonía número 7 en Do mayor, Op. 60 ‘Leningrado’, del compositor ruso Dmitri Shostakóvich)

Para Laia, en cambio, no existe el libre albedrío y piensa -erróneamente- que las cosas son irremediables e inexorables y que no hay bifurcaciones posibles en el camino. En su mesilla de noche, situada a la izquierda de la cama, reposa un ejemplar de El Jardín de Senderos que se bifurcan, de Jorge Luis Borges.

(Todos los personajes coinciden pero se bifurcan a su vez convergiendo con otros. En esta danza geométrica y laberíntica se pone en entredicho el destino del hombre y de la historia. Puesto que, lo que sucede, ¿ha sucedido ya? El infinito, ¿es una pesadilla? ¿Existe un sentido en la repetición?)

Marc finge y se muestra a los demás con la fuerza de una galerna y de un tsunami juntos, pero la realidad es que se siente solo.

Tiene los abrazos rotos en su mesilla y en su cabeza, y lastimados los afectos vividos.

Él y Laia se han convertido en invisibles el uno para el otro, son apenas hologramas que se cruzan en el pasillo y en la cocina y no logran ni siquiera notarse el agradable roce de los dedos de los pies en la cama en las frías noches de invierno.

Marc y Laia son como una terraza acristalada en verano y escuchan los escasos mensajes de WhatsApp que se envían a doble velocidad, para que todo pase cuanto antes.

Para los próximos Reyes, Marc y Laia ya han decidido su regalo: se acabaron los viajes y las sorpresas que se quedan arrinconadas en el espacio-tiempo y en los cajones: Marc y Laia quieren ser taquiones. *

*Aunque nunca ha sido detectados, un taquión es toda aquella partícula hipotética capaz de moverse a velocidades superlumínicas (más rápido que la velocidad de la luz). A los taquiones se les atribuyen propiedades inexplicables a día de hoy. El tiempo propio que experimenta un taquión es también imaginario.

 
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from torresburriel

El próximo lunes 17 de marzo tengo una cita que me hace especial ilusión. Voy a dar clase en el Máster de Creación y Dirección de Startups del Startups Institute. Y aunque llevo años subiéndome a escenarios, foros y aulas, esta vez tiene un matiz que me gusta especialmente: voy a hablar de diseño y experiencia de usuario, pero en un contexto donde el foco está en el emprendimiento, la tecnología y el negocio.

Siempre he dicho que me siento más cómodo llevando la experiencia de usuario fuera de los círculos tradicionales del diseño. Y no porque no me guste hablar con diseñadores (todo lo contrario), sino porque creo que la verdadera evangelización está en explicar lo que hacemos a quienes no lo tienen en su radar. Es ahí donde el diseño y la UX pueden marcar la diferencia.

En Torresburriel Estudio hemos trabajado con muchas startups y empresas para ayudarles a mejorar sus productos digitales a través del diseño. Una de las palancas más efectivas que usamos es el testing con usuarios. No me cansaré de repetirlo: sin usuarios, no hay experiencia de usuario. Y sin validación con usuarios, cualquier decisión de producto es, en el mejor de los casos, un tiro a ciegas.

Es curioso, porque en los últimos años he hablado de esto en escenarios de todo tipo: desde eventos de tecnología hasta reuniones con ejecutivos de banca, pasando por foros de desarrollo, comunidades de marketing, y hasta encuentros con instituciones y políticos. Cada vez que tengo la oportunidad de hablar de UX fuera del ecosistema del diseño, me doy cuenta de lo necesario que sigue siendo insistir en ello.

Porque la UX no es un lujo. No es una opción. Es parte fundamental del éxito de cualquier producto digital, y en el mundo startup, donde los recursos son limitados y las apuestas son altas, entender esto puede marcar la diferencia entre crecer o quedarse por el camino.

Así que sí, el lunes voy a volver a las aulas. Y lo haré con muchas ganas de compartir, debatir y, por qué no, convencer a más de una persona de que la UX no es solo un nice-to-have, sino un must.

 
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from Mi perra vida

Relato — Breve historia de cómo los dinosaurios poblaron la tierra (otra vez) | Poema — Debí Imaginarlo — Lucia Palomo | Reseña — Darién — Federico Ríos Escobar | Frase robada — Albert Camus | Bonus track

Breve historia de cómo los dinosaurios poblaron la tierra (otra vez)

Todas acudieron esa noche tibia a escucharla, sabían que estaba terminando su ciclo, casi cumplía diecinueve años, la más vieja en muchas decenas de décadas. Su unigénita la ayudaba a caminar, despacio en medio del bosque hacia la luz de la fogata. A pesar del dolor en la columna rota, avanzaba despacio y sonriendo, era consciente de que había tenido una buena vida, sus vidas pasadas también lo habían sido, y en el fondo de su corazón tenía la esperanza de que su vida futura lo sería. Se fueron acomodando alrededor del fuego, hasta llegar las trece, llamadas conservadoras, quienes escucharían a la que consideraban el oráculo, de esa y las lejanas regiones de donde acudieron para oír sus palabras, así, al volver a la tierra que las vio nacer, repetirían incansablemente su experiencia y conocimiento, como se había hecho desde el principio de esta era moderna.

La tradición decía que cuanto más cerca se estaba del fin de esta vida, más del principio de todos los tiempos se tenía que hablar.

En cuanto percibe el calor en sus huesos porosos, el dolor fue menos intenso, se retiró la capa, acomodándola en su regazo, indicando que el rito de la comunicación estaba iniciado.

-Gomory cuéntanos la historia que te contaron nuestros ancestros, sobre el alma que llevamos en la sangre –dijo una de las conservadoras mientras todas las demás miraban atentas a Gomory, en silencio sepulcral.

Ella se mantuvo callada también, sabía que esa suele ser la última historia que se cuenta antes de partir. Recordó a Aracia y la última vez que la vio, ella tuvo la fortuna de vivir unos años menos, aunque con menos dolor. Se le llenó el corazón del alma de los dioses, y se le secó.

Se esforzó lo más posible para levantarse de su asiento, todas entendieron la importancia, y el respeto que había que guardar a la historia que se avecinaba, cuando todos los ojos se posaron en ella, comenzó.

-Hace varios cientos de millones de años, la tierra era habitada por los dioses, miles y miles de ellos, algunos invisibles, poblando los mares, y otros inconmensurables que caminaban por la tierra o surcaban los aires, en un mundo divino por antonomasia.

Les tomó mucho tiempo, tanto que no podemos imaginarlo, preparar este mundo para nosotros, hoy somos y estamos determinados por la gran sabiduría y paciencia de esos dioses.

Generación tras generación los dioses continuaban su labor, esperando el momento que los llevaría a ser eternos.

Morían y reencarnaban, en ciclos que parecían infinitos, hasta que vieron esa señal que cayó del cielo, indicando el momento en que inició la primera gran transmutación. Ahí surgió nuestro origen, corpus y animus. El primero, el corpus, viene de los que sobrevivieron a la transmutación, que fueron los menos. Pero el animus, proviene de aquellos que quedaron sepultados, los más. Por eso nuestro corpus dura tan poco y el animus es eterno.

Hubo un período extenso de silencio entre los dioses, los que estaban en la superficie se iban adaptando, creando el andamiaje de lo que hoy somos, mientras aquellos que se inmolaron y permanecían bajo tierra se preparaban para volver en algún momento e integrarse en nuestras entrañas.

Cuando los que antes de nosotros descubrieron a los dioses en lo profundo, inició el periodo oscuro de nuestra historia, donde el frágil corpus, pensó que el animus era solo una herramienta y no su esencia. En ese período usaban la sabiduría de los dioses sacados del corazón de la tierra para calentarse, para mover máquinas, para transformar el mundo, creando un infierno de vida eterna.

Pero los dioses son sabios y después de algunas décadas, gracias a la ambición de quienes nos precedieron, ya habían salido de las entrañas de la tierra, y se encontraban, primero en el cielo y luego en toda la superficie y en todos los mares, al final dentro de nosotros, en nuestra sangre, en todos los órganos.

Nunca ha sido fácil entender el designio divino, en este periodo oscuro donde reinaba la confusión, la explotación del alma de los dioses que provenían del subsuelo cambió al mundo, y en menos de un siglo todo se transformó.

El mundo era habitado por más y más gente, se producía todo lo inimaginable, se destruía todo, incluso entre nuestros ancestros se dieron férreas matanzas, envenenaron el mar, la tierra y el cielo, calentando el planeta, hasta que al final los dioses invisibles, microscópicos, los paganos les decían micro plásticos, ya dentro de nosotros comenzaron el gran cambio, así como millones de años atrás infiltraron las entrañas de la tierra, hoy renacían y se comunicaban con nosotros en lo más profundo.

Nuestros ancestros pecaron de egolatría, se negaban a pertenecer a nuestros dioses, pero a pesar de todos los esfuerzos, el mundo comenzó a involucionar, y se rompió en mil pedazos la creencia de la vida y felicidad eterna.

La nueva transmutación fue silenciosa, sin ningún cataclismo en el mar. Las reglas de ese viejo mundo fueron llamados genocidios, pandemias, enfermedades; pero era el designio de los dioses. Murieron por cientos de miles de millones, quedaron pocos, nuestros padres, nuestros abuelos, que entendieron el mensaje, el destino de nuestra existencia.

Entendieron que, lo que para los abuelos de sus abuelos fue una extinción, eran las bases de este mundo. Es así como comprendimos que, en cada uno de nuestros órganos, en nuestra sangre, yo en los huesos, o Aradia en su corazón, llevamos a nuestros ancestros, que brotaron del subsuelo para dictar nuestro destino y nuestra historia.

Al término Gomory guardó silencio unos minutos, mientras sus trece compañeras reflexionaban. Se fueron retirando poco a poco, una a una, les aguardaba un largo camino. Cuando la última se fue, Gomory retomó su asiento, y su terrible dolor en la columna. Pero su cara se veía plena, feliz, sabía que los dioses hacían su trabajo, y por fin, le quedaba poco tiempo. ···

Debí Imaginarlo — Lucia Palomo

He salido a vivir el sol, me he quedado a ver el atardecer.

Nos basamos en nuestra experiencia para guiarnos por experiencias nuevas.

Abrí la ventana para sentir el olor a tormenta, cuando volví con mi café encontré el suelo goteado.

No creo en el destino porque lo he visto cambiar ante mis ojos decenas de veces.

He visto la puesta de sol, me fastidia hacer el camino a casa de noche. No soy lo que esperaban de mí, pero yo siempre lo supe.

He alargado todos tus abrazos el triple esta tarde, se me han hecho las tantas en el tren.

Hay historias en todos los asientos para quien quiera fijarse.

He elegido la música por encima de la realidad, me he saltado mi parada.

Me despido de tí, te veré pronto. Mañana me va a doler, por costumbre. ···

Darién — Federico Ríos Escobar

Los libros de fotodocumental son una novedad en mi biblioteca. A pesar de haber visto el trabajo de Federico en algún periódico de gran tiraje, mi indiferencia ante el nombre del autor de esas fotos se vino abajo al conocer algunos aspectos personales de su actividad profesional, publicado en su blog en substack. Ahí dio a conocer su último proyecto «Darién», un fotodocumental que como libro-objeto es una obra de arte.

También lo es, por supuesto, la linea narrativa que con una estructura lineal y un desarrollo de personajes bastante literario, propio de una obra de ficción; documenta los orígenes, transformación y fin último de los migrantes, que deben atravesar la selva para tan sólo iniciar la persecución del sueño de una vida mejor.

A diferencia de una obra de ficción, Federico nos demuestra artísticamente esa realidad que miles de migrantes viven día con día. El trabajo técnico es fantástico, pero la sensibilidad es por mucho su mayor virtud. Es imposible que no se te revuelque el corazón con todo tipo de emociones, y aunque al final se busca representar un final feliz. No es difícil quedarse pensando qué es lo que pasó con aquellos que no cumplieron su sueño, o peor aún les fue truncado junto con la vida. ···

Frase robada — Albert Camus

Nos conocimos, nos reconocimos, nos entregamos mutuamente, logramos un amor ardiente de cristal puro, ¿te das cuenta de nuestra dicha y de los que se nos ha dado?

 
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from torresburriel

El feedback es el pegamento de las relaciones profesionales. Sin él, todo se desmorona, aunque no lo veas venir. Y sí, ya sé que a veces incomoda. Que puede doler. Que nos enfrenta a cosas que no queremos escuchar. Pero es que, precisamente por eso, es imprescindible.

Cuando trabajas con alguien, da igual si es socio, cliente, proveedor o parte del equipo, el feedback es lo que mantiene la relación en marcha. Es lo que ajusta expectativas, lo que pone los límites claros, lo que evita malentendidos y resentimientos que se enquistan. Sin feedback, todo parece ir bien… hasta que un día, de repente, no va. Y entonces ya es tarde.

He visto equipos romperse por no saber decirse las cosas. Por tragarse las dudas, los desacuerdos o las quejas hasta que se vuelven un muro imposible de derribar. He visto relaciones comerciales irse al garete porque nadie se atrevió a decir “esto no está funcionando” cuando todavía había margen para arreglarlo.

A veces creemos que callarnos es ser profesionales. Que si no decimos nada es porque estamos siendo elegantes o porque “no hace falta”. Y lo que en realidad estamos haciendo es acumular grietas invisibles que un día se convierten en un agujero negro.

El feedback no es un capricho, es una responsabilidad. Es el único camino para que cualquier relación profesional sea sana, duradera y beneficiosa para ambas partes. Si algo va bien, dilo. Si algo va mal, dilo más rápido todavía. Y si alguien no es capaz de aceptar feedback, igual es que esa relación nunca iba a funcionar.

Porque el problema no es decir las cosas. El problema es no decirlas.

Gracias Freddy Vega, Christian Van Der Henst por este gran aprendizaje.

 
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from torresburriel

Ser CEO no es sólo tomar decisiones estratégicas. Es también pelear cada día con una agenda que parece una jodida máquina de fabricar urgencias. Proyectos, clientes, formación, eventos, llamadas, gente a la que no conozco que quiere mi atención, reuniones… Todo parece importante, todo tiene sentido, pero si no sabes parar un momento, priorizar y seguir con cabeza, te comes la energía del equipo, la tuya, y te cargas el nivel de excelencia. Y si hay algo que no me puedo (ni quiero) permitir es eso.

Porque claro, las oportunidades siempre están ahí. Surgen proyectos interesantes, llegan propuestas tentadoras, aparecen eventos donde podríamos estar y contactos que podrían abrir puertas. Y sí, muchas veces la tentación de decir que sí a todo es grande, enorme. Pero aquí está el truco: no se puede. No al menos si queremos seguir haciendo las cosas bien y queremos seguir estando bien.

No priorizar significa dispersarse. Y dispersarse significa perder foco, perder calidad, perder credibilidad. Es dejar de hacer bien lo que realmente nos define y por lo que generamos confianza. Y yo he aprendido (a un alto coste) que hay momentos en los que hay que parar, mirar con perspectiva y decidir en qué merece la pena poner la energía.

Eventos, proyectos, nuevos negocios, oportunidades… Todo parece importante, pero no todo suma en cada momento. A veces hay que renunciar a una charla, a una colaboración o a un cliente que podría sonar bien en términos de facturación. Y hacerlo no es un fracaso, es una decisión estratégica.

Porque lo que importa no es estar en todas partes. Lo que importa es estar donde realmente sumamos, donde podemos marcar la diferencia y donde nuestra excelencia se mantiene intacta. Pero también es importante saber renunciar para ser más sostenible. Contraviniendo la letra de aquel temazo de Negu Gorriak —Gora Herria—, esta vez sí se puede parar para coger impulso.

Así que sí, perder alguna oportunidad a veces duele. Pero lo que de verdad duele es ver cómo se pierde calidad por querer abarcar demasiado. O peor, dejar de estar disponible. Y eso sí que no.

 
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from Cartas de Berni

Visito a mi madre una vez al año (tuve que emigrar) y siempre aprovecho para realizar algunas tareas de mantenimiento en los dispositivos que usa. Cosas simples como limpiar la caché, cerrar dos millones de ventanas y buscar malware. Este año ha sido mucho peor. Me he encontrado con situaciones que me han provocado un gran enfado, y he decidido documentar aquí todos los atropellos que las corporaciones han cometido contra una persona de más de 70 años y cómo he intentado remediar cada cosa.

El problema: Llamadas no solicitadas y chantaje emocional

Una de las primeras pistas de que 2024 fue realmente negro en cuanto al abuso comercial lo encontré en su cuenta bancaria. Parece que mi madre se había suscrito a varios programas de donación pertenecientes a varias ONG mayoritarias.

Si bien es algo loable, decidí consultar con ella para asegurarme de que no estaba domiciliando más suscripciones de este tipo de las que ella podía permitirse. Me contó que solía recibir llamadas por parte de esas organizaciones, algunas de ellas de tono bastante duro. Sorprendido por el comentario, le pedí que me diera más detalles.

Mi madre me contó, a modo de ejemplo, sobre la comercial que intentaba que se apuntase y que le dijo, tras una negativa cortés por parte de mi madre, “si podría dormir con la conciencia tranquila” aquella noche tras decidir no colaborar con el programa. Me cuesta describir con palabras la profunda ira que sentí con aquello.

El remedio: revisión de las domiciliaciones

Como remedio, utilicé la aplicación de banca de mi madre para eliminar todas aquellas domiciliaciones que habían sido obtenidas mediante el uso de técnicas crueles y capitalistas de manipulación. Al mismo tiempo, le recomendé centrar sus colaboraciones en organizaciones con métodos de captación más éticos. También suscribí a mi madre a la Lista Robinson, que describo más abajo.

El problema: Ofertas excesivas de telecomunicaciones

Mi madre está suscrita al paquete básico de una conocida compañía de telecomunicaciones. Eso significa que no dejan de acosarla por teléfono para que contrate paquetes más costosos, llenos de cosas que no necesita.

Mención especial merece lo que pasó hace unas semanas, en las que nos ofrecieron una “rebaja” en el coste del servicio a cambio de un compromiso de permanencia de un año bajo sanción de 80 euros en caso de incumplirse. La comercial dio el menor número de detalles posible y solo me enteré del verdadero significado de la “ganga” cuando me leyó las condiciones finales extremadamente rápido. Colgué el teléfono sin dar mi consentimiento verbal y recibí un correo con la confirmación de la oferta.

El remedio: La Lista Robinson

Para evitar llamadas comerciales y también llamadas de organizaciones supuestamente humanitarias con tácticas comerciales sin escrúpulos, he añadido los teléfonos y el correo electrónico de mi madre a la Lista Robinson, un servicio de exclusión publicitaria en el que puedes apuntarte y también apuntar a cualquier persona que esté a tu cargo. En cumplimiento con la normativa española y europea de protección de datos, las compañías deben usar la lista para evitar lanzar campañas de publicidad dirigida a las personas que formen parte de la misma.

Es importante reseñar aquí que la Lista Robinson no es una bala de plata contra el bombardeo publicitario, ya que es un servicio gestionado por las propias empresas. Sin embargo, es un requisito importante a la hora de enviar una denuncia al regulador si alguna empresa realiza llamadas comerciales sin tu consentimiento a pesar de figurar en ella.

El problema: Basura IA y vídeos fascistas en Youtube

Este será, de lejos, el caso que ocupará más espacio de mi crónica. Va a ser difícil escribir sin enfadarme, pero lo voy a intentar.

Mi madre fue profesora de Historia e Historia del Arte, y le interesan mucho los videos sobre estos temas. También le gusta ver cosas sobre teología, religiones y alguna cosa de cotilleos del corazón, lo que prueba el dicho anglosajón de que la manzana no cae muy lejos del arbol, ya que a mi me gusta ver reality shows de vez en cuando. No me juzguéis.

El problema es que este o cualquier otro conjunto de gustos tan eclécticos suele ser interpretado por el algoritmo de Youtube de la misma forma: fascismo. He renunciado a entender la razón, de verdad. Me desespera.

Descubrí que mi roja y rabiosamente republicana madre, estaba suscrita a unos cuatro o cinco canales que mostraban contenido de extrema derecha. Casi siempre eran cosas como “Perro Sánchez, destruido por este comentario, woke is dead” y cosas así. Cuando le pregunté por ello, me dijo que no recordaba haberse suscrito a esos canales y que simplemente ignoraba esos vídeos cuando aparecían.

Mi madre sabe perfectamente como suscribirse a canales. Así que me puse a curiosear en aquellos canales de extrema derecha a los que aparentemente se había suscrito y quedé helado, porque todos ellos siguen un patrón muy astuto y bastante peligroso.

Si uno retrocede lo suficiente en esos canales, se encontrará con el hecho de que no comenzaron siendo canales de temática fascista. Casi todos empezaron con contenidos relativos a estilo de vida, rumores, prensa rosa, etc. Y de repente, un buen día, suena el silbato y las células durmientes se activan, y empiezan a hablar de noticias publicadas por OK Diario, Begoña Gómez y de la “plaga” de crímenes provocados por extranjeros.

Como Youtube no es que facilite el acceso para gestionar y eliminar suscripciones, la gente no suele borrar las mismas, lo que hace que se queden ahí, alimentando el sistema de recomendación. Ahora, imaginad que esto le pasa a alguien con poca alfabetización digital.

Tomad buena nota de esto, porque Youtube es, a veces, una máquina de fabricar fascistas. Si apartáis las manos del volante, aunque sea un segundo, acabaréis en algún video de glorificación a la Sociedad Thule.

Otras dos cosas que se extendían por sus recomendaciones como una plaga: la publicidad orientada a emociones negativas y los videos generados por IA. Tengo Youtube Premium porque, entre otras cosas, mi mujer lo necesita y me lo puedo permitir. Tal vez por eso nunca me percaté del todo del horror que es la publicidad en los videos de Youtube, con anuncios alarmistas y destinados a provocar emociones como el cansancio, la preocupación o, directamente, el hastío.

La publicidad en este servicio ha alcanzado tal nivel que hace odioso aguantar siquiera diez segundos de la misma. De verdad que le preguntaría a las agencias y comercios cual es la ventaja de que la gente sea molestada sistemáticamente por un anuncio con su producto. A lo mejor, si eres publicista y estás leyendo esto, me lo puedes explicar.

Comparado a los dos problemas anteriores, la legión de vídeos generados por inteligencia artificial es el menor de los problemas, pero irrita mucho y me vais a permitir que use palabras gruesas porque este asunto me toca mucho la moral.

La reciente proliferación de estos vídeos se ha dado merced a una panda de gilipollas que no dejan de publicar en sus canales de mierda lo fácil que es ganar dinero en Youtube mientras te tocas el trombón a base de que ChatGPT, Midjourney o cualquiera de esos programas de generación de vídeo para que el contenido robado te haga los deberes. Mi madre, que sabe del tema por lo que yo le cuento, se ha tenido que volver una experta en identificar las imágenes de mierda, las voces de mierda y los textos de mierda que acompañan a esos vídeos.

El remedio: vigilancia, bloqueo, cuidado

En este caso y a mi pesar, la solución ha pasado por ejercer cierta vigilancia sobre las recomendaciones que Youtube le hace a mi madre. Digo a mi pesar por que, si bien ella me hizo la petición, entiendo que no todo el mundo tiene la misma relación de confianza con sus mayores que la que tengo yo con la mía, y las soluciones que voy a describir pueden no ser las ideales para cada caso.

Antes de que me hables de instalar Linux, dejar Youtube y cosas similares, debo advertir que este texto ha sido escrito desde un portátil con Ubuntu. tengo que decirlo antes de comenzar a escribir sobre la solución para evitar el clásico comentario de “ese tío” sobre lo que debería o no hacer.

El problema en el caso de mi madre es que suele ver Youtube en el móvil y en la televisión. Sustituir la app por algo como Newpipe o Grayjay, que son maravillosas, implicaría que se acostumbrarse a una interfaz diferente y yo vivo muy lejos de ella, así que es crucial que la solución parta por hacer los mínimos cambios posibles en el software que utiliza.

Mi primer paso fue eliminar (con su consentimiento) todos los canales estilo célula durmiente de la extrema derecha a los que se había suscrito por error. Hice lo mismo con los vídeos que no tienen a ningún ser humano detrás.

A continuación, suscribí a mi madre a Youtube Premium. Es una solución que no me gusta porque es básicamente ceder a una forma de chantaje, pero la distancia hace muy difícil que tenga la suficiente facilidad como para explicarle todos los pasos requeridos para usar apps como Freetube.

Por último, añadí la cuenta de Google de mi madre a mi app de Youtube. De esa forma, puedo eliminar cualquier vídeo fascista o generado exclusivamente por IA que aparezca en su lista de recomendados, así como avisar de cualquier contenido o canal sospechoso que asome la patita por debajo de la puerta. Debo insistir en la advertencia que hice antes: esta solución puede no ser ideal en muchos casos, dependiendo de la relación que tengáis con vuestros mayores.

Soluciones alternativas para este caso

Si la persona a la que quieres proteger se desenvuelve más o menos bien con las nuevas tecnologías y no le importa un cambio de interfaz, Freetube, Newpipe y Grayjay son opciones excelentes para quitar casi el 90% de la basura que entra por los canales de vídeo. Pero recuerda: nada puede reemplazar a una vigilancia atenta. Además, aconseja a tu familiar que se fije en las siguientes cosas cuando vean contenido en Youtube:

  • ¿Intenta provocar emociones como miedo o angustia?
  • ¿Hablan de un tema totalmente distinto al tema con el que comenzaron?
  • ¿Está ese tema relacionado con palabras utilizadas por la extrema derecha?
  • ¿Aparece alguna persona real en el vídeo?
  • ¿Aparece alguna voz real en el vídeo?
  • ¿Fomenta teorías de la conspiración, tierra hueca o civilizaciones alienígenas antiguas?

El problema: Publicidad y malware en las noticias

De nuevo, me gustaría expresar mi sorpresa por el hecho de que las empresas paguen tanto para molestar a sus posibles clientes. Además, está el problema de que una gran parte de la publicidad online que vemos se basa en audiencias manipuladas. Hay granjas de móviles en países asiáticos donde a las personas se les paga para pulsar en anuncios de medios occidentales, aunque esa es otra historia y merece ser contada en otro momento.

El remedio: Firefox y Ublock Origin

Este es, con diferencia, el problema que ha sido más fácil de solucionar. Con su permiso, instalé Firefox en el teléfono de mi madre y le añadí Ublock Origin. No solucionará todos los problemas, pero al menos quita un porcentaje muy elevado de basura. Recordad: los bloqueadores de anuncios son una herramienta imprescindible en la tecnología moderna.

Solución alternativa: Servicios de DNS

Hay varios servicios que bloquean publicidad y malware a nivel de DNS, lo que facilita evitar la misma. En el caso de mi madre, he decidido no usarlo porque si uno de esos servicios falla, podría tener dificultades para acceder a cualquier cosa en el teléfono, incluyendo el servicio de acceso remoto que uso para solucionar cosas en su dispositivo. Pero yo lo uso en el mío y la verdad es que, sin ser perfecto, es una bendición. Si quieres probarlo, te recomiendo los siguientes servicios:

Conclusiones: Cuidado y autodefensa contra el abuso y la indiferencia

Cajeros con temporizadores, tornos complicados de pasar, oficinas bancarias que cierran, suscripciones de un clic con formas laberínticas de cancelación... Ser una persona mayor en España es cada vez más peligroso y provoca mayor sensación de desamparo. El coto de los diferentes gobiernos sobre este abuso es, o bien insuficiente, o bien inexistente.

Por si fuera poco, una verdadera piara de canales de vídeo y redes sociales acosan todos los días a nuestros seres queridos para extender sus mensajes racistas, fascistas y provocar miedo y angustia.

Pero la sociedad siempre tiene una herramienta a su alcance: la autodefensa. Hoy más que nunca, debemos enseñar a nuestros seres queridos a identificar y evitar formas sangrantes de abuso y manipulación. Espero haberos ayudado contando mi caso. Si quieres, puedes compartir tus estrategias para proteger a las personas mayores enviándome un mensaje a mi cuenta de Mastodon.

#privacidad #mayores #publicidad #marketing #cuidados #Youtube

 
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from Mi perra vida

Relato — Sin permiso | Poema — La Brisa – Coral Bracho | Reseña — La dimensión desconocida – Nona Fernández | Frase robada — Franz Kafka | Bonus Track

Sin permiso

Escuchó la sirena de una patrulla a lo lejos, las conocía bien y su significado, conforme el sonido se acerca la piel se le eriza, el ruido es ensordecedor, sonaron disparos y saltó del susto.

Abro los ojos y apago el maldito despertador, me quedo sentado unos minutos al borde de la cama, agitado, estoy paralizado del temor. Aún desconozco el sitio donde me encuentro, pero observo despacio todo mi cuerpo y no veo nada anormal, no hay golpes o heridas, me toco la cara y no está deforme por las palizas. Decido quedarme sentado y esperar, intento hacer el menor ruido posible.

Se oye el abrir y cerrar de las puertas en el pasillo, sé que llegarán a mi puerta, repito en voz baja, una y otra vez los nombres de mis hijos, es lo único que puedo recordar, quisiera rezar pero lo olvidé, tampoco estoy seguro de que sirviera para algo. La puerta se abre suavemente mientras rechina, y encienden la luz que me deslumbra.

-Buenos días Martín, ya es hora de levantarse. Por favor vístase y lo espero abajo para desayunar – Me indica una mujer uniformada, un poco rellena y no muy alta, su tono de voz ha sido tan amable y sincero como su sonrisa. Ya con la habitación iluminada veo mi ropa, ordenada en un gancho colgado en la silla, al lado de una mesa que tiene cuadernos, lápices y colores. Me detengo un segundo para observar las hojas de papel regadas y los dibujos de árboles, casas y aves, parecen algo infantiles pero me gustan. Tomo la ropa y me visto, me veo en el espejo del baño y noto algo extraño, no sé exactamente qué es, por un momento el reflejo me parece ajeno, pero no lo es, sigue todos los movimientos que hago mientras me peino.

Sin pensarlo me acerco a la cama y comienzo a arreglarla, levanto la almohada para sacudirla, y hay un cuchillo debajo, me sorprende su presencia, lo tomo y con mucho cuidado valoro con la yema de mi pulgar el filo que tiene.

Una voz me asalta por detrás, y se me cae de las manos, intento agacharme para levantarlo, pero la espalda rígida y adolorida enlentecen y finalmente frenan mi camino.

-¿Otra vez te metiste en la cocina sin permiso? – Me dice la mujer uniformada bajita, algo regordeta, que se me hace conocida, que se agacha con mucha facilidad para tomar el cuchillo y termina de arreglar la cama.

-Gracias por hacer la cama Martín, ya sólo le di dos estirones y quedó impecable. Vamos, te acompaño al comedor – Guarda el cuchillo en una de las bolsas traseras de su pantalón y toma mi mano para guiarme afuera de mi habitación.

Me suelta cuando llegamos al final de la fila, me imagino que debo hacer lo mismo que los demás. Pasan enfrente de una mesa donde les dan unas pastillas, a unos más que a otros, y un sorbo de agua para tragarlas, hago lo mismo, y después de deglutirlas, tomo mi charola y continúo en otra fila donde sirven comida. Me preguntan sobre mis opciones de desayuno. Me da igual, o puede ser que no recuerdo qué me gusta más, así que digo cualquiera de las opciones, aunque tengo la impresión de que la persona uniformada que atiende, me sirve lo que ella quiere.

Busco donde sentarme, escucho que gritan a lo lejos ¡Martín!, casi en el fondo, tengo la impresión de que se dirige a mí, busco con la mirada a quien grita ese nombre y lo veo, me parece familiar, o menos extraño que los otros. Me dirijo a su mesa y me siento frente a él.

Habla todo el tiempo mientras come, me sorprende que pueda hacer tan rápido ambas cosas. No tengo claro todos los temas que aborda, pero veo que sonríe si se le responde con algunos monosílabos, mientras termino el contenido de mi charola. Al terminar los alimentos, él está lejos de guardar silencio.

Le interrumpe su monólogo una voz, que sale de los altavoces de la esquina de la habitación, nos pide que salgamos al jardín y nos desea “un hermoso día”. Todos, lentamente nos levantamos, pero alguno se queda en su asiento, viendo el plato de comida o solo revolviéndola con la cuchara.

Intento escapar del tipo que habla demasiado, y me camuflo con el resto, pero no será tarea fácil, ya que soy de los pocos que no tiene el cabello totalmente blanco, pero aun así lo logro, y salgo al patio.

El sol entre los árboles es muy agradable, se oye el trinar de las distintas aves, algunas me parecen conocidas, veo a lo lejos una banca entre el sol y la sombra, aprieto el paso para ganar el lugar, no es difícil, todos son muy lentos.

Tomo asiento y me dispongo a observar, es un jardín muy grande y arreglado. Escucho otra vez que me gritan ¡Martín! a lo lejos, identifico la voz y es el mismo tipo que no paraba de hablar en el desayuno.

Se sienta a mi lado y al hacerlo me empuja un poco, tengo que acomodarme en la banca nuevamente. Habla del desayuno, del clima, comenta cosas sobre algunos compañeros que me señala con la mano, hasta que logro identificar una fuente de piedra a lo lejos, las gotas derramándose me encantan, y poco a poco la voz de ese hombre se aleja y solo escucho el agua cristalina cayendo por cientos o miles, en la base de la fuente repleta de agua. La cadencia de las gotas me arrulla y el sueño me invade poco a poco.

Me despierta el estruendo de su carcajada, casi llora de risa, no me queda muy claro porqué, dice que era muy gracioso ver cómo los hombres y mujeres se orinaban en los pantalones mientras los amenazaba con la metralleta, vuelve a tener una crisis de risa cuando cuenta cómo les reventaba la cabeza a culatazos para que dijeran todos sus secretos. Se ufana de haber violado a las prisioneras que estaban “apetecibles”, enfatiza esto último a modo de complicidad.

Mientras lo escucho, mi mente se aleja, y se enfoca en las gotas de agua cayendo en la fuente, pero poco a poco el trinar de las aves, se transforma en el recuerdo de mi madre llorando por mi hermana desaparecida, la encontramos décadas después en una fosa llena de otras mujeres torturadas por el ejército, nunca supimos el porqué, porqué ella, porqué la golpearon, porqué la violaron, porqué nunca volvió a casa.

-¿Por qué lloras? – pregunta ese hombre que no para de hablar y de reírse.

Me levanto de la banca con resolución, me siento extraño sabiendo exactamente lo que tengo que hacer. Dejo al tipo hablando y me dirijo al comedor, sé que los cocineros platican, escuchando música mientras preparan la comida. También sé que donde se guardan las paneras hay unos cuchillos aserrados, con uno debe bastarme, un corte certero en el cuello y ese milíco se va a dejar de reír de sus atrocidades, me fijo que no haya nadie cerca, meto el cuchillo a la bolsa.

Solo tengo que alejarme de él, esperar hasta la noche, si lo sigo escuchando lo voy a apuñalar en la sala de televisión o en la biblioteca.

Fingiré estar enfermo del estómago para no verlo hasta la hora de dormir, voy a su cuarto y lo hago pagar por todo lo que hizo.

A la mañana siguiente, entró la enfermera al cuarto de Martín, estaba sentado al borde de su cama, mirando sus manos como si viera al infinito. Vio que la cama estaba parcialmente arreglada, al acomodar la almohada, encontró un cuchillo.

Lo tomó con cuidado y lo guardó en su bolsa

–¡Martín! ¿otra vez fuiste a la cocina sin permiso?

La brisa – Coral Bracho

La brisa toca con sus yemas

el suave envés de las hojas. Brillan

y giran levemente.

Las sobresalta y alza

con un suspiro, con otro. Las pone alerta.

Como los dedos sensitivos de un ciego

hurgan entre el viento las hojas;

buscan y descifran sus bordes,

sus relieves de oleaje, su espesor.

Cimbran

sus fluidas teclas silenciosas.

La dimensión desconocida – Nona Fernández

Esta novela explora a través de un amplio uso de la anáfora la represión chilena. Tomando como pretexto a un ex-policía que decide traicionar a su gobierno y al sistema de represión que ello significa(ba). No busca atraer lectores por medio de la descripción de violencia explícita, pero sencillamente con la representación conceptual basta, para que rellenemos esos vacíos con la imaginación, o tristemente con sucesos de la realidad. La utilización de una figura retórica como la anáfora, que repite incesantemente para lograr fuerza y contundencia, más allá de un elemento estilístico, es una exposición de motivos, que subraya el hecho de que hemos retrocedido cincuenta o cien años como humanidad. Así que, si pensaban que ya podíamos superar esas historias tan oscuras y dolorosas de nuestra historia, lamento defraudarlos, y lejos de considerar la obra de Nora Fernández como algo anacrónico, debemos cambiar la perspectiva y verla como una sombra que se desea mover de nuestra espalda, para ir delante nuestro.

Frase robada – Franz Kafka

No es que yo tenga algún interés por la literatura, sino que estoy hecho de literatura; no soy nada más, ni puedo ser nada más.

 
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from Psicocriptoautorretrato

Publicado originalmente en enero de 2015

En las antiguas tribus, en los pequeños asentamientos, antes, mucho antes del nacimiento de las antiguas civilizaciones, los habitantes del lugar, en noches señaladas o momentos de ocio y relax, se sentaban en círculos alrededor del fuego, hipnotizados por una voz, una voz que les hablaba de llanuras lejanas, de cimas inalcanzables, de hazañas de sus padres y de sus abuelos, y de los abuelos de estos. Cuando el cuentacuentos hablaba, el mundo se paraba y el ser humano escuchaba. El cuentacuentos, a menudo vestido de manera especial para la ocasión, poseía el poder de la palabra, y con ese poder sanaba a los que escuchaban de una manera especial y única. El cuentacuentos era el encargado de la kátharsis (purificación) del grupo; mediante sus historias, basadas en arquetipos universales comunes a la humanidad —la chamana, el chamán, el mago, la maga, la reina, el rey, el héroe, la heroína, el sabio, la pitonisa…—, limpiaba a sus iguales de sus nudos emocionales, psicofísicos y espirituales.

Cuando escuchas un cuento —los bebés, cuentos para bebés; los niños, cuentos para niños; los adultos, cuentos para adultos—, te haces uno con el resto de la tribu, tus iguales, que comparten contigo esa palabra que masajea lo más profundo de tu psique y tu emoción.

Avrah kahdabra, «yo creo como hablo». La palabra se hace realidad: la pena te abruma e inunda tus ojos de lágrimas, la risa descontrolada te deja sin resuello, la intriga te deja sin respiración. De nuevo eres uno más de una tribu, protegido del frío por una gran hoguera y simplemente escuchando. Y sales purificado y revitalizado.

El cuento no es solo un cuento. El cuento es genuinamente humano y humanizador. El cuento te hace vivir tu vida dentro de la de otros, te hace vivir esos pequeños instantes de magia que necesitamos en nuestra vida.

Magia, sí, magia, aquella que este sistema inhumano y deshumanizador nos quita día a día, encerrados en oficinas, rodeados de ordenadores, con luz artificial, con aire reciclado, saliendo de casa apenas amanece y llegando mientras cae la noche. El cuento es un punto de apoyo inmemorial para no perder el sentido y caer en el sinsentido, aunque la vida está para vivirla.

El ser humano, en lo más profundo de su alma, aún anhela la tribu, volver a la tribu, cada vez más una tribu de todos y para todos, compartiendo viajes a través de enormes desiertos, selvas impenetrables, descansando junto a mares, ríos, lagos, sin importar la etnia, color, género o edad. Viajes sin absurdas fronteras, líneas gruesas sobre mapas que, al fin y al cabo, son solo proyecciones de la realidad. Proyecciones que algunos, en algún momento, crearon para no perder el control sobre algo incontrolable. Aquellos que, cuando el cuentacuentos alzaba sus manos para pedir silencio, murmuraban entre sí y se alejaban a la seguridad de su choza, con sus enseres perfectamente ordenados, clasificados y fáciles de manejar.

Deja que te cuenten y, si puedes, cuenta a los demás.

 
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from My Favorite Things

#Lo tuyo, inútil

Sabes qué pasa?

Que vas sentada en el asiento reservado -reserved seat- del metro.

Pestañas postizas, maquillaje caro, piernas largas, cabeza baja, vaqueros blancos, actitud distraída, desafiante pero no altiva.

Miras al móvil todo el puto rato; acaba de subir un viejo, ¿no lo ves? Tanta pestaña y no ves ni al viejo enfrente de ti.

Tanto pelo moreno y lacio alisado japonés y no ves a la embarazada de 8 meses que casi no puede mantenerse en pie

Igual la has confundido con una gorda,

porque claro, tú no sabes lo que es una gorda porque todas tus amigas son como tú.

¿Pero sabes qué?

Que me estás poniendo un poco cachondo, deja de mirarme ya, aunque no por eso se me va olvidar que estás en un puto asiento reservado para mayores, movilidad reducida, niños, embarazadas, gente opuesta a ti y a lo tuyo.

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Ajustes de privacidad (¿Qué es lo tuyo?)

Deja de mirarme o tendré que darte mi número.

Al menos así te levantarías y dejarías tu sitio a ese hombre contrahecho al que se le caen los pedazos a pedazos.

Tus pestañas se han clavado en mis lentillas.

Ha entrado un hombre que vende kleenex, otro saca un altavoz y suena México, ¿me estás oyendo, inútil?– pareces decirme en el barullo.

Por fin te levantas -aleluya- y te pones a bailar desenfrenadamente al ritmo de Paquita la del Barrio

Definitivamente voy a darte mi número, porque esto no me lo esperaba de una chica con vaqueros blancos y mirada postiza.

Así que me levanto y bailo contigo en medio del vagón una de Paquita la del Barrio que no es la de rata inmunda y seguramente los dos acabaremos en alguna sala del despecho, y se me quitó el estar con la pluma parada y acabé prendido.

Al fin y al cabo no fue tal mal día.

 
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from torresburriel

Es curioso.

Llevo toda la vida explicando en mis clases que nosotros, diseñadores y desarrolladores, construimos aplicaciones para que las personas las utilicen de una determinada forma, pero luego la gente hace lo que quiere con ellas. Insisto, toda mi vida profesional explicando esto.

Toda mi vida profesional, haciendo el chiste fácil y tontorrón de que hay gente que hace negocios en Badoo y liga en LinkedIn.

Y no ha sido hasta que me he decidido a dejar de publicar fotos en Instagram cuando me he dado cuenta de la capacidad que tienen las aplicaciones que tanto odiamos para generar adicción; no sé cómo llamarlo, pero ganas de seguir en contacto con la comunidad.

Comunidad más grande, más pequeña, más intensa o más relajada, pero la comunidad que se termina forjando con el paso de los años.

Ahora la cuestión es que si al algoritmo no lo alimentamos de imágenes, vamos a ver cómo se comporta cuando le damos otro de los formatos que acepta, pero no tenemos claro cómo gestiona.

Es por eso que a esta reflexión la he llamado hackear Instagram.

Lo he empezado a utilizar tal y como utilizaba Twitter en 2007.

Veremos.

 
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from My Favorite Things

#Boutade

Le veo, me voy acercando, le voy cercando. Sin que se dé cuenta. Le llevo viendo en este bar desde hace dos semanas. Yo voy un poco borracha ya, como siempre. Pero eso no importa y además, da igual, porque él está todavía más borracho que yo. Son las dos de la mañana, suena The National y es la tercera vez que le veo. Se llama Alejandro, me han dicho. Debe ser algo más joven que yo. Y algo más alto.  Es razonablemente alto y delgado. Viste un jersey ancho y barba incipiente sin llegar a hípster. Todo bien. En una mano, botellín de Mahou. En la otra, los nudillos tatuados. Love-hate. Ya os lo imaginabais.  Se ríe. Se ríe como sólo los hombres de los que te enamoras pueden hacerlo. Y bebe. Y está tan borracho y eso me parece tan gracioso como sólo los hombres de los que te enamoras pueden parecerlo cuando están borrachos. Hemos pasado de The National a Band of Horses. Todo bien. Os he dicho que es la tercera vez que le veo. Le cerco. Y le veo. Y me mira, y sucede.

Sucede que a veces que cuando estás en lo más alto de la canción, de tu vida, de la montaña o de la noche, pasa que una sola palabra, o pensamiento, o recuerdo, una sola de estas cosas es suficiente para hacerte el clic y bajarte al suelo. Clic es vuestra puta cabecita loca. Un clic. Una visión, un pensamiento, un recuerdo, una frase.

Unos pies.

Sucede que Alejandro tiene unos pies absurdamente pequeños. Lleva unas bambas azules que bien pudiera haberse comprado en Zara Kids. El tipo de pies que no pueden sostener a ese tipo de hombre. Un tipo de cuerpo hecho en dos mitades. Un hombre puede ser bajito, tener las orejas diminutas, incluso tener unas orejas sin lóbulos, una nariz pequeña, o incluso una polla pequeña. O muy pequeña. O un micropene. Pero unos pies pequeños.

Alejandro me dice hola, me han dicho mis amigos que querías conocerme y tal y todo eso, me dice mientras el DJ del bar ha decidido que ya es hora de cambiar el rock barbudo por electro house que me hacen acordar de los laboratorios de Pablo Escobar. Sí, estooo, te he visto varias veces por aquí, pero, mira, resulta que tengo un novio, un chico, ves, es ese de ahí al fondo.  Alejandro se queda absorto mirándome como la loca que estoy pareciendo, y yo me retiro lo más dignamente que puedo al ritmo de un rabioso electrobeat. Le miro por última vez antes de salir, como quien mira una oportunidad perdida. Le miro a la cara lo más fijamente que puedo, haciendo esfuerzos para no mirar el suelo por donde pisa, y desde la distancia suspiro, le tiro un beso y le digo adiós.

 
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from Blog de Doclomieu

Hace ya unas semanas, en Mastodon, alguien preguntó si existía una palabra que pudiésemos utilizar para definir a todas aquellas personas a las que nos gusta la papelería (en su concepción más generalista). Fue gracias a @Argyle13@xarxa.cloud, quien me citó en una respuesta, que llegue a ese toot.

Sugerí que podíamos inventarnos una palabra que combinase fediverso y papelería, para poder utilizarla como hashtag en nuestras conversaciones. Sin embargo, hasta que no llegó @rpla@masto.es, no dimos con el término apropiado (os recomiendo leer su toot original). Roberto nos sugería el término papelerido, unión de las palabras papelería y herido. Quitando la “h” de herido, esta palabra presenta una mayor similitud con la palabra papelería y evita posibles erratas con la “h” intercalada.

Aunque el uso de esta palabra pueda provocar nuestra muerte a manos de Pérez Reverte, no sé si aceptaría de buen grado la inclusión de este término en la RAE con esa “falta” de ortografía, creo que es una palabra muy acertada. Podemos utilizarla en muchos ámbitos, y no solo en el fediverso. Como decía Roberto, además, es más sutil que papeladicto, evitando el uso de la palabra adicto (que tiene connotaciones negativas). Es una palabra que solo tiene ventajas y que nos permitirá reconocernos en el fediverso, pero también fuera de él. En Mastodon, yo he publicado algún toot utilizando este hashtag, e incluso he utilizado esta palabra en conversaciones en la vida real.

Espero que os guste tanto como a mí y que también utilicéis papelerido para demostrar vuestra pasión por la papelería.

Y ahora a difundir la palabra.


Como no podía ser de otro modo, el hashtag de hoy es #papelerido. Y también #Reflexiones, para poder encontrar esta entrada en las categorías del blog.

 
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from torresburriel

Me bajo de Instagram y me subo a Pixelfed (y Flickr se queda como trastero).

Llevo un tiempo dándole vueltas y ya está decidido: voy a dejar de subir fotos a Instagram. Se acabó. No porque me haya pasado algo raro, ni porque quiera hacer un drama de esto, sino porque cada vez me pesa más la sensación de estar alimentando una máquina que no es mía, que no controlo y que en cualquier momento puede decidir que mi contenido ya no le interesa.

No me engaño: Instagram es cómodo. Subes una foto y tienes una garantía mínima de atención. Algún like, algún comentario, algún fuego 🔥 en las stories. Es el efecto casino: un chute de dopamina en pequeñas dosis que hace que quieras seguir publicando. Pero a cambio, le entregas tu contenido, tu esfuerzo y tu tiempo a una plataforma que ni te pertenece ni te va a pertenecer nunca. Y un día, si Instagram decide que ya no vales, o si cambia el algoritmo y tus fotos desaparecen en el abismo digital, te jodes.

Así que he decidido hacer las cosas de otra manera.

Flickr sigue, pero como trastero digital

Flickr ha sido mi repositorio digital de imágenes durante años. Es el sitio donde guardo mi archivo, donde todo queda bien ordenado y donde sigo pagando religiosamente la cuota anual. No me importa. Me da la tranquilidad de que mis fotos siguen ahí, sin la presión de que alguien las tenga que ver, sin el rollo de “esto está funcionando” o “esto no le interesa a nadie”. No es el lugar para compartir imágenes de forma regular, pero sigue siendo mi espacio seguro para almacenarlas.

La alternativa que he elegido es Pixelfed. Y sí, sé lo que estás pensando: ¿de verdad me voy a meter en una red social donde no me va a ver ni el tato? Pues sí. Porque aquí no hay algoritmo que decida por mí, ni métricas de vanidad que me obliguen a publicar para seguir siendo relevante. Aquí, si subo una foto, lo hago porque quiero, no porque necesite mantener un ritmo de publicación para que la plataforma me premie con un puñado de likes.

Vale, también tiene sus cosas:

  • A veces la aplicación falla y te deja vendido.
  • La comunidad es más pequeña y menos activa.
  • No hay la inmediatez de Instagram ni el chute de validación social.

Pero a cambio, gano en control, en sostenibilidad y en tranquilidad mental. Y, sobre todo, dejo de sentir que estoy entregando mi contenido a una plataforma que puede hacer con él lo que le venga en gana.

¿Pierdo algo con este cambio?

Sí, claro. Visibilidad, interacciones y la facilidad de compartir con un clic y saber que alguien lo va a ver. Pero también gano algo que vale mucho más:

  • Independencia. Mis fotos, mis reglas.
  • Sostenibilidad. No juego en un sistema que se alimenta de mi tiempo y atención.
  • Control. No estoy a merced de un algoritmo caprichoso.

Al final, esto va de no seguir construyendo en un terreno que no es mío. No quiero que mi contenido dependa de decisiones empresariales que no controlo. No quiero vivir con la sensación de que, en cualquier momento, pueden cerrar el grifo y todo lo que he publicado se va al carajo.

Así que, aquí estamos: Instagram se queda atrás, Flickr sigue como archivo y Pixelfed se convierte en mi nuevo hogar digital. No es la opción más popular, no es la más fácil, pero es la que me permite seguir compartiendo fotos sin la sensación de estar regalando mi trabajo a alguien que no lo merece.

 
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from La estantería de McAllus

Foto de los cómics Frontier, Ultimate Spiderman 10, Ultimate Xmen 3 y Comandante Cobra. También aparece en la foto el libro el Gozo de Escribir

A partir de ahora voy a compartir una entrada mensual con lo que voy leyendo durante el año de manera que me sirva de recordatorio para la entrada recopilatoria de final de año. Si de paso alguna de las lecturas que voy trayendo os hace encontrar alguna cosa interesante mejor que mejor.

En esta entrada voy a incluir en formato vídeo y audio las lecturas de enero puesto que con ese tema intenté recuperar mi podcast pero lo cierto es que prefiero escribir que hablar así que el podcast va a quedar en stand by por ahora (y posiblemente acabe eliminando ese proyecto). Si lo queréis escuchar podéis hacerlo en iVoox y si preferís ver las portadas de las obras a la vez que lo escucháis tenéis YouTube

Leído en febrero de 2025

Y ahora sí vamos con lo que he leído durante febrero, que es bastante menos de lo esperado por un evento que estuve organizando y que a pesar de no haber llevado el peso de la escenografía, los emails, revisar listas, perseguir los pagos, etc lo cierto es que me quitó muchísimo más tiempo de lo esperado.

Frontier

Portada del cómic Frontier editado por grafito editorial

Un cómic de ciencia ficción del que me faltaban unos 2/3 cuando empecé el mes. Creo que le cuesta un poco arrancar pero al final acabé completamente dentro y el final me arrancó una lagrimita. Eso sí, nunca llegué a estar a gusto con el dibujo.

Comandante Cobra

Portada del tomo Comandante Cobra editado por Moztroz

Comandante Cobra es el segundo de las mini series que nos llevan camino a GIJoe. Que a su vez os recuerdo que pertenecen al universo energon que aglutina a los GIJoe, los Transformers y los alienígenas de Void Rivals. Aunque creo que la mini serie de Duke con su corte más de espionaje, dobles agentes y acción está por encima, la mini serie del comandante se deja leer igualmente muy bien. Y creo que es muy necesario para conocer el origen de la organización Cobra y su oscuro comandante.

Ultimate X-men 3

Portada del tomo Ultimate X-men 3

Actualmente creo que es la serie más floja del nuevo Universo Ultimate. Y creo que es por la combinación del dibujo de Peach Momoko, que a mi no me entusiasma más allá de para portadas alternativas, junto al toque tan adolescente de las protagonistas.

Aún así empiezan a haber señales de que pronto tendremos conexión con los X-men... porque entiendo que si le ponen este nombre a la serie acabaremos teniendo al Profesor Xavier y a una patrulla X más convencional.

Ultimate Spiderman 10

Portada del cómic en grapa Ultimate Spiderman 10

La que sigue siendo la gran serie del nuevo Universo Ultimate es Spiderman, tal y como lo fue con el Universo Ultimate original. Tenemos un número mucho más tranquilo completamente centrado en Ben y Jameson y su primer gran artículo. Que está clarísimo que le van a ocasionar grandes problemas. Estoy deseando que llegue el siguiente número.

El Gozo de escribir

Portada de El Gozo de escribir de Natalia Goldberg

El Gozo de Escribir de Natalia Goldberg debería ser el libro obligatorio para leer por todo aquel que quiera dedicarse a la escritura, ya sea como hobby o profesión. Da una serie de consejos que te hacen amar la escritura y querer escribir en cualquier momento. Ojalá haber empezado por este libro en lugar de por otros más famosos por ser de cierto prolífico autor (ese libro me hundió la moral en su primer capítulo a pesar de que luego tiene muy buenos capítulos de técnicas y consejos).

Lecturas planificadas para marzo

Foto de los libros Lágrimas en la lluvia de Rosa Montero, La piedad de los dioses de James S.A. Corey, Las miradas de medusa de Natalie Haynes, Huellas de dos pasados de Kazashige Nojima, los cómics Transformers y Scarlett, y el libro La Mujer de la arena de Kobo Abe

Este mes de marzo me gustaría leer mucho más que el mes pasado, espero que no surja nada que me lo impida. Por un lado las lecturas que seguro termino son: Las miradas de medusa, que es el libro del club de lectura de febrero y que no he terminado por muy poco así que seguramente caiga hoy o mañana mismo. El otro libro es la mujer de la arena que es el libro del club de lectura para marzo.

También leeré seguro los dos números del nuevo universo ultimate de marzo, que son ultimate spiderman 11 y the ultimates 2. No hay más cómics que comprar este mes, por suerte, así que no debe entrar nada más a mi pila de lecturas pendientes.

Me gustaría, además, terminar sí o sí la piedad de los dioses que me está gustando mucho y que llevaré un tercio aproximadamente pero el tiempo no me ha dejado acabarlo. Casi seguro que a Scarlett y Transformers 2 les puedo hacer hueco en algún momento y me los leo también en este mes.

Y aunque los tengo en la pila de lecturas inmediatas no creo que me de tiempo a leer Huellas de dos pasados o Lágrimas en la lluvia. El libro de Tifa y Aeris aunque me genera curiosidad no me corre tanta prisa pero el de Rosa Montero estoy deseando leerlo así que será el que acabe entrando si logro leer todo lo anterior.

Animaos y contarme que estáis leyendo vosotros.

 
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