La crisis del periodismo, otra vez

El refrán que habla del río que suena cuando lleva agua es bastante sabio. Por lo menos, en lo que se refiere al periodismo y el impacto que internet tiene en su consumo y beneficios. También es más compasivo que otras metáforas y comparaciones. Hannibal Lecter diría que los corderos vuelven a chillar.

Jotdown es una revista en la que la calidad de las piezas tiende a ser directamente proporcional al tiempo que tardan en escribirse. Por eso me sorprendió bastante leer un par de artículos en rapida sucesión dedicados al nuevo capítulo de la crisis del periodismo.

La historia sería como sigue: se avecina (o ya está aquí) una tormenta perfecta para el periodismo provocada por varios factores:

  1. El deterioro de los grandes buscadores.
  2. El afianzamiento de Google Discover como un diario personalizado, ajustado a cada lector.
  3. La IA Generativa y su labor como aspiradora e interfaz para todo.

La revista añade cifras que son, tal vez, lo que más miedo da, porque su tendencia es desoladora para cualquier medio que dependa del descubrimiento de los lectores para sobrevivir. El diagnóstico, pues, suena más que acertado.

Hace muchos años alguien mató al periódico para el que trabajaba. Como en una de esas películas sobre asesinatos, casi todo el mundo culpó al sospechoso habitual: la crisis, la disminución de la publicidad. Una explicación demasiado perezosa. Todavía me duele, así que me limitaré a decir que, como en los cuentos clásicos, un lobo nos devoró.

Antes de que las fauces se cerraran, hubo intentos de salvación: emporios mediáticos, políticos de la región. Ángeles con alas de papel. Escuchamos muchas cosas absurdas, pero tal vez la mayor de todas fue la de un horror cósmico enfundado en traje que nos dijo que “no esperaban que la crisis fuese a pegar tan fuerte”. Me hierve la sangre al acordarme.

En su excelente publicación La Conquista del Feed Alberto Aguiar se muestra un poquito escéptico con el plan de Jotdown de aliarse con Menéame para hacer y fortalecer comunidad. Francamente, toda idea que permita acercarse a lectores siempre será mejor que hincar la rodilla ante las compañías de IA. O peor, usar sus herramientas para algo como el fact checking, idea que vi en uno de los textos publicados y que casi me lleva al infarto.

Como me hago viejo y eso siempre te da la oportunidad de amenazar a las nubes, los consejos que una persona tan desengañada del periodismo como yo puede dar son simples, predecibles, aburridos y, lo peor de todo, tal vez no basten. Pero prefiero terminar el texto con ideas en vez de cinismo. Bueno, tal vez haga una mezcla de ambos.

  1. Cuida las suscripciones. Son la fuente de dinero más estable que jamás llegarás a tener. Crece en base a ellas, no en base a grandes cantidades de dinero que cambian o desaparecen en función del ciclo electoral. Si haces que la economía de tu medio dependa de la publicidad institucional o de partidos, acabarás siendo su esclavo, quieras o no.
  2. Cuida tus feeds RSS. Pueden ser gratuitos o de pago, pero cuídalos. El RSS es una de las pocas tecnologías que hasta un programa ejecutándose desde una tostadora puede leer. Es versátil, sólida y permite crear canales exclusivos para suscriptores con clave de acceso. Si los haces de pago, ponlos a texto completo.
  3. La publicidad masiva tipo AdSense en Internet es una estafa a gran escala. Todo el mundo lo sabe y seguro que tú también. El dinero que obtienes por clics de esos sistemas procede, probablemente, de algún almacén remoto con decenas de móviles y un señor al que le pagan por hacer clic en anuncios. Todas las personas que conozco utilizan distintos tipos de bloqueo de publicidad en sus navegadores. Si tienes que poner anuncios, utiliza publicidad propia, no intrusiva y alojada en tu propio servicio.
  4. Usa el Fediverso. Me parece increíble la cantidad de medios que todavía no han caído en esto, de verdad. En general, céntrate en cualquier red social descentralizada donde no dependas de un algoritmo para llegar a tus lectores. Con todas sus imperfecciones, he tenido más interacciones en dos años de Mastodon que en cinco de Twitter o Facebook.
  5. Huye del clickbait como de la peste. Esta es una de esas cosas que, aunque funcione a veces, todo el mundo odia. Lo odiamos incluso aunque acabemos haciendo clic. Procura no dar demasiadas excusas a tus lectores para odiarte. Es algo que siempre sale a pagar.
  6. Haz que pagar por leer un artículo sea extremadamente fácil. Esto es fundamental. En varias ocasiones, lo que me echó para atrás aa hora de pagar por una pieza no fue el precio de la misma, sino lo complicado del proceso para hacerlo. Rascal, un magazine digital especializado en juegos de rol, hace esto muy bien.

Me gustaría no ser escéptico en cuanto a la supervivencia del periodismo. Pero hasta que la profesión no solucione la gravisima situación de bancarrota moral en la que se encuentra, no veo supervivencia para el oficio más allá de pequeños medios con mucho compromiso y unos cimientos ideológicos lo suficientemente firmes. Aun así, les deseo mucha suerte.


Puedes seguirme en Mastodon y en Bookwyrm, aunque no puedo imaginar por qué harías tal cosa.