Dioses menores
En el mes de marzo, por mi cumpleaños, me regalé un teléfono NO inteligente, concretamente un Nokia 105 y adquirí una tarjeta prepago para hacerlo útil. La cuestión tenía que ver con la broma que teníamos Raquel y yo sobre el uso de teléfonos prepago en las series y películas estadounidenses en la que los malos los usan, hacen una llamada y luego los rompen o los tiran al Hudson. Aun no he hecho esa llamada y me pilla lejos el Hudson, así que conservo mi teléfono cuyo número no recuerdo porque cada vez recuerdo menos cosas. Para poder recordarlo lo apunté en la agenda de mi teléfono inteligente (pero poco, ya que no usa android sino e/OS) con un nombre en clave, tipo espía y salvo el día del apagón que lo usé como receptor de radio, no lo he vuelto a usar. El caso es que hace unos días recibí en mi cuenta de Telegram la noticia de que ese contacto mio con nombre de espía ruso se ha abierto cuenta en Telegram. ¿Qué? Como te lo cuento. Los sinvergüenzas de Telegram mienten descaradamente y te dicen que tus conocides se abren cuentas, no sea que quieras hablar con elles y así les incites a abrirse su propia cuenta de Telegram.
Esta introducción se me ha ido de las teclas y a estas alturas mi queride lectore, te preguntarás por qué titular Dioses menores una columna que habla de la mierda seca que son las Big Tech.
Todo llegará.
Hace no mucho estuve tentado de abandonar Mastodon. Una sensación de abandono y silencio se fue adueñando de cada uno de los mensajes que escribía, alguna respuesta airada de une desconocide que sin saber lo más mínimo de mí opina de manera condescendiente sobre lo que digo, mensajes de anarquistas de salón proponiendo olvidarse de las penas del día a día en pos de una victoria final sobre todo y sobre todos que solo elles ven en sus cabezas y que soy de naturaleza nostálgico, pesimista y triste, trabajaron cual barman de un garito en el East Village para preparar el cóctel perfecto de tristeza y rabia que en mi caso preceden de manera inexorable a una huida despavorida de lo que sea que esté haciendo. Me salvó un mensaje de alguien que notaba mi ausencia y de conversar con mi hija. Volví y retomé las rutinas no sin antes curar, que así se dice, mi Línea de Tiempo eliminando algunas cuentas que no me estaban aportando nada, otras cuyo interés no era recíproco y algunas cuyos mensajes me estaban irritando innecesariamente.
He aceptado mi papel de ser hijo de un dios menor que creo que es el que más incomodidad me está generando estos últimos años y solo espero que mi linaje descienda de Temis.
Continuará.
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