DanielSanz

Hace meses que me sumergí de lleno en el proyecto de escribir mi primera novela. No es la primera vez que lo intento: hace un par de años me propuse escribir y publicar una novela en Amazon en solo seis meses. Lo conseguí, pero hoy, con perspectiva, reconozco que aquello no era una novela. Era un intento, un borrador, un aprendizaje. Ahora, con más claridad y humildad, quiero compartir en este espacio cómo ha sido este proceso, en qué punto me encuentro y, sobre todo, lo que he descubierto sobre mí mismo y mi forma de crear.

Los primeros pasos: Un esbozo lleno de dudas

En diciembre, tenía un borrador inicial: unos seis o siete capítulos, unas setenta u ochenta páginas. No recuerdo exactamente. Lo compartí con tres lectores cero de confianza: dos de ellos, lectores habituales y experimentados, y un tercero, alguien que lee muy de vez en cuando. Los primeros me dieron ánimos; dijeron que era interesante, que estaba bien encaminado. Pero el lector ocasional fue brutalmente honesto: no le enganchaba, le resultaba difícil de leer, le dejaba indiferente.

Aquello me descolocó. No por frustración, sino por una necesidad urgente de entender. Si un escritor no logra conectar con todo tipo de lectores, ¿es realmente un buen escritor? Aquel comentario me llevó a cuestionarme todo: ¿de qué iba mi novela? ¿Qué quería transmitir? ¿Por qué y para quién escribía? Y, lo más importante, ¿cómo hacerlo?

El caos creativo: Reescribir para descubrir

Varios meses después, mi novela ha cambiado por completo. He reestructurado, borrado y añadido decenas de capítulos. He sufrido, he llorado, he reído y me he tirado de los pelos en innumerables ocasiones. Pero, por fin, comprendo mi novela. No sé cómo escriben otros autores, pero yo no sigo el consejo clásico de terminar un borrador completo antes de reescribir. Mis capítulos han pasado por múltiples versiones: algunos los he reescrito hasta treinta veces; los primeros veinte, de media, unas cuatro veces cada uno. ¿Por qué? Porque no sé de qué va mi novela al empezar. Ella se escribe sola, y yo, como un arqueólogo, solo retiro la tierra para descubrirla.

¿Estoy loco? Puede ser. Pero así es como funciona mi proceso.

Actualmente, mi manuscrito suma unas 53,000 palabras. Si no hubiera borrado nada, estoy seguro de que superaría las 200,000. Además, llevo una libreta donde anoto a mano mis reflexiones: debates internos sobre el papel de cada personaje, sus motivaciones, su contexto y sus conexiones con los demás. Curiosamente, en la primera etapa, mis personajes ni siquiera tenían nombres. Eran “el gigante”, “el genio”, “el guardia”. No creo personajes desde cero; surgen como necesidades, miedos o ambiciones que voy explorando.

La recta final: Tejiendo la historia

Ahora siento que estoy encarando la recta final. He logrado entrelazar todas las subtramas con la principal, conectar a los personajes y definir sus arcos narrativos. Tengo claro el sentido y el significado del desenlace; solo me falta construir el puente que me lleve hasta él. Cuando lo cruce, descubriré cómo plasmarlo.

Escribir esta novela no es solo un ejercicio literario: es un acto visceral. Me identifico con cada personaje, con cada situación. Son fragmentos de mi vida, de mis miedos, mis preguntas. Puede sonar pretencioso, pero es la verdad: no estoy escribiendo una novela, la estoy vomitando. Y, por primera vez, me da igual lo que piensen los demás.

El sacrificio detrás de las palabras

Este proceso está siendo duro, tanto física como psicológicamente. Para quienes se lo pregunten, sí, tengo un trabajo a tiempo completo. Me levanto a las cinco de la mañana y no vuelvo a casa hasta las cuatro de la tarde. Tengo esposa, hija, una perra, voy al gimnasio… Escribo en fragmentos de una o dos horas diarias, si tengo suerte. Ha habido semanas en las que he sacrificado horas de sueño, escribiendo hasta cuatro horas al día para ajustar la historia tras cada nuevo descubrimiento.

Eliminar distracciones también ha sido clave. Borré mis cuentas en las grandes redes sociales y hasta mi canal de YouTube. No escribo por fama ni visibilidad; lo hago porque es algo que necesito desde niño. Ahora, a mis 46 años, por fin me siento capaz de emprender este viaje.

Un camino único, imperfecto y mío

Sé que muchos dirán que mi método es un error, que soy un novato, que no es la forma más eficiente de escribir. Y probablemente tengan razón. Pero no me importa. Es mi forma, y por primera vez en mi vida estoy profundamente orgulloso de lo que estoy creando. Antes, mi respeto por la literatura y los grandes clásicos con los que crecí me hacía sentir indigno de escribir. Ahora, por fin, me atrevo.

No sé si esta novela será un éxito o si llegará a algún lector. Pero sí sé que este proceso me ha transformado. Escribir no es solo contar una historia; es descubrir quién eres mientras la cuentas. Y, en ese sentido, ya he ganado.

A principio de año me apunté en un taller de lectura, una recomendación que llevaba muchos años haciéndome mi amigo Adrián Perales y que yo siempre decía... ya buscaré. A finales del pasado año hubo un cambio importante en nuestra vida familiar, se dispuso de bastante más tiempo libre y dije bueno, ahora ya no hay excusa. Además, como estoy bastante en serio con el tema de escribir mi primera novela, me pareció interesante ver cómo perciben otras personas las novelas.

En realidad, me apunté a dos, aunque la organización, periodicidad y lugar de reunión de uno no me gustó nada y ni tan siquiera asistimos a ninguna reunión. En el que permanezco es de pago, organizado por una periodista jubilada y organizado en una librería de Zaragoza bastante prestigiosa en el sector de la literatura independiente, Cálamo.

Si estoy escribiendo este artículo es porque la novela que debemos tratar en el próximo mes de abril me ha tocado la fibra en varios aspectos importantes y son tantas cosas que dudo pueda tratar todas en el taller, teniendo en cuenta la cantidad de personas que somos y el tiempo disponible, pero por fortuna disponemos de internet para este tipo de cosas ¿verdad?

En primer lugar, el contexto. La novela se llama «Vírgenes Juradas», escrita por una escritora albanesa sobre una figura que existe en la zona norte del país, en las montañas. Ahí las mujeres pueden hacer un juramento de por vida y se convierten en hombres a todos los efectos y, por supuesto, no pueden estar jamás con un hombre bajo pena de muerte, lo mismo que sí quieren volver a ser mujer. Esto, como imaginaréis, me voló la cabeza porque toda la sociedad no solo lo acepta, sino que lo celebra como si naciese un hombre. Puede estudiar, conducir, fumar, beber, ser la cabeza de familia... Algo muy utilizado, por ejemplo, si moría el padre sin descendencia masculina, de esta forma prevalecía la casa familiar por reducir mucho la cosa. Yendo por partes, hay varios aspectos fundamentales que me interesan mucho al saber de la existencia de esta novela que, por cierto, me leí en dos tardes.

1º Yo tengo un hijo de 18 años, transexual, en España, un país en teoría del primer mundo, moderno y que asume y acepta este tipo de situaciones y veo la hipocresía y el rechazo en la sociedad. 2º Yo, a título personal, no sé a qué es debido, lo achaco también a que tengo asperger y altas capacidades. Lo cual, por un lado, me hace sentir una desconexión con mi propio cuerpo y, por otro, las altas capacidades, generar una empatía excesiva por la alta sensibilidad. Pero yo no sé lo que es ser un hombre o una mujer. No lo entiendo, tan solo veo personas con circunstancias particulares cada uno. 

Por lo tanto, una novela en la que se aborda cómo una mujer que no se siente ser un hombre decide adoptar ese rol voluntariamente en una sociedad mucho más cerrada que la española, donde no solo es aceptado, sino además celebrado, me voló la cabeza y tenía muchísimas ganas de leer y aprender.

La novela arranca con Hana, una Virgen Jurada que viaja a Estados Unidos invitada y ayudada por su prima, que ya está establecida allí con su mujer e hija y le ayuda a conseguir la green card. Ya se intuye desde el principio que el objetivo del viaje es volver a ser mujer y tiene una frase muy potente que me hizo esperar todavía más de la novela.  No se puede escribir poesía con la vulva seca

Dejando claro, o por lo menos para mí, que la mujer no se siente ser ella misma al haberse transformado en un hombre, y su espíritu, su energía, su creatividad y pasión murió al aceptar ese rol. Brutal.

Aquí toca hacer otra parada para explicar mi relación con la literatura. Como he comentado de pasada al inicio, el asperger y las altas capacidades hacen una combinación extraña en mí, porque me cuesta identificar cómo me siento o incluso si me estoy excediendo físicamente, lo cual haciendo deportes me ha ocasionado muchísimas lesiones. Sin embargo, en el aspecto sentimental, gracias a la literatura, he aprendido a identificar los gestos, miradas, el simbolismo de lo que se dice y se calla. Por eso, amo tanto la literatura y es algo que valoro y aprecio muchísimo, el poder y el arte tras las palabras. Es decir, esa frase que todos hemos escuchado cientos, miles de veces de: no lo digas, muéstralo. En mi caso, es la diferencia entre una novela que sirve para entretener, o que es auténtica literatura. Sin querer desmerecer a nadie, por supuesto.

Yo mismo he devorado cientos de libros por puro entretenimiento, como es obvio, mucho más que de los otros.  Pero en este caso, en concreto, con ese tema, con esa premisa y con ese inicio... Esperé demasiado y eso nunca es bueno.

Como digo, me lo leí en dos tardes. Es una lectura ágil, fluida, cambia entre el pasado y el presente, haciendo que mantengas el ritmo en todo momento y la trama fluya de forma amena.  Además, presenta a las Vírgenes Juradas, que, como digo, me despierta mucho interés e investigaré sobre el tema. Y ahí termina todo lo bueno que puedo decir sobre esta novela.

La protagonista se siente una Mary Sue, un arquetipo de chica perfecta en todo momento. Lista, responsable, independiente, segura de sí misma, que sabe que quiere estudiar porque ama la literatura, los libros y no quiere atarse con nadie para renunciar a su libertad... Los hombres en Albania son todos alcohólicos, se pasan el día fumando, disparando, peleando, son vagos, sucios, que no hacen nada en casa... Excepto, su padre, que quería mucho a su madre y eran una familia ejemplar feliz, lástima que murieron en un accidente de coche y tuvo que cuidarla su tío. Que también era un hombre ejemplar, limpio, educado, que estaba muy enamorado de su mujer y tuvo una infancia maravillosa... Excepto en la universidad, que todos los chicos estaban enamorados de ella, no tuvo ningún problema con ninguno. El chico más guapo y más inteligente incluso se le declaró a ella y solo a ella porque era la mejor de todas...

Y entonces su tío tiene cáncer terminal, le quedan pocos meses de vida y su tía se muere de un ataque al corazón.  Como es lógico, una chica tan estupenda deja la universidad y se va a cuidar a su tío los últimos meses de vida que le quedan. El médico del pueblo es estupendo, maravilloso, atento, guapo, educado y, por supuesto, se enamora de ella también. ¿Cómo no? Y también le pide matrimonio, por supuesto, ella rechaza a todos porque no quiere perder su libertad e independencia, hasta ahí podíamos llegar.

Y, no es necesario decir, que el marido de su prima que vive en Estados Unidos, Albanés por supuesto, es un marido ejemplar que trabaja sesenta horas a la semana, solo tiene ojos para su mujer, está loco por su hija y acepta y protege a la protagonista ayudándole a conseguir trabajo, regalándole un coche... Su mujer la quiere mucho y eso es lo único que él necesita saber de ella. Vamos a ver, ¿por qué los españoles no somos la mitad de buenas personas que los alemanes? Es que me da vergüenza ser español, ahora mismo joder, y cuando una mujer decide ser hombre, montan una fiesta. Somos una sociedad fallida, está claro. ¡Puta vida!

Tan solo hay una escena en la que tiene un problema con un hombre y está narrada de la peor forma posible. Una vez al mes tiene que bajar a la capital a coger los medicamentos para su tío enfermo, para ello necesita hablar con algún camionero que pueda bajarla y luego subirla a la ciudad y esto nos lo muestra dos veces. La primera vez, o sorpresa, topa con un camionero amable, educado, que se preocupa por ella diciéndole que es un trayecto muy peligroso tanto por las horas del viaje, como por tener que ir con desconocidos. Hay lobos en el bosque si les pasa algo...  Vamos, otro ejemplo de caballero andante, le indica que todos los meses hace ese trayecto, que pueden quedar y siempre va con él, perfecto.

Pasan los meses, todo perfecto y un día tiene que ir a por los medicamentos y quedó con un camionero que, en cuanto lo vio, se dio cuenta de que era un zafio. Así, porque sí. Y en cuanto leí eso dije vale, este es el que la viola. Me tocó un camionero, borracho, sucio, que olía que apestaba, fumaba como un carretero y me lanzaba miradas lascivas. Pero como todos los albaneses son así, lo vi como algo normal. Pues lo siento mucho, pero hasta este momento yo me he imaginado a los albaneses como caballeros con traje, monóculo, y poniendo sus chaquetas en los charcos para que las mujeres no se manchen los pies. Algo no cuadra aquí.

Esta es la base de esta historia, es la creación de mundo, la diferencia social principal en donde ella vive. Y si esa base no está bien construida, lo siento, pero a mí me resulta imposible conectar con la historia, los personajes y su mensaje.

Es una escritora que no sabe mostrar, que todo te lo dice y tú, como lector, debes creer en su palabra de que es así porque ella dice que es así. Que lo dicho, si tan solo quieres leer una historia diferente, está perfecto. Pero no es lo que yo esperaba.

En segundo lugar, e incluso más grave si cabe, es lo que es una mujer según esta novela o esta escritora, como queráis verlo. Todo se basa en el sexo y no solo en el sexo, sino en el sexo con un hombre.  Su periplo en Estados Unidos se centra en volver a vestir como una mujer, que la falda de tubo le queda mal porque no tiene culo; sin embargo, los vaqueros ajustados le hacen un culito respingón muy mono. Tiene que encontrar un peluquero que sepa hacerle un corte que le favorezca, porque claro, ella es monísima, tanto hombres como mujeres se lo dicen

Luego, para colmo, lo que me hizo pensar que esto lo había escrito una adolescente... Se quiere independizarse para volver a masturbarse, porque en Albania no le apetecía y en casa de su prima le da vergüenza. ¿En serio? Hay, por favor.

Por supuesto, al final de la novela encuentra un hombre que conoció en el vuelo hacia Estados Unidos, escritor y periodista que viaja por todo el mundo, y por supuesto se enamora al instante de ella.  Es paciente, atento, cariñoso, educado... 

Y esto es lo que a mí más me ha decepcionado de esta novela. Hay un momento en que una compañera de la universidad va a visitarla cuando es un hombre en Albania, le dice que ella es una  mujer y que en la universidad nadie entendió por qué lo hacía. Y aquí viene lo gordo. Porque si fueses lesbiana y lo hicieses para acostarte con otras mujeres, pues lo entenderíamos.

Vamos a ver, esta novela se supone que trata sobre el sacrificio de una mujer que para que su tío muera tranquilo y feliz porque se mantiene la casa familiar y el nombre se convierte en un hombre. Y esto lo digo porque ella lo dice. Yo no vi nada de eso en la novela, pero bueno. Entonces ella se sacrifica renunciando a ser mujer, pero ¿si hubiese sido lesbiana, entonces no hay ningún sacrificio y son todo ventajas? Me parece un disparate en toda regla.

En Piriápolis, por ejemplo, hay un momento en que la protagonista siente que la policía dela moral, la observa y tiene miedo de que lleve mal el velo o algo así. No lo recuerdo. Entonces ella, temerosa, se lanza sobre el policía y le dice que un hombre le ha dicho alguna grosería para evitar su falta. El policía se abalanza sobre el hombre y ella se marcha corriendo a casa. Allí, orgullosa, se lo cuenta a su abuela para que vea lo ingeniosa que es y su abuela la reprende. Le dice que para escapar de su falta ha metido en problemas a un inocente y eso no está bien.

Esa escena no dice nada, lo muestra de forma magistral. No vivimos en un sitio perfecto, pero no podemos hacer daño a otros para evitar que nos lo hagan a nosotros.  Esa lección, esa escena, vale más que todo este libro.

Pero la protagonista, para hacer feliz a un familiar que es lo más querido en el mundo para ella, hace un juramento de por vida. Sin embargo, luego se marcha a Estados Unidos y lo rompe. Y me da igual que hayan pasado catorce días o años, como indica en la novela.  Hiciste un juramento en su lecho de muerte a una persona y luego lo rompiste. 

En fin, una decepción en todos los sentidos, no solo no me ha aportado algo a mi duda sobre lo que es ser un hombre o una mujer, tampoco me ha mostrado la sociedad albanesa, cómo es vivir allí siendo una virgen jurada. He leído una película cutre de domingo después de comer. Y lo peor de todo, es que estoy seguro de que soy el único del taller al que no le ha gustado.

Solo ante el peligro.

Hace una temporada comenté en Mastodon que desaparecería, que me quería centrar en escribir mi novela y que iba a ser para un par de meses… Mentira.Volví al poco tiempo porque tenía que preguntar una cosa; de paso escribí algún artículo… y todo siguió igual. Ojo, no me he escaqueado de escribir, en absoluto; sigo haciéndolo y a muy buen ritmo, incluso todo esto me sirve también para pensar mejor en mi novela, en su estructura, descubrir fallos, pero ¿sabéis cuál es el problema?

Que a día de hoy queremos estar en misa y repicando.

Vivimos tan conectados, tan socializados, que convertimos incluso el regar el jardín en algo comunitario que queremos mostrar para socializar en redes sociales. Y yo me pregunto: ¿es necesario? No me malinterpretéis, no me estoy yendo al extremo de querer monetizar todo, hacerlo para buscar ser viral, conseguir seguidores… No, no, no voy por ese camino. Sino la necesidad constante de hablar con alguien; estoy solo en casa regando las plantas, voy a hacer una foto y a ver qué me dicen… ¿Es necesario? ¿Tan malo es estar en soledad con nuestros pensamientos?

Me he propuesto escribir una novela, tengo bastante claro el camino que debo seguir; discuto cada día conmigo sobre la evolución que estoy llevando. Avancé varios capítulos y luego retrocedí porque se me ha ocurrido cómo mejorarlo.Estoy fluyendo, estoy en mi prime creativo…

Es lento, farragoso; sufro, me frustro, me dan ganas de dejarlo cada día. ¿Y qué problema hay? ¿Por qué tengo que buscar evadirme contándole mis penas al resto de la gente? Estoy aprendiendo mucho de mí mismo. ¿Necesito desconectar todo el rato buscando el apoyo de desconocidos?

Puede ser, incluso estoy seguro de que será ventajoso. Pero no en este momento.Una obra es una creación artística; debe tener un mensaje, un significado, un simbolismo…

Y tan solo el autor es quien decide ese mensaje. Una vez que se ha concluido, digamos, ese primer borrador, es correcto mostrarlo y que opinen sobre él. En ese caso se puede hablar sobre cómo se ha transmitido ese mensaje, si ha llegado a los lectores, si se podría cambiar algo para que quede más claro… Pero si se está hablando de forma constante durante la fase de creación, es posible que incluso, de forma involuntaria, el desarrollo propio de la novela.

Y eso sería imperdonable.He pensado en ir contando mi proceso creativo, ya sea por aquí o por YouTube, ir explicando cada semana mis progresos, hacerlo en su lugar cada mes.Voy enseñando las fases en las que desarrollo a los personajes, donde planteo el mundo, como selecciono la trama, mi forma de estructurar los capítulos y en qué fases los voy escribiendo…

Y me he dado cuenta de que no debo hacerlo, que me estoy engañando a mí mismo, que son vías de escape para ir desviando, poco a poco, el tiempo que tengo para escribir la novela a hablar sobre cómo escribo la novela.

Escribir duele, y mi cerebro quiere escapar de ese dolor; mi cerebro quiere compensarlo guiándome hacia algo más placentero, que es hablar sobre cómo escribir, buscar el apoyo externo, comentarios de gente que me dé ánimos… Pero eso no es lo que yo he decidido…

De este modo he tomado una decisión: voy a mantenerme firme; desde febrero hasta junio voy a enfrascarme tan solo en escribir y leer.Actualmente llevo dieciocho capítulos escritos, algo más de treinta mil palabras… Así que en estos cinco meses tengo la intención de escribir los veinticinco o treinta capítulos que me faltan para llegar a las cien mil palabras aproximadas que me serán necesarias para terminar esta novela.No se trata tan solo de escribir, sino que también espero hacer una pequeña revisión general antes de enviar ese borrador cero a mis tres lectores de testeo que tengo, para que lo lean entre julio y agosto.

Así ya, con sus opiniones, me pondré en septiembre a hacer la revisión final antes de que se pongan los expertos a hacer la revisión ortotipográfica. De este modo, quiero aprovechar para despedirme de todos vosotros por estos cinco meses. Si todo va bien, regresaré en julio pletórico tras haber culminado con éxito mi hazaña…

Y entonces, espero, tendré ganas de contar todo el proceso, si a alguien le interesa, claro está.

Una de las cuestiones que más me estoy replanteando últimamente en mi vida es, sin lugar a dudas, mi uso con la tecnología.

Supongo que será algo habitual en el ser humano. En mi juventud fui un gran apasionado, por no decir obsesionado, con la tecnología.

Mi generación es, sin lugar a dudas, una de las que más avances tecnológicos ha visto en poco tiempo. Me refiero, por supuesto, a implementación y uso de ellas, porque está claro que mis abuelos vieron más cambios. La diferencia es que los de mi generación hemos recibido e integrado en el día a día estos cambios tecnológicos, pasando de la televisión en blanco y negro cuando éramos muy pequeños, pasando por las consolas de 8 bits, ordenadores personales desde los Amstrad y Spectrum a los smartphones, tablets y, ahora, inteligencia artificial.

He recibido con los brazos abiertos toda nueva tecnología para, como mínimo, probarla, estudiarla, analizarla y ver si me aportaba algo. Mi última obsesión fue hace unos años con la domótica, como ya comenté en otro artículo que publiqué hace unas semanas.

Sin embargo, echando la vista atrás y viendo mi desarrollo actual, me encuentro con que estoy totalmente desactualizado, o eso creo yo, claro. Es cierto que mi base de conocimientos es muy superior a la de una persona corriente y, por ello, si me interesa, en un par de tardes informándome soy capaz de comprender las nuevas implementaciones. Aunque por supuesto eso se debe a que ya no hay grandes saltos tecnológicos… básicamente se limitan a coger algo que ya hay y actualizarlo con mejoras menores.

Pero la cuestión es que ni tan siquiera me entero de cuando hay Keynote de Apple o de otras empresas, no tengo ni idea de cuáles son los últimos modelos de smartphone de las compañías más importantes, no tengo ni idea de cuáles son los últimos avances en redes Wifi y sus mejoras, cómo avanza la domótica o qué novedades traen los últimos sistemas operativos.

No solo eso, es que mirando los dispositivos que tengo… Mi iPhone es un iPhone 11, es decir, tiene cinco años.

Mi iPad es la versión básica para estudiantes… Del año 2019, mi Mac es un Mac Mini M1, sí, pero porque tuve que actualizar el que utiliza mi mujer a un Mac Mini M4 y he sido yo quien lo ha heredado… Si no, mi ordenador sería el Mac Mini del 2013 que ahora está en el comedor para hacer de centro multimedia. Y mi reloj es un Apple Watch Series 2… Un Series 2, un reloj de hace ocho años; cuando la gente dice que estos dispositivos cuando tienen tres años ya no sirven, pues yo lo uso a diario y estoy encantado. Incluso el iPad, cuando hay una actualización de software, tengo que conectarlo al Mac porque tiene tan poca capacidad de almacenaje que si no, ni tan siquiera se puede actualizar.

¿Y sabéis qué? Que me da exactamente igual, que no me importa.

Es cierto que en el estudio de grabación que tengo en casa tengo más tecnología, y sobre todo cara, que la gran mayoría de la población. española, pero es un caso aparte, como es lógico. Son equipos muy caros, sí, pero su vida útil es… De toda la vida, jajaja.

Aunque la tarjeta de sonido se actualizó hace un par de semanas y ocupó 18 Gb, no es cualquier tontería.

No sé, quizá es que la tecnología ya ha llegado a su tope y no tiene novedades que me llamen la atención, quizá es que ya tengo lo que necesito o incluso que he madurado y no valoro esas cosas.

La cuestión es que me da exactamente igual todo lo que presenten. Y me alegro mucho por ello.

Si en algo podemos estar de acuerdo la gran mayoría de nosotros es en que la información es poder. Podemos retroceder a la época que queramos y en todas ellas nos encontraremos con una figura: los informantes. Desde espías, agentes dobles o simples cortesanos o aldeanos que van contando los chismes por todas partes y, la clave principal, tú estatus social lo determina con cuánto margen de tiempo te enteras de las noticias antes que el resto.

En estos aspectos siempre tenían ventaja los ricos y/o poderosos. Incrementando esa brecha debido a que mucha información estaba en libros, pergaminos o similares añadiendo una barrera que separaba a las clases sociales…. El analfabetismo.

Peroooooo ocurrió la magia, llegó internet. Algo libre, al alcance de todos los usuarios tanto para generar contenido como para leerlo y con un acceso si no gratuito, casi. Por fin los poderosos probarían de su propia medicina y se verían obligados a luchar en igualdad de condiciones, el pueblo al fin podría destapar las vergüenzas de los poderosos y el mundo sería un lugar mejor…

El ser humano no aprende, imagino porque se esfuerza con todas sus energías por olvidar el pasado, es más, por ridiculizarlo, cambiarlo y distorsionarlo hasta que todos lo ignoren ¿Cuando le ha importado al ser humano saber la verdad? Nunca, jamas de los jamases.

El ser humano quiere que el resto le den la razón, que escuchen SU opinión basada en lo que le sale de los cojones. Los demás tienen que escucharle y decir ES VERDAD, YO OPINO LO MISMO. Y ya está, pero ¿conocer la verdad? No, gracias, esa será la verdad DE OTRO, pero no la mía.

Cuando la imprenta era quien cortaba el bakalao…. Existían los folletines, los panfletos, los fanzines…. Impresiones de bajo coste que hacían los rebeldes, anti sistema, comunistas y anarquistas para contar LA VERDAD, ¿cambiaron el mundo? No

Cuando llegó la radio os recuerdo que existían las emisoras piratas. Que contaban LA VERDAD…. ¿Ya las habéis olvidado?

Y ahora que llega internet la gente, no se porque, pensaba que la cosa iba a cambiar. Gracias a esto iban a suceder dos cosas: – La libertad de la información acabaría con las mentiras de los poderosos gracias a poder encontrar siempre la verdad. – Todos podríamos mostrar nuestro arte liberándonos de los intermediarios.

Y lo que ha ocurrido es que no vivimos en la época de la libertad de información, sino en la época de la desinformación. Y sobre lo de dar rienda suelta a nuestro arte,,,, Eso es cierto, solo que no los ve nadie. Se dan cuenta de que no se hacen famosos, gente que publica sus dibujos, canciones, poemas, libros, podcast…. Y se sorprenden de que oye, no se hacen ricos y famosos…. Entonces es por culpa del algoritmo, de la IA o de los reptilianos….

Y vamos a ver, seamos sinceros. Puede que cuando surge un medio nuevo haya cuatro que se hagan ricos y famosos por estar en el lugar correcto en el momento oportuno…. pero ya está, después de eso todo se reduce SIEMPRE a una sola cosa, UNA. El dinero.

La diferencia no es que generes mejor contenido, que abarates costes o no. Lo que cambia, lo que importa, es la publicidad, el marketing…. Y eso, es dinero.

Si tú y yo escribimos una novela, la mía es de cinco y la tuya de ocho ¿cual va a triunfar? Da igual la calidad, importa quien se vaya a gastar dinero. Si tú que tienes una obra mejor te esfuerzas en hablar de ella en redes sociales y yo pago 5K euros en promocionarla en redes sociales ¿quien va a vender más? Pues yo, ya está.

No os engañéis, no creáis que lucháis en igualdad de condiciones, no seáis ilusos. Desde que surgió internet hubo un boom con los blogs, fueron muy famosos y ganaron mucho dinero por la publicidad en internet, el SEO…. Enseguida se desvirtuó se abusó de los enlaces…. Y se estabilizó, siguen existiendo pero casi nadie se acuerda. Luego llegó el vídeo, YouTube, Facebook, Instagram….

Aparecieron y desaparecieron muchas como una de vídeos cortos que ya ni recuerdo como se llamaba, Snapchat…. El denominador común en todas es el dinero. ¿Quieres tener visibilidad en ellas? Paga.

Hay un tema que llevo retrasando semana tras semana para contar aquí y es, ni más ni menos, que la explicación de porque he tardado décadas a ponerme a escribir.

Y la respuesta es muy simple…. No se escribir, entendiendo escribir como si fuese un analfabeto sino en la parte más técnica o academicista como prefiráis llamarlo. Jamás en mi vida he sido capaz de aprobar la asignatura de Lengua y literatura, siempre lo hacía en las recuperaciones, sufriendo mucho y, curiosamente, gracias a que leía infinidad de libros de forma voluntaria y luego los analizaba en clase.

Pero todas las malditas reglas que se inventó el puñetero de Nebrija no tienen ni el mas mínimo sentido para mí. Los puntos y las comas son un invento del demonio que no se donde colocarlas. Pongo muchas, pocas, donde no deben ir… A día de hoy doy por hecho que tendrá algo que ver con mi casuística extraña de las altas capacidades y mi exceso de creatividad. Del mismo modo que soy incapaz de ver la utilidad a la teoría musical pero que,, pese a ello, soy capaz de componer tanto melodías como canciones.

Aquí es cuando la gente empieza a decirme cosas similares ah….. Pero chico, con todo lo que lees ¿no te fijas en como están escritas las novelas? Aunque tan solo sea por eso tendrías que saber escribir de forma correcta… Y la respuesta es que no veo cuando leo, el texto desaparece, mis ojos se deslizan sobre las líneas y a mí lo que me llegan son sensaciones, emociones, imágenes mentales…. Pero palabras, puntos y comas os aseguro que no, ni uno solo. Otra frase que me revuelve las tripas es la de: Si es muy fácil, solo tienes que leer lo que escribes en voz alta y las propias pausas que hagas ya te indican donde debes poner las pausas. ¿En serio? ¿De verdad? HOSTIA menudo invento. Tengo 47 años tú, y jamás, pero JAMÁS nadie me lo había dicho antes, en serio. Ni los profesores de EGB, ni los de FP, NADIE. Me acabas de solucionar un trauma que llevo arrastrando toda mi vida. GRACIAS.

No solo eso, incluso llegó un punto en que me daba vergüenza decir que quería ser escritor. Cuando comencé mi primer podcast hace ya más de quince años «El Arca de la Alianza» más de un podcaster me atacaba en Twitter con frases similares ah: Pues si quieres ser escritor, aprende a escribir. Que no sabes hacerlo ni en Twitter que son pocos carácteres.

Y a ver, igual muchos piensan que estoy exagerando, así que vamos a contextualizar y matizar varios aspectos fundamentales.

1º Tanto Mastodóntico como Escritura Social, como Twitter en su día para mí no tienen ningún tipo de valor mas allá de vomitar mis ideas. Son una puerta de escape a ideas que se me amontonan en la cabeza y las utilizo para practicar. Tan solo golpeo el teclado intentando dar sentido y coherencia a ideas difusas. No repaso, no leo, no me preocupa.

2º Mejorar como tal he mejorado, mucho. Aquí hay una anécdota que siempre cuento para ejemplificar mi problema. Cuando comencé a salir con la que actualmente es mi adorada esposa le mostré un pequeño relato que había escrito. Ella estudió Lengua y Literatura (todavía no existía Filología como tal creo recordar) y, al concluir, cursó Magisterio. Por lo tanto escribir de forma correcta, sabe. Bien, yo le di todo orgulloso los folios con el relato y ella lo miraba…. Lo volvía a mirar… lo volvía a mirar…… Toda concentrada ella y yo pensando buah chaval. Se ha quedado flipada con mi pedazo de relato…. Y lo seguía mirando. Hasta que ya llegó un punto en que yo, todo mosqueado, le digo: Bueno, ya vale ¿no? Tienes que haberlo leído cincuenta veces. A lo que se giró hacia mí, me miro a los ojos y me dice: Cariño, está tan mal escrito que no entiendo nada.

3º Me esfuerzo MUCHO en intentar aprender, he leído infinidad de libros de texto, de estilo, de corrección, de gramática…. Y no es que no lo entienda, es que no se explicarlo. No le veo sentido, lógica, coherencia…. Son reglas porque lo digo yo. Y m i cerebro lucha contra eso.

4º Pese a ello he mejorado mucho, pero cuando me siento a escribir. Mi sistema actual es escribir un capítulo, otro, otro…. Y cuando llevo cuatro o cinco me paro y vuelvo a l primero que escribí. Entonces lo leo, añado párrafos, descripciones, borro otras cosas…. Y sigo así con los demás que he escrito. Al terminar vuelvo al primero y entonces ya es cuando lo convierto en un capítulo de verdad. Me preocupo por la estructura de las frases, los diálogos…. Y ahí ya, aunque no están bien, tampoco es un despropósito.

5º He tenido muchísima suerte con mi mujer, de lo contrario JAMÁS hubiese intentado escribir por la vergüenza que me daría publicar incluso el texto básico de una entrada para un blog de trescientas palabras. Cada cosa que escribo (excepto que estas cosas que ya digo es tumbarme en el sofá con el móvil, aporrear la pantalla y darle a publicar) siempre al terminar le digo a mi mujer que me lo corrija antes de publicarlo. Hace unos años también realizó justo por esto un curso de Corrección ortotipográfica profesional en Cálamo & Cran.

6º De errores se aprende…. La anterior novela que escribí también fue un desastre por la inexperiencia. Cada capítulo que escribía le pedía a mi mujer que lo corrigiese…. Luego lo cambiaba y lo volvía a corregir, lo volvía a escribir y lo volvía a corregir. Corrigió tantas veces tantas versiones de los capítulos que al final ya no sabía ni lo que leía ni si estaba bien o mal. Ahora ya no le dejo corregir nada…. Cuando termine por completo la novela y yo mismo la haya revisado un par de veces, entonces, se lo daré para que la corrija.

7º Es un trabajo muy duro y muy desagradecido. No tan solo debo luchar contra la hoja en blanco, contra mi exceso de ideas, de posibles tramas, de cambiar incluso la trama de la novela varias veces mientras escribo….. Es luchar contra la vergüenza de pensar que escribo tan mal que luego ni entienden lo que quiero decir. Por eso también hago esta terapia de choque de escribir a vuelapluma, si son capaces de entender esto, luego la novela se que la entenderán mejor.

8º Repito, sin mi mujer JAMÁS hubiese podido dar rienda suelta a mi pasión y me parece algo sumamente triste. Y no es hablar por hablar. Una novela en primer lugar hay que hacer un informe de lectura, después en base a eso yo tengo que hacer cambios en la novela. Vuelves a entregar el manuscrito y es entonces cuando se hace una corección de estilo, vuelves a repasar la novela, vuelves a entregarla y es entonces cuando ya se hace la corrección ortotipográfica…. Teniendo en cuenta que, en mi caso, se tratará de una novela de entre 150 y 200K palabras…. Todo esto serían como mínimo 5K euros, pongamos entregarla y es 5K y 10K para redondear. Esto, por supuesto, tratándose de una afición, sin ningún tipo de pretensión económica ni de esperar tener un retorno. Sin contar la maquetación y publicación en tiendas online claro, que eso ya me encargaría yo. Ojo, no estoy diciendo que sea caro, cuesta lo que tiene que costar porque es un trabajo arduo, duro, especializado y que requiere muchas, pero muchas horas de trabajo.

Y ya véis, ese es mi sino. Una persona con la necesidad de escribir, castigado con no ser capaz de comprender las reglas de la escritura.

Ya he explicado en varias ocasiones que quiero escribir, mejor dicho, necesito escribir.

Es muy fácil decir «pues escribe, a escribir se aprende escribiendo» Lo cual es totalmente cierto, sin embargo lo que no dicen nunca es lo complejo que resulta aprender escribiendo. He escrito mucho, cuando tenía unos doce o trece años escribí un relato largo, serían unos quince folios y estaba muy orgulloso de ello.

Luego jugando a Rol también escribí muchas historias pero ¿sabéis que? Yo solo escribía, pero no aprendía nada. No solo eso ¿sabéis lo duro que es escribir? Si quieres aprender a dibujar, por decir algo, tienes un modelo que intentas imitar o una imagen en la cabeza que quieres expresar. No digo que dibujar sea fácil, ni mucho menos, pero es algo tangible y puedes «ver» tus puntos flacos, lo que debes practicar, cambiar o donde fallas en general. Sin embargo en una novela ¿que guía tienes? Ninguna

Nadie te va a decir un esquema, es ridículo. Bueno comienza con una escena de acción, luego se presenta el protagonista el secundario divertido… Estás totalmente solo, pueden hablarte de los fallos más comunes, aconsejarte…. Pero cuando te sientas a escribir estas solo y no solo eso…. Si tienes a alguien que lo lea (qué no es fácil) ¿hasta qué punto puedes fiarte de sus opiniones? Y para darle una nueva vuelta de tuerca ¿Hasta qué punto debes hacer caso de sus sugerencias?

Poniéndome en serio a escribir

Como ya he dicho, escribir como tal lo he hecho toda mi vida, pero hay que tener una cosa en cuenta. Escribir una novela no se parece en NADA a escribir un relato o cuento. Me he cruzado con mucha gente que presume de que sus relatos gustan mucho, que tienen unas ideas increíbles para escribir una novela….. y aquí viene el primer problema.

Las ideas no sirven DE NADA

Estoy cansado, muy cansado de escuchar cosas similares a…. «Tengo una idea brutal, es única y además tiene un par de giros en la trama que ni te imaginas». Para poner esto en contexto es muy sencillo, veréis. Poned por escrito esa idea, escribir los principales personajes que van a salir, un poco sobre la trama, y esos giros de guion. ¿Qué es lo que tenéis? Seguramente unas quinientas palabras más o menos. Si sois muy imaginativos puede que lleguéis a las mil palabras. ¿Sabéis qué? Una novena comienza en las 80.000 palabras más o menos siendo una novela corta, y puede llegar hasta unas 200.000 palabras. ¿Creéis que es fácil sumar 90.000 palabras a esas 500 iniciales para escribir una novela? Sumadle unas pocas miles para hacer un relato si, pero sumar decenas de miles para una novela, no.

Volviendo a mi decisión de ponerme en serio a escribir fue en 2023 sumándole el hecho de mi forma de pensar.

La mejor forma de aprender es cometer muchos errores

Y esto no es algo trivial, es mi dogma en la vida. Si hago algo y me sale bien, ya está, por instinto lo he sabido hacer. Sin embargo si cometo errores puedo identificadlos y, entonces, busco soluciones a cómo solventarlos. Dicho esto mi elección para aprender fue obligarme a escribir una novela en seis meses, y lo hice, y cometí muchísimos errores.

Diferentes tipos de lectores

Algo clave es cuales son nuestros referentes, nuestros gustos, la idea que tenemos en la cabeza y, sobre todo, a quien pedimos sugerencias. Por poner un poco de contexto voy a poner mi propia experiencia personal, porque fui al revés del mundo para variar

Como lector de pequeño me crie con los grandes clásicos, como es lógico me leí todos los cuentos infantiles que había a mi alcance ¿el problema? Que se acabaron enseguida y ¿qué es lo que había en todas las casas en los años ochenta? Una colección enorme de grandes clásicos para decorar esos inmensos muebles librería….

Así que me leí El Padrino, El Exorcista, La vida es sueño, la colección de Julio Verne, El Gran Gatsby…. Cuando tenía entre 10 y 12 años. Y entonces ocurrió la magia, descubrí la ENORME biblioteca de Doctor Cerrada en Zaragoza. Y ahí conocí la Fantasía Épica y pase de esos grandes clásicos a leer libros de la Dragonlance y similares…. Conocí el Rol y me olvide de esa literatura clásica con la que asenté mis bases como lector.

Más tarde ocurrió otro gran episodio, me cansé en unos años de ese tipo de literatura. Me resultaba aburrida, predecible, con personajes que no evolucionaban pese a que te leyeses veinte libros…Y entonces conocí al maestro Terry Pratchett y me hizo ver que había un puente de unión entre la fantasía y el humor y transmitir un mensaje a la vez.

Sin embargo ese fue el primer peldaño, hubo otro, aunque ese lo mencionaré más tarde.

¿Queremos contar algo en nuestra novela?

Con ese experimento de escribir una novela que fue, podéis creerme, una auténtica tortura, me ayudó a aprender mucho aunque ha sido en un proceso largo de poco más de un año de madurar lo hecho y lo aprendido. Y aquí es donde entra un factor clave, un amigo que sea un lector diferente.

En este caso yo tengo a mi buen amigo Adrian Perales. Que como buen profesor de Lengua y Literatura, Filólogo de corazón es todo un gafapasta pedante y, si creéis que en algún momento os han hecho una crítica dura estoy seguro que fue un chiste comparado con la bronca que me pego Adrian tras leerse la novela que publiqué, ojo que duro varias horas eh no penséis que fueron un par de frases.

No hay intención en lo que escribes

Resumiendo mucho todo lo que me dijo Adrian es que no había una intención, y yo no le entendía. Como he dicho una gran parte de mi etapa como lector era la fantasía medieval, algo que es puro entretenimiento. Hay más páginas de explicaciones de batallas que de trama como tal. El resumen es que se une un grupo muy poderoso tienen que encontrar algo o alguien y van matando a todo lo que se encuentran. Es decir…. Desarrollo lo que es desarrollo… poco. Y esa primera novela que yo escribí era más una fase de esbozo desarrollo de mundo, personajes y conflictos donde pasaban cosas chulas por así decirlo que una novela. Pero pasaban cosas, había conflictos encubiertos así que, para mi, intención como tal sí que había.

Ser consciente de lo que escribes

Una vez cumplido mi objetivo me olvide de la escritura, necesité desconectar así que me dedique a dibujar más o menos durante el siguiente año. Es algo que he aprendido a hacer ya de mayor, mi cerebro necesita desconectar y centrarse en otra cosa, esto le da un espacio a mi cerebro para ir trabajando en segundo plano en la otra tarea que necesita una evolución….

Y un buen día, algo hace click, aunque no sabes lo que es.

Comencé a escribir, sin saber el que escribía ni porque, tan solo comencé a escribir. La historia se fue creando sola, más bien ideas, yo tan solo seguía escribiendo y veía lo que funcionaba y lo que no. Hasta que me quede atascado.

Una vez sucedió eso dejé de escribir la novela, cogí una libreta y comencé a escribir a mano sobre mis experiencias escribiendo, que significaba para mi, que personajes tenía, que significaba para mi cada personaje, de que iba la novela, de que no iba la novela….

Escribí mucho, y cuando digo mucho es mucho. Actúalmente dd lo que es la novela tengo unas 20.000 palabras y en la libreta que recuerdo esta escrito a mano llevo más de 40.000 palabras, más del doble.

La diferencia ahora es que se lo que quiero contar desde el principio y soy capaz de que el lector lo sepa desde los primeros capítulos. Cada personaje está definido para transmitir un mensaje concreto, una evolución Lógica y, aunque hay muchos elementos he sabido dotar todo de una textura y un trasfondo donde todo se nota que está unido.

Y esa es la diferencia con la primera novela. Que es como si hubiese creado muchos relatos cortos y tan solo pudiese uno detrás de otro, sin que se notase una conexión entre ellos, aunque no fui capaz de verlo entonces.

La clave es conocer las reglas, y saber romperlas

Para terminar he comentado que Terry Pratchett fue mi primer gran maestro, el que me descubrió que se podían unir géneros.

Sin embargo, después de ese hubo otro descubrimiento aún mayor. Llego a mis manos Muerte accidental de un Anarquista del genial Darío Fo. Esta es una novela corta o relato largo, no lo tengo claro.

La cuestión es que tú Lees y lees sin encontrar ningún tipo de intención. Hay pocos personajes y pasan cosas, sin más. Pueden parecerte más o menos graciosas pero os aseguro que ahí no veis ningún tipo de intención. Entonces ¿por qué fue tan importante para mi? Por el final.

Me leí esa novela en una tarde y, cuando llegue al final, me voló la cabeza. De golpe todo cobra sentido, se unen todas las piezas de manera magistral y el mensaje y la intención te hunde el plexo solar con la fuerza de la coz de un burro. Y tan solo puedes decir…. JO DER QUE PUTO MAESTRO.

Porque os aseguro que no te la ves venir, y no es que se trate de un giro de guion, en absoluto. Es algo lógico, que te esperas que suceda…. Y sin embargo ahí está, la pieza que lo convierte todo en una obra de arte.

Para mi la clave es leer, leer mucho. Escribir, equivocarte, pensar, leer y seguir escribiendo. Tener a alguien con una visión distinta de la tuya es un As en la manga. Pero si no haces el proceso completo de poco te servirás

Así que animo, escribir es duro, durísimo, frustrante y solitario. Pero evolucionar da un gustazo que no os podéis imaginar.

A raíz de una charla con mi amigo Adrian Perales, el incansable profesor, he estado pensando en el eterno debate de los estudiantes, los tiempos que corren, la dificultad para concentrarse por culpa de los teléfonos móviles….

Y he llegado a la conclusión de que nos estamos engañando a nosotros mismos. Es bastante complejo este tema porque hay muchos matices, pero voy a intentar resumirlo como buenamente pueda y, sobre todo, a ver si no la cago que es algo muy fácil en estos temas.

Nadie quiere estudiar

Esto de por si es mentira, porque hay gente a la que le encanta estudiar, pero sirve como base fundamental de que este artículo (como es lógico) es una generalización. Cuando yo estudiaba en la EGB éramos unos 32/35 alumnos por clase, haciendo memoria me atrevería a decir que de media serían entre 3 y 5 alumnos los que sacaban buenas notas. Luego habría un amplio grupo de unos 20/25 que eran la media y luego bueno, pues unos 7/10 que no hacían nada, no iban a clase….Esto también dependía mucho de la clase claro está

Sin tener ni idea de cómo está el tema ahora me atrevería a decir que estos márgenes han variado muy poco en la etapa actual.

Nos engañamos como adultos

El problema es que cuando llegamos a la etapa adulta olvidamos nuestros intereses cuando éramos jóvenes y todos queremos que nuestros hijos estudien. Si nosotros no estudiamos queremos que nuestros hijos lo hagan para que tengan trabajos mejores que nosotros, para que su vida sea mejor que la nuestra (como es lógico por otra parte). Si nosotros estudiamos queremos que nuestros hijos estudien aún más para que les vaya aún mejor…

Por supuesto hay de todo en la viña del señor y hay gente que quiere que sus hijos se pongan a trabajar para quedarse con su sueldo…. Eso antes era muy habitual en las zonas rurales que hacían falta muchas manos para trabajar en el campo….

Diferencia entre estudiar y aprender

Esta es la gran diferencia y, a mi modo de ver, la clave del problema.

Estudiar tal y como lo conocemos hoy en día, a mi modo de ver, es una puta mierda. Y lo digo así de claro, estudiar es una puta mierda.

Los centros educativos son granjas para humanos, centros donde los padres sueltan a sus hijos para que puedan ir a trabajar y sean productivos para que funcione el país. Tienes nueve meses para aprender unos temas, conceptos que te importan una mierda y que no tienes ni idea de qué aplicación práctica van a tener, sobre todo teniendo en cuenta que no tienes ni puñetera idea de que vas a querer trabajar de mayor.

Aprender es divertido, estudiar NO

Esta es la clave de todo, porque a mi aprender ME ENCANTA. Soy una enciclopedia con patas sobre datos que no sirven absolutamente de nada. Me he pasado toda mi vida aprendiendo, pero soy incapaz de estudiar. Si preguntáis a cualquiera de mis profesores puedo resumir más o menos las respuestas que os darían

  • Es un vago
  • Es espabilado, pero es un vago
  • Es demasiado fantasioso y se distrae con una mosca

Y eso, siendo generoso. He intentado estudiar toda mi vida y jamás he sido capaz de lograrlo. Las cosas que se empeñaban que estudiase los profesores me parecían aburrida, datos sin ningún tipo de contexto o correlación entre ellas que no entendía de que servían. Intentaba estudiar pero aparecía algo que me parecía interesante y comenzaba a estirar del hilo aprendiendo infinidad de cosas, menos las que tenía que aprender.

Teléfonos móviles y la concentración

Y claro, ahora es mucho peor ¿verdad? Si ya me distraía en mi época ahora que tenemos teléfonos que te voy a contar. Pues lo siento, pero no estoy de acuerdo.

A todo el mundo le cuesta concentrarse, nuestro cerebro está programado para estar atento a nuestro entorno. Debemos escuchar si se acerca algún peligro, escaneamos nuestro entorno con los ojos para identificar un depredador en la maleza…. Ningún ser vivo está programado genéticamente para sentarse delante de unos libros y estar durante horas leyéndolos y aprendiendo. Y los que lo están, son minoría.

Antes no teníamos con qué distraernos

Que tengamos un teléfono móvil en el bolsillo es una forma muy rápida de distraerse, o de aprender.

Si una persona no quiere estudiar, no estudiará y si una persona quiere estudiar, estudiará.

Antes los críos estábamos todo el día en la calle, pero todo el puto día. Salías del colegio y te ibas con los amigos, no ibas a casa En la época en la que había perros y gatos abandonados, jeringuillas en los parques, SIDA, jugábamos a lanzarnos piedras, los profesores te partían la cara y luego tu padre te la volvía a partir porque algo habrías hecho…. En esa época estábamos todo el día en la calle.

Ahora que no existen ni las piedras, que las zonas de juego están delimitadas y con suelo acolchado, que no existen perros abandonados sino que incluso es raro ver perros sueltos, que hay presencia policial, la gente se ha olvidado del SIDA y no es que no haya drogadictos es que los niños no saben ni lo que significa encontrar una cuchara quemada…. En esta época los niños están todo el puto día encerrados en casa.

Cuando salió la radio se dijo que la sociedad se iba a acabar. La gente escuchaba todo el día la radio en lugar de hablar con sus vecinos porque era más interesante lo que contaban ahí… Cuando salió la tele era el fin de la humanidad, la caja tonta. La gente se pegaba hora ahí sentado viendo lo que le echasen y creyéndose todo…. Con la llegada de los ordenadores personales los niños se encerraban en su habitación y no hablaban ni con sus padres… A saber lo que estarían viendo ahí…

Sabemos muy bien cómo ser improductivos

El ser humano no quiere ser productivo, no le gusta. Quiere divertirse, descansar en definitiva…. Hacer lo que le salga de los cojones.

Todos hemos visto en historia lo que hacían los emperadores romanos o los poderosos en general… Grandes fiestas llenas de comida, bebida, drogas y sexo. Increíble, que gran diferencia con lo que hacen hoy en día.

Dejemos de engañarnos

Podemos instalar inhibidores de señal en los colegios, en bloques de piso, da igual. Si quitamos internet y los chavales no pueden usar el móvil ¿creéis que se pondrán a estudiar? No, incluso se pondrán a contar las baldosas del baño si es necesario, o a imaginar lo que harán en sus vacaciones de verano. Pero estudiar, no.

Quien quiere estudiar, estudia. Quien no quiere estudiar, no estudia. Y da igual los medios que tenga a su alrededor. Ya se encargará el solito de ser improductivo.

Nuevo año, nuevo proyecto y si encima es con la familia ¿Qué más se puede pedir? Durante el confinamiento la gente se hinchó a ver series o películas.... Nosotros también, pero al ser una familia muy creativa decidimos dar un paso adicional, contarlo. Mi mujer aprendió a editar audio con un Ingeniero de sonido, yo aprendi a grabar de forma correcta con él y a preparar una habitación para convertirla en un estudio de grabación.

Y comencé junto a mi hijo un podcast llamado «Charlemos de Cine» donde hablábamos de las películas que íbamos viendo, auténticas joyas de los años 40, 50 o de los noventa claro, actúeles pocas jaja.

Al final desapareció el confinamiento, volvimos a la normalidad, pasaron los años y ya no había tanto tiempo ni para ver, ni para grabar.... Así que la cosa se fue olvidando.

Ahora regresamos, con más fuerza que nunca, energía y mucha mejor equipación y vamos a aprovechar a hablar tanto de música, de estilos musicales, la moda en esos estilos.... Y la parte más técnica que es la que a mí más me gusta.

De momento tenéis publicada la presentación del proyecto y un video en el que hablo de la historia detrás de que Michael Jackson utilizase el famoso Shure SM7 en la grabación de Thriller.

Espero que le deis una oportunidad y, de paso, nos dejéis vuestros comentarios.

Feliz año nuevo todos.

https://youtu.be/jhFuJLiIy_s

Me ha costado bastante decidirme a escribir este artículo por la simple razón de que no tengo claro cómo afrontar este año. Es un año más pero, cada año es distinto porque nosotros somos personas distintas. Más experimentados, más sabios y a la vez mas estúpidos porque creemos que ya no cometeremos los mismos errores.

Por eso mismo no es sencillo analizarse a uno mismo, a sus pretensiones, ambiciones y preparar unos objetivos a la vez útiles y sensatos, pese a ello, voy a intentarlo y espero equivocarme menos que el año pasado.

Antes de empezar quiero dejar clara una cosa… Estos objetivos son míos, personales. Como ser humano egoísta que soy. Y esto es de vital importancia que todos los tengamos claro. Tengo familia, mujer e hijo a los que quiero con locura, es evidente y de perogrullo que mi principal misión es que ELLOS estén bien, sean felices. Pero también es evidente que YO necesito mi espacio, mi tiempo, mis aficiones y mis objetivos personales. Estoy harto de escuchar a gente que no quiere nada para ellos, que solo impera su familia…. Eso esta muy bien en las películas cuando la gente roba para alimentar a los suyos en época de guerra, posguerra… Pero por fortuna a día de hoy y en España no estamos en esa situación.

Si quieres ayudar a tu familia TU debes ser feliz porque si les ayudas y estás amargado de la vida ellos lo van a notar, van a querer ayudarte y al final todos están mal. Dicho esto, no se trata de ponernos por encima de la familia, ni tan siquiera a la par. Pero SI de ser conscientes que debemos concedernos nuestro tiempo y espacio.

Y ahora, comencemos….

Deporte

Soy una persona de extremos, ahora se que eso se debe a mi extrema Neurodivergencia. O no hago nada o soy un animal que si no entrena por encima de 180 pulsaciones considera que no está entrenando. Lo cual, como imaginaréis, hace que siempre esté con lesiones…

Este año he tenido la fortuna de que enfrente de casa han abierto un gimnasio maravilloso, con piscinas y todo. Además, mi hijo siempre ha querido entrenar conmigo así que mi propósito de este año es volver a hacer deporte entre 4 y 6 horas de entrenamiento de fuerza a la semana sería lo óptimo. Esto, además, tiene un plus… lo hago con la familia lo que suma tiempo con los míos. Por lo tanto este es mi objetivo prioritario indiscutible.

Leer más.

Me he enfocado mucho en escribir mi novela, lo cual está muy bien porque es un sueño que tengo desde niño…. Pero estaba desviado la mirada.

Yo quiero escribir porque ADORO leer… Y no estoy leyendo nada lo cual es una incongruencia. Esto lo he logrado solventar porque Justo me acabo de apuntar a dos clubs de lectura con lo que, mínimo, voy a leer dos libros al mes. Esto es poco para mi, pero es más de lo que he leído en los últimos años jajaja. Tiene otro añadido positivo y es que mi mujer se ha apuntado también a uno, por lo que sumamos tiempo en familia y, si el libro que leemos no es un drama mi hijo también lo quiere leer y venir a uno de esos clubs.

Por lo tanto seguimos sumando tiempo en familia con actividades fuera de casa y socializar.

Escribir mi novela

Este proyecto avanza bien, llevo escritas unas 20.000 palabras que son la presentación de mundo, personaje y tramas principales y estoy contento con el resultado.

Además tengo un grupo de tres lectores cero de confianza que me van a ayudar a detectar los fallos de argumentación o coherencia que pueda haber. Tengo un sistema que mezcla la escritura a mano para plasmar los pensamientos y ordenar las ideas con escribir después la novela que me está funcionando bastante bien, así que contento.

Podcast con mi hijo

La creación de contenido es algo que me fascina, sin embargo soy una persona obsesiva que se exige mucho y me exigiría más de lo que puedo hacer. Sin embargo mi hijo quería hacer algo, así que estamos creando un canal de YouTube sobre música en general

Un episodio lo llevará el hablando sobre estilos, músicos, grupos…. Y otro al mes lo haré yo sobre la parte más técnica…. De este modo hacemos dos episodios al mes, a mi no me supone ningún esfuerzo y hacemos, de nuevo, algo juntos.

Lo que de tiempo

Esas son somos bases, con lo que estoy satisfecho. Es cierto que de vez en cuando quiero parar y hacer algo distinto. Ahí tengo mis dos aficiones secundarias…. En realidad son cientos, pero hay que elegir.

Dibujar y tocar el piano~componer. Cuando tenga un rato que no quiero hacer nada, pues dibujar y, cuando no, compondré.

Estoy seguro que cuando termine esta novela, por ejemplo, dejaré la escritura un año y me centraré un año entero en dibujar. En ese momento avanzaré más en esas dos aficiones y luego iré rotando de nuevo.

Lo importante aquí es tener claras unas bases que sean asumibles y, sobre todo, móviles.

De lo contrario es cuando nos frustramos por no alcanzar nuestros objetivos.