Cambio en los hábitos de búsqueda
Pues me da bastante miedito lo que acabo de leer en el artículo de TechCrunch, en relación con la crisis desatada por la utilización de herramientas de inteligencia artificial, como arranque de navegación y sesiones de búsqueda, con la consiguiente, en teoría, pérdida de relevancia de las técnicas de posicionamiento SEO convencional.
Claro, si nos vamos a los datos, es francamente impresionante. El tráfico orgánico a sitios de noticias se ha desplomado literalmente de 2.3 mil millones de visitas (mediados de 2024) a menos de 1.7 mil millones (mayo 2025). Cifras mareantes. Por otro lado, la adopción masiva de ChatGPT como herramienta para arrancar sesiones de navegación, nos devuelve otra faceta de larealidad: esto representa menos del 0.1% del tráfico total de los principales publishers y sólo el 10% del tráfico perdido está siendo reemplazado por IA. O sea, algo no cuadra, no salen las cuentas.
Si miramos un poco el cualitativo que merece el dato que voy a compartir, desde luego a los amantes de la investigación con usuarios se nos dilatan las pupilas. Las búsquedas de noticias que no resultan en clics a sitios web han crecido del 56% al 69% entre mayo 2024 y mayo 2025. Es decir, hay algo aquí debajo que no estamos viendo, pero que tiene una consecuencia tangible que además estamos midiendo. Puede ser que los usuarios encuentran lo que buscan sin hacer clic. Pero también eso tiene una derivada, y es la profundidad de la información con la que se satisface la necesidad del usuario. Y si nos ponemos un poco más ortodoxos, podríamos hablar de la carencia de necesidad en cuanto a fuentes que confirmen la veracidad de una información, su robustez o el componente longitudinal que la hace válida desde la perspectiva del usuario.
En resumen, culpar a la inteligencia artificial puede ser una tentación que está muy a mano, a la vuelta de la esquina, y probablemente sea el mejor camino para conseguir atención, likes y aplausos. Pero cuidado, porque la pauta de comportamiento que parece subyacer a estos datos puede ser más profunda. Una tormenta perfecta entre cambios de hábito, cambio generacional y adopción masiva de nuevas herramientas, de las que aún no conocemos todo su impacto.
No me negaréis que vivimos tiempos apasionantes.