Mi perra vida

Mi perra vida es un proyecto cultural y artístico.

Relato — Sin permiso | Poema — La Brisa – Coral Bracho | Reseña — La dimensión desconocida – Nona Fernández | Frase robada — Franz Kafka | Bonus Track

Sin permiso

Escuchó la sirena de una patrulla a lo lejos, las conocía bien y su significado, conforme el sonido se acerca la piel se le eriza, el ruido es ensordecedor, sonaron disparos y saltó del susto.

Abro los ojos y apago el maldito despertador, me quedo sentado unos minutos al borde de la cama, agitado, estoy paralizado del temor. Aún desconozco el sitio donde me encuentro, pero observo despacio todo mi cuerpo y no veo nada anormal, no hay golpes o heridas, me toco la cara y no está deforme por las palizas. Decido quedarme sentado y esperar, intento hacer el menor ruido posible.

Se oye el abrir y cerrar de las puertas en el pasillo, sé que llegarán a mi puerta, repito en voz baja, una y otra vez los nombres de mis hijos, es lo único que puedo recordar, quisiera rezar pero lo olvidé, tampoco estoy seguro de que sirviera para algo. La puerta se abre suavemente mientras rechina, y encienden la luz que me deslumbra.

-Buenos días Martín, ya es hora de levantarse. Por favor vístase y lo espero abajo para desayunar – Me indica una mujer uniformada, un poco rellena y no muy alta, su tono de voz ha sido tan amable y sincero como su sonrisa. Ya con la habitación iluminada veo mi ropa, ordenada en un gancho colgado en la silla, al lado de una mesa que tiene cuadernos, lápices y colores. Me detengo un segundo para observar las hojas de papel regadas y los dibujos de árboles, casas y aves, parecen algo infantiles pero me gustan. Tomo la ropa y me visto, me veo en el espejo del baño y noto algo extraño, no sé exactamente qué es, por un momento el reflejo me parece ajeno, pero no lo es, sigue todos los movimientos que hago mientras me peino.

Sin pensarlo me acerco a la cama y comienzo a arreglarla, levanto la almohada para sacudirla, y hay un cuchillo debajo, me sorprende su presencia, lo tomo y con mucho cuidado valoro con la yema de mi pulgar el filo que tiene.

Una voz me asalta por detrás, y se me cae de las manos, intento agacharme para levantarlo, pero la espalda rígida y adolorida enlentecen y finalmente frenan mi camino.

-¿Otra vez te metiste en la cocina sin permiso? – Me dice la mujer uniformada bajita, algo regordeta, que se me hace conocida, que se agacha con mucha facilidad para tomar el cuchillo y termina de arreglar la cama.

-Gracias por hacer la cama Martín, ya sólo le di dos estirones y quedó impecable. Vamos, te acompaño al comedor – Guarda el cuchillo en una de las bolsas traseras de su pantalón y toma mi mano para guiarme afuera de mi habitación.

Me suelta cuando llegamos al final de la fila, me imagino que debo hacer lo mismo que los demás. Pasan enfrente de una mesa donde les dan unas pastillas, a unos más que a otros, y un sorbo de agua para tragarlas, hago lo mismo, y después de deglutirlas, tomo mi charola y continúo en otra fila donde sirven comida. Me preguntan sobre mis opciones de desayuno. Me da igual, o puede ser que no recuerdo qué me gusta más, así que digo cualquiera de las opciones, aunque tengo la impresión de que la persona uniformada que atiende, me sirve lo que ella quiere.

Busco donde sentarme, escucho que gritan a lo lejos ¡Martín!, casi en el fondo, tengo la impresión de que se dirige a mí, busco con la mirada a quien grita ese nombre y lo veo, me parece familiar, o menos extraño que los otros. Me dirijo a su mesa y me siento frente a él.

Habla todo el tiempo mientras come, me sorprende que pueda hacer tan rápido ambas cosas. No tengo claro todos los temas que aborda, pero veo que sonríe si se le responde con algunos monosílabos, mientras termino el contenido de mi charola. Al terminar los alimentos, él está lejos de guardar silencio.

Le interrumpe su monólogo una voz, que sale de los altavoces de la esquina de la habitación, nos pide que salgamos al jardín y nos desea “un hermoso día”. Todos, lentamente nos levantamos, pero alguno se queda en su asiento, viendo el plato de comida o solo revolviéndola con la cuchara.

Intento escapar del tipo que habla demasiado, y me camuflo con el resto, pero no será tarea fácil, ya que soy de los pocos que no tiene el cabello totalmente blanco, pero aun así lo logro, y salgo al patio.

El sol entre los árboles es muy agradable, se oye el trinar de las distintas aves, algunas me parecen conocidas, veo a lo lejos una banca entre el sol y la sombra, aprieto el paso para ganar el lugar, no es difícil, todos son muy lentos.

Tomo asiento y me dispongo a observar, es un jardín muy grande y arreglado. Escucho otra vez que me gritan ¡Martín! a lo lejos, identifico la voz y es el mismo tipo que no paraba de hablar en el desayuno.

Se sienta a mi lado y al hacerlo me empuja un poco, tengo que acomodarme en la banca nuevamente. Habla del desayuno, del clima, comenta cosas sobre algunos compañeros que me señala con la mano, hasta que logro identificar una fuente de piedra a lo lejos, las gotas derramándose me encantan, y poco a poco la voz de ese hombre se aleja y solo escucho el agua cristalina cayendo por cientos o miles, en la base de la fuente repleta de agua. La cadencia de las gotas me arrulla y el sueño me invade poco a poco.

Me despierta el estruendo de su carcajada, casi llora de risa, no me queda muy claro porqué, dice que era muy gracioso ver cómo los hombres y mujeres se orinaban en los pantalones mientras los amenazaba con la metralleta, vuelve a tener una crisis de risa cuando cuenta cómo les reventaba la cabeza a culatazos para que dijeran todos sus secretos. Se ufana de haber violado a las prisioneras que estaban “apetecibles”, enfatiza esto último a modo de complicidad.

Mientras lo escucho, mi mente se aleja, y se enfoca en las gotas de agua cayendo en la fuente, pero poco a poco el trinar de las aves, se transforma en el recuerdo de mi madre llorando por mi hermana desaparecida, la encontramos décadas después en una fosa llena de otras mujeres torturadas por el ejército, nunca supimos el porqué, porqué ella, porqué la golpearon, porqué la violaron, porqué nunca volvió a casa.

-¿Por qué lloras? – pregunta ese hombre que no para de hablar y de reírse.

Me levanto de la banca con resolución, me siento extraño sabiendo exactamente lo que tengo que hacer. Dejo al tipo hablando y me dirijo al comedor, sé que los cocineros platican, escuchando música mientras preparan la comida. También sé que donde se guardan las paneras hay unos cuchillos aserrados, con uno debe bastarme, un corte certero en el cuello y ese milíco se va a dejar de reír de sus atrocidades, me fijo que no haya nadie cerca, meto el cuchillo a la bolsa.

Solo tengo que alejarme de él, esperar hasta la noche, si lo sigo escuchando lo voy a apuñalar en la sala de televisión o en la biblioteca.

Fingiré estar enfermo del estómago para no verlo hasta la hora de dormir, voy a su cuarto y lo hago pagar por todo lo que hizo.

A la mañana siguiente, entró la enfermera al cuarto de Martín, estaba sentado al borde de su cama, mirando sus manos como si viera al infinito. Vio que la cama estaba parcialmente arreglada, al acomodar la almohada, encontró un cuchillo.

Lo tomó con cuidado y lo guardó en su bolsa

–¡Martín! ¿otra vez fuiste a la cocina sin permiso?

La brisa – Coral Bracho

La brisa toca con sus yemas

el suave envés de las hojas. Brillan

y giran levemente.

Las sobresalta y alza

con un suspiro, con otro. Las pone alerta.

Como los dedos sensitivos de un ciego

hurgan entre el viento las hojas;

buscan y descifran sus bordes,

sus relieves de oleaje, su espesor.

Cimbran

sus fluidas teclas silenciosas.

La dimensión desconocida – Nona Fernández

Esta novela explora a través de un amplio uso de la anáfora la represión chilena. Tomando como pretexto a un ex-policía que decide traicionar a su gobierno y al sistema de represión que ello significa(ba). No busca atraer lectores por medio de la descripción de violencia explícita, pero sencillamente con la representación conceptual basta, para que rellenemos esos vacíos con la imaginación, o tristemente con sucesos de la realidad. La utilización de una figura retórica como la anáfora, que repite incesantemente para lograr fuerza y contundencia, más allá de un elemento estilístico, es una exposición de motivos, que subraya el hecho de que hemos retrocedido cincuenta o cien años como humanidad. Así que, si pensaban que ya podíamos superar esas historias tan oscuras y dolorosas de nuestra historia, lamento defraudarlos, y lejos de considerar la obra de Nora Fernández como algo anacrónico, debemos cambiar la perspectiva y verla como una sombra que se desea mover de nuestra espalda, para ir delante nuestro.

Frase robada – Franz Kafka

No es que yo tenga algún interés por la literatura, sino que estoy hecho de literatura; no soy nada más, ni puedo ser nada más.

Todo lo escrito, salvo que se indique su autoría es ideado y escrito por Norberto Carlos Chavez Tapia, bajo la licencia de creative commons CC BY-NC-ND 4.0.
A menos que se indique lo contrario todo lo expresado en este blog/newsletter es ficción, cualquier semejanza con la realidad es una coincidencia.

Relato — Diario de un expresidente | Poema — Con abismada transparencia – Coral Bracho | Reseña — Los ingrávidos – Valeria Luiselli | Frase robada — Arthur Schopenhauer | Bonus Track

Diario de un expresidente

Diario hallado después del asesinato de la premio Nobel Nobel Lucia Rodríguez el 14 de junio de 2036

Fecha: 20 de enero de 2036

No le tengo confianza a escribir en la computadora o en la tableta, le robé esta libreta y una pluma a la persona de la limpieza.

DT

Fecha: 4 de febrero de 2036

Me veo al espejo y confirmo que soy el mismo que se menciona en toda la Internet. No puedo creer que yo haya dicho y hecho todo lo que se menciona. No lo recuerdo.

DT

Fecha: 8 de febrero de 2036

Hoy conocí a la Dra. Rodríguez, aunque dice que me ha venido a ver cada semana, siento que la acabo de conocer. Dice que mi caso “ es uno de los más dramáticos”, que mi demencia era de las más agresivas y con terapia la de mayor grado de mejoría. Sigo sin entender a qué se refiere.

DT

Fecha: 13 de febrero de 2036

Hoy me vino a visitar Stormy, dice que estoy irreconocible. Yo no la reconozco, pero lo que me cuenta me trae algunos recuerdos.

DT

Fecha: 1 de marzo de 2036

Las notificaciones del teléfono no paran de sonar, según entiendo, hoy se publicó mi “curación” por la medicina de la Dra. Rodríguez.

DT

Fecha: 7 de marzo de 2036

Vinieron de la televisión a entrevistarme, la mayoría de las preguntas no las entiendo, o mis respuestas no las entienden, todos me miran asombrados. Al término, la conductora me dijo, “perdió la chispa señor presidente”.

DT

Fecha: 12 de marzo de 2036

Pedí que me trajeran algunas de las biografías publicadas sobre mi. Algunas son favorables y otras en contra mía, pero los hechos que describen son los mismos. Le marco a Stormy para confirmarlo, me da mucha vergüenza.

DT

Fecha: 18 de marzo de 2036

Me vuelve a visitar la Dra. Rodríguez, le pido que me explique qué está pasando. De algún modo la medicina me volvió la conciencia, y casi todo lo que dicen mis biografías lo hice estando enfermo, esos recuerdos parecen blindados. Hoy voy a regresar a casa, hay mucha gente con banderas en la calle.

DT

Fecha: 23 de marzo de 2036

Termino de leer los reportes de algunas ONG’s que Stormy metió a escondidas cuando vino a visitarme. Al final lloré.

DT

Fecha: 17 de abril de 2036

Es la segunda vez que cambian antidepresivos, pero sigo igual, no duermo, se me fue el apetito, y solo puedo pensar en todo eso que me es irreconocible, pero es la verdad sobre mi.

DT

Fecha: 28 de abril de 2036

Vomité la pastilla de la Dra. Rodríguez, algo del desayuno me hizo daño. Hoy los recuerdos sobre el pasado me dejaron en paz, pude dormir como no lo hacía en meses.

DT

Fecha: 10 de mayo de 2036

No recuerdo los días que dejo de tomar la pastilla. Me doy cuenta de cuánto tiempo ha pasado por los mensajes en redes sociales. Hay varias personas que me ofrecen su ayuda para escapar de casa.

DT

Fecha: 15 de mayo de 2036

Stormy revisa mi teléfono, y le cuento que a veces dejo de tomar las pastillas. Insiste en que puedo lograrlo, y que debo seguir tomando la medicina, me pide que no las deje, que aunque el pasado sea doloroso, es mejor eso, que estar enfermo.

DT

Fecha: 27 de mayo de 2036

Recibí un paquete, trae una playera, un arma y las llaves de unas puertas, me imagino que están coludidos con los guardaespaldas, porque a Stormy no le dejan pasar ni unas hamburguesas de McDonald’s.

Todo indica que cuando no tomo las pastillas he formulado algunos planes, nada gratos por cierto, pero me leo contento en los chats.

DT

Fecha: 8 de junio de 2036

De acuerdo a lo que he leído en los chats, todos esperan mi decisión.

DT

Fecha: 12 de junio de 2036

Ya lo decidí, esta será la última vez que escribo.

MAKE AMERICA GREAT AGAIN AND AGAIN AND AGAIN!!!

DT

Con abismada transparencia – Coral Bracho

Eres fuego del inicio.

Eres la luz

en el instante sabio

de hacinarse en el agua.

Eres la voz, la transparencia que penetra,

que engendra;

la nota viva y diáfana

que cae,

con el candor de una certeza

en el centro

del alma.

Los ingrávidos – Valeria Luiselli

Una metanovela donde, Valeria Luiselli dentro de una novela, escribe una historia que desconozco si es ficticia o biográfica, mientras cuenta lo que parece ser una descripción autobiográfica. Esta subtrama que poco a poco transmuta en trama principal, va de la vida de Gilberto Owen viendo su final, así como el final de su vista; y en el caso de ella, su vida se va viniendo abajo, derruida por la cotidianidad y la remembranza de tiempos mejores.

Ante lo inerte que parece la actualidad, la nostalgia del pasado se lee más grata, como un paraíso de tiempos lejanos, donde Valeria explota divinamente el lenguaje y desarrolla una ambientación que es un deleite, deseando cambiar la efímera y absurda realidad; por la heterodoxa vida real del poeta del siglo pasado. Este juego de voces, es un juego con la muerte de personajes y vidas que se encuentran y desencuentran.

Luiselli anima al lector a conocer a Owen, un hombre que a ojos de este libro es fascinante, apasionante y triste, no se puede pedir más.

En resumen un libro que juega con la muerte, o las muertes, y el devenir intermedio, que llamamos vida.

Frase robada – Arthur Schopenhauer

La mala fe...se ampara mutuamente [en] la debilidad de nuestro entendimiento y lo torcido de nuestra voluntad.

Todo lo escrito, salvo que se indique su autoría es ideado y escrito por Norberto Carlos Chavez Tapia, bajo la licencia de creative commons CC BY-NC-ND 4.0.
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Relato — Nota de prensa | Poema — El mundo que respiro ‒ Mario Benedetti | Reseña — Manual de Escapología ‒ Antonio Pau | Frase robada — Juan Villoro

Nota de prensa

Washington D.C. 14 de junio de 2036

El expresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, quien fuese el primer presidente juzgado y considerado criminal, a sus noventa años, asesinó de cinco disparos a la primera premio Nobel de medicina uruguaya, la neurocientífica Lucía Rodríguez, para después suicidarse de un disparo en la cabeza.

La Dra. Rodríguez había logrado un permiso para dictar una conferencia en la Universidad de Columbia, sobre el desarrollo de la red colaborativa y sin fines de lucro que llevó al desarrollo del fármaco que logró la cura del Alzheimer. La presentación de la premio Nobel de medicina, polarizó a la sociedad estadounidense, ya que la forma de organización para conformar al equipo multinacional que impulsó la investigación en esta demencia, puede ser considerada como una organización terrorista y atenta contra la seguridad del país. Además la presentación iba en contra de la política instaurada en el año 2025, para impedir el acceso a foros universitarios a personas de Latinoamérica, Asia, y África, este marco de referencia fue instaurado durante el mandato del asesino de la Dra. Rodríguez.

El expresidente había sido ingresado a una casa de reposo hace ocho años, cuando durante una reunión del restituido G8 en Dubai, el entonces presidente se subió a la mesa de reuniones del Jeque Mohamed, se bajó los pantalones y la ropa interior para defecar, ante el asombro de los mandatarios invitados. Tal acto desató gran tensión diplomática entre Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, que se conoció como el conflicto del Rey Midas, ya que el entonces presidente argumentaba que no necesitaba el oro de oriente medio, ya que el “podía convertir la mierda en oro, y se los iba a demostrar”.

A pesar de que el conflicto del Rey Midas gozó del aplauso de la mayoría de la población estadounidense, lo que aseguraba su tercer candidatura, una pequeña fracción del partido demócrata, logró demostrar que el entonces presidente padecía una enfermedad neurodegenerativa, probablemente desde su primer mandato en el año 2017, una variante de Alzheimer, con gran afectación del comportamiento.

Tras el conflicto del Rey Midas, dos demandas de violación a miembros de su escolta y una foto documentando su tendencia a la zoofilia, se dictaminó su incapacidad para continuar su mandato y fue internado en una casa de retiro, donde se mantuvo ingresado, con un deterioro progresivo de sus ya mermadas capacidades cognitivas.

El expresidente fue egresado hace unos meses, tras ser parte del estudio clínico internacional para la cura del Alzheimer, liderado por la Dra. Lucía Rodríguez. Estudio que le valió el premio Nobel de Medicina, pero también el premio Nobel de Economía, por la formación del primer proyecto multinacional en países emergentes y de tercer mundo, para luchar contra la guerra comercial iniciada por Estados Unidos en el año 2025.

La cura del expresidente causó revuelo entre un grupo mayoritario de la sociedad de Estados Unidos, que ondeaban banderas con el acrónimo MAGAAA (make american great again and again and again) mientras un convoy lo escoltaba de la casa de retiro a su mansión en Nueva York.

Tras varias apariciones públicas sus fieles seguidores se desencantaron: “había perdido la chispa” decían.

La presentación de la Dra. Rodríguez en Nueva York despertó el fervor patrio de los seguidores del expresidente, ya que la culpaban del cambio de actitud de su redentor. Incluso había manifestaciones en redes sociales, donde se exigía anexar el territorio de Uruguay a Estados Unidos, por motivos de seguridad -argumentaban-, la propuesta pudo ser rechazada en una apretada votación por apenas dos puntos porcentuales.

Las investigaciones indican que el expresidente logró burlar a sus escoltas, al disfrazarse de manifestante ambientalista, se cree que recibió ayuda externa, ya que las cámaras lo ven abordar una camioneta, misma que lo deja a pocas cuadras de la universidad, además de que contaba con un pase de acceso a la conferencia. El evento tuvo que limitar el acceso, tras las múltiples amenazas de diversos grupos: racistas en general, antilatinos en particular, pro-armas de fuego, anticientificistas, terraplanistas, y algunas sectas religiosas de Silicon Valley. Reclamaban a la neurocientífica de envenenar los valores más profundos de la sociedad civilizada.

Las cámaras de seguridad del recinto muestran al expresidente camuflado entre la multitud, que al final de la conferencia ovacionaban de pie a la Dra. Rodríguez, en ese momento saca un arma, y dispara cinco veces contra la conferencista, todos los disparos fueron precisos y eficaces, al ver a la víctima tirada en el suelo se dispara en la cabeza y muere de inmediato.

Los servicios de inteligencia aun no determinan el motivo del asesinato, ni la identidad de la persona que le ayudó. Fuentes extra oficiales sugieren la existencia de un diario en la habitación del expresidente, pero de momento tal información no se ha confirmado.

El expresidente será despedido con honores en la Catedral Nacional de Washington D.C., donde se espera a miles de seguidores para ofrecerle un último adiós. Mientras que el partido Republicano prepara un paquete de medidas impositivas contra Uruguay, único país con reservas de radio en el continente.

El mundo que respiro ‒ Mario Benedetti

1

El mundo que respiro

huele a basura fértil

a memoria de incienso

a nafta y a macdonald

el aire llega mustio

sin nadie que lo sople

sin ingenios en flor

ni ráfagas de tango

o ni siquiera llega

entonces respiramos

la bocanada oscura

del tiempo transcurrido

por sus lentas razones

por su falsa alegría

el mundo que respiro

es ceniciento y lánguido

2

El mundo que respiro

es de nadie / es de todos

me ahoga o me libera

me exige / me conmina

me agobia con noticias

con odios / con ternura

el mundo que respiro

trae provocaciones

indultos y milagros

me llena los pulmones

de ráfagas que ignoro

pero nunca es el mismo

el mundo que respiro

tiene quejas de mártires

mensajes de suicidas

explosiones de júbilo

y no obstante no obstante

vivo porque respiro

Manual de Escapología ‒ Antonio Pau

No es infrecuente pensar que nos pasamos la vida buscando, lo que tal vez no pensamos es que estemos escapando de la responsabilidad, de ser conscientes del pasado y del futuro. Antonio Pau escribe un ensayo que leí hace unos años, y hoy ante lo categórica que parece la realidad en todas sus vertientes, es que me decidí a releerlo.

En esos ayeres fue una lectura tímida, respetuosa. En esta ocasión la aproximación fue más abierta, desinhibida, así que dejé al pobre libro ampliamente subrayado. El ensayo de un poco más de doscientas páginas, aborda inicialmente el escape o el arte de escapar, como una condición natural y esperada del ser humano moderno. Después de este preámbulo, que nos pone bastante a tono, describe distintos fenómenos ordenados cronológicamente, en los que se documentan treinta formas en que la sociedad busca escapar, como respuesta a la irracionalidad de vivir.

Estas treinta maneras de escapar no son exhaustivas ni excluyentes, pero si representativas, y sirven como una exposición de motivos, que funge como una enciclopedia de la Escapología.

Para quienes estamos escapando permanentemente, seguro que nos identificamos con más de una forma de huir, lo cual evidencia la ductilidad del fenómeno. La sociedad nos deja solos y estigmatizados si queremos escapar, pero este libro te acompaña y como un buen amigo te da soporte, para entenderte y seguir escapando.

Frase robada ‒ Juan Villoro

Los mexicanos pensamos que aceptar un error es peor que cometerlo.

Todo lo escrito, salvo que se indique su autoría es ideado y escrito por Norberto Carlos Chavez Tapia, bajo la licencia de creative commons CC BY-NC-ND 4.0.
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Reflexión — Make America Shit Again #MASA | Poema — Escribir por escribir ‒ Sara Uribe | Reseña — El Monstruo Pentápodo ‒ Liliana Blum | Frase robada — Antonio Pau

Make America Shit Again #MASA

La realidad está esculpida para pensar que (entre otras vicisitudes), no existe otra cosa que el blanco y negro, los matices no existen o son inútiles. Y también olvidar que existe un poder comunitario autogestivo, promoviendo el contra argumento de que, solo las grandes estructuras de poder pueden dictar las reglas que seguiremos dócilmente.

Este par de conceptos viene a colación de la catastrófica noticia sobre la guerra comercial que impuso Estados Unidos a sus principales socios comerciales. De las múltiples vertientes con las que se puede ver tal imposición, su impacto conceptual viene a redondearla. Estamos en un escenario en el que una de las economías más fuertes del mundo ¿necesita más dinero? Y en lugar de trabajar más ¿prefiere saquear a quien le provee de lo que requieren?

Se sabe que un tirano es tan fuerte como lo son sus mecenas. Y en esta ocasión los mecenas son las personas mas ricas del mundo, que han amasado sus fortunas, a través del extractivismo (como se ha hecho siempre) de lo único que faltaba por saquear; nuestro tiempo, nuestra atención y consecuentemente nuestro pensar. Tanto es el valor de ese recurso que, aun sabiendo su impacto negativo en la sociedad, han decidido ir en contra de la ética y desregularizarse.

Tal cual un conejo que se deslumbra por las luces del auto y no encuentra la manera de escapar a su fatídico destino, así nos sentimos los individuos que solo vemos como gente muy ajena a nosotros defiende sus intereses, pensando inocentemente que son los nuestros.

Se olvida muy fácilmente que una de las características que le ha funcionado a la humanidad como especie, y a otras tantas que no alcanzaron nuestro nivel de sofisticación, es la cooperación. Sé que aquellos, quienes ondean la bandera del individualismo voraz y la ley del más fuerte (que por cierto es una pésima interpretación de los textos de Darwin y otros evolucionistas), consideran que la cooperación humana es algo cuando menos pusilánime. Pues a estos héroes del capitalismo, los invito a tomar su rifle favorito y se enfrenten a un panal de abejas, espero sus comentarios sobre el resultado del épico encuentro.

Todo lo anterior parece inconexo, pero fue lo que me hizo reconsiderar mi consumo de las innumerables empresas de los mecenas del plutócrata máximo. No intento evangelizar, ni hacer un manual de sabotaje a las grandes tecnológicas. Pero pensaba que si reduzco el consumo o pago de servicios en un 25% (solo para ser justos con la tarifa impuesta) ¿qué pasaría?

No hace falta ser un genio para saber la respuesta, nada.

Si varios millones de personas en lugar de cuatro viajes de Uber o compras en UberEats hicieran tres, si el número de mensajes en WhatsApp se redujera de manera sustancial, o si en lugar de pagar dos terabytes de respaldo en Google pagara doscientos gigabytes, que por cierto aún no lleno. Así podría seguir con tantos servicios que en apariencia son indispensables, y algunos lo son, pero no en la forma en que nos hicieron creer. Igual aplicaría con fotos en redes sociales, personas que seguimos, tiempo de pantalla; todo eso tiene valor para ellos, en especial cuando hablamos de números tan grandes.

¿Qué pasaría si millones lo hacemos? estoy seguro de que nada, pero al menos hemos intentado lo que está en nuestras manos (y me podría quitar esta sensación de impotencia), no tendrá ninguna consecuencia deletérea. Y conociendo a los burócratas de datos, a más de uno le dará dolor de cabeza.

Finalmente será justo que se queden con toda esa mierda con las que nos inundan el alma y el pensamiento.

Escribir por escribir (fragmento) ‒ Sara Uribe

escribir por escribir

palabras que se disuelven

en la frontera de lo dicho

escribir para nadie

para uno mismo para nadie

escribir para el olvido

decir la hora en el poema

decir la hora en que el tiempo

deja de ser una mentira exacta

decir el poema

porque no hay otra cosa más que argüir contra la nada

o porque el infierno del silencio

tiene rostro de página en blanco

o porque la palabra soledad

comienza igual que la palabra sombra

y uno ama los vocablos

los malditos vocablos que todo lo devoran

escribir porque la fiebre nos invade

y la mano es un péndulo sanguíneo

el otro lecho de nuestra voz

y la vida es eso que se consume

cuando cada quien canta su poema

cuando cada quien canta su muerte

y nadie escucha

y nadie escucha

escribir para decir lo que no somos

para andar huyendo siempre

para abjurar lo impronunciable

y esconderse entre azoteas

y no dormir

si no está uno

cobijado a una palabra

escribir para que nadie nos mienta

(por aquello de que la escritura es un espejo)

para que nadie nos diga que estamos bien

que nos vemos ya mas repuestos

escribir con la turbia sed de los toscos

de los que a pesar de todo

nunca están contentos con la vida

escribir cuando ya nada hace falta

cuando de veras uno podría morirse

y nada alteraría todas las demás cosas

y nada redimiría todas la demás cosas

o lo que es lo mismo

escribir por escribir.

El Monstruo pentápodo ‒ Liliana Blum

Hay temas en los que es mejor no inmiscuirse. Por ejemplo, la vida cotidiana de un pedófilo, en particular cuando se va mas allá y se explora (afortunadamente) solo un poco del pensar de este ser siniestro. Liliana Blum se adentra a este mundo, condimentándolo con un personaje secundario deforme, enfermo, maltratado, una mujer con acondroplasia. Una persona físicamente fuera de los convencionalismos de belleza, pero que es el contra-argumento a la maldad de los “normales”.

La historia es clásica, describiendo desde los preparativos del secuestro, hasta sus consecuencias últimas. Las cuales se conocen desde un principio, ya que los relatos se intercalan con el diario que la mujer con acondroplasia ha escrito desde la cárcel.

Como buena historia, no importa saber como termina, lo interesante es conocer el trayecto que los lleva a tal desenlace.

Ahora bien, ese trayecto es oscuro desde su inicio, y conforme avanza ese monstruo pentápodo, la narración se mueve a través del gradiente de tensión y perversidad que, obliga a tomarse un respiro, y voltear la mirada a nuestra edulcorada realidad.

Y aunque pensemos que la autora es despiadada, y su imaginación alcanza cotas demasiado altas, creo que en realidad la obra está bastante modulada, para complacer al mercado, ya que el sufrimiento puede ser infinito, y no ejerce ese derecho. Lo cual se agradece encarecidamente. No es una lectura que se puede proscribir o recomendar, sencillamente aténganse a las consecuencias.

Frase Robada ‒ Antonio Pau

La compañía no es para sacar provecho ni para matar el tiempo.

Todo lo escrito, salvo que se indique su autoría es ideado y escrito por Norberto Carlos Chavez Tapia, bajo la licencia de creative commons CC BY-NC-ND 4.0.
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Relato — Correo para Norberto 2a carta | Poema — XXI — Diana Zamora | Reseña — Amarilla — R. F. Kuang | Frase robada — Elvira Sastre

Carta a Norberto (remitida desde el futuro)

No voy a hacer pausas dramáticas. Las cosas salieron muy mal. Abandonaste la carrera, no solo eso, lo hiciste cuando apenas llevabas veinticinco kilómetros, aunque tuviste que caminar otros quince para salir de la montaña y llegar a la civilización.

Sabías muy bien que era arriesgado, intentar una carrera de veinte horas con el estómago revuelto, yo te sugeriría que ni siquiera lo intentes, pero te conozco, y hubiese sido una tarea estéril convencerte de lo peligroso que puede ser siquiera pretender cumplir tu objetivo trazado hace tres meses.

Pero te aviso que la vas a pasar mal física y mentalmente. Apenas salgas, tu cerebro ya te va diciendo que fue una mala decisión, aunque entrando a la montaña, el ascenso espectacular y la poca energía que aun conservas, te llevarán de manera decorosa a la primera cima. Aunque en cuanto comienzas a correr, te duele el abdomen con cada paso, a lo que hay que agregar que sólo puedes tomar pequeños sorbos de agua que regurgitas con soltura, y de comer ni hablemos, seguro vomitarías. En algunos momentos tu cuerpo te deja avanzar sin problemas, aunque te llama la atención un poco de mareo, que se explica poco tiempo después, cuando a la fiesta se agrega una anunciada diarrea. La deshidratación se acrecenta, dejas de correr y apenas caminas, lo cual en las cuestas es un suplicio. En tu optimismo crees que llegarás al kilómetro cincuenta, y ahí decidirás si te retiras o persistes, pero a la mitad de ese sueño, te detienes a descansar y ver si toleras algo de agua o comida, ahí la realidad se torna categórica. Apenas has comido un gel, un litro de agua, no has orinado, tienes diarrea, y vas dos horas detrás de tu peor escenario.

La ecuación se resuelve de la siguiente manera. La posibilidad de terminar los cien kilómetros es muy cercana a cero. Un accidente, una caída son inminentes, ya que el terreno es bastante agreste; y sabes que estás incubando una bomba que puede destrozar tu riñón.

Vas a caminar tres horas para llegar a la civilización, en las que sortearás una tormenta de pensamientos negativos, que incluyen el abandono definitivo de las carreras de ultra distancia, e incursionar en disciplinas propias de tu pusilanimidad, como la matatena.

Estos pensamientos destructivos los vas a tirar por la borda cuando casi te caes tres veces mientras caminas, por lo que te imaginas que de haber continuado, más tarde, esas caídas hubieran cumplido su promesa.

Aunque sepas que hiciste bien, el fracaso en este mundo aspiracional sabe a vinagre. Además, ese clásico dogma de la autosuperación personal — se aprende más de los errores que de los aciertos — suena tan inerte. Todo esto pasó por haber elegido un mal desayuno, algo completamente aleatorio. Así que, a la mierda con su palabrería, no aprendí nada.

En contrapartida pudiste ver un amanecer extraordinario, el paisaje impactante, algunos silbidos de aves que no ubicabas antes. Y aquí entre tu y yo, fue extrañamente gratificante caminar sin objetivo, sin ninguna expectativa, esa indeterminación fue de algún modo, otra forma de escapar.

Cierro esta misiva diciéndote que tomaste las decisiones correctas, aunque ingratas; tardarás unas veinticuatro horas más para comer razonablemente, y no tendrás ningún problema de salud.

No está mal de vez en cuando preocuparte por problemas reales, y te olvides de tus frívolas frustraciones pequeñoburguesas.

XXI — Diana Zamora

siempre has estado molesta con tu padre no sabes por qué tanta distancia

tu padre ha sido un buen hombre lo recuerdas algunas veces con el ceño fruncido [negándole un periódico a tu hermana limpiando el auto quejándose nunca te compró un regalo de cumpleaños nunca cuando niñas las acompaño a la playa siempre estaba cansado había silencios [temor no era malo nunca lo fue pero nunca pudiste [acercártele mucho algo siempre lo hacia distante distinto

por un tiempo pensaste que escondía algo otros hermanos otras hermanas otra familia

se salvó de morir en dos ocasiones tu madre [siempre cuidándolo ahora es viejo ahora quiere que lo visites [ahora sonríe ahora sabes lo que es ser adulto sabes lo que es trabajar de día y de noche pero en realidad poco sabes de tu padre

Amarilla — R. F. Kuang

Pues como no todo es miel sobre hojuelas, y El País no siempre le atina a mis gustos. En este caso lo que denominan una novela satírica. Es justamente la clásica novela gringa, en la que los personajes están perfectamente diseñados para cumplir los estereotipos y ser parte de la maquinaria financiera, ideológica y cultural gringa. Es decir, una mierda en todos los sentidos, justificando lo inadmisible.

Aceptando cualquier rasgo esquizofŕenico de esa sociedad, guiada por tres ejes: redes sociales, racismo meritocrático y métricas salvajes de éxito.

Es un incordio perseguir a todos los personajes, que son increíblemente absurdos e infantiles. La estructura tiene a ir de mal en peor, cayendo en el juego de la trama circular que por tanto exculpa y justifica todos los pecados. Y en este mundo oligofŕenico, la herramienta de la duda razonable para poder avanzar en la trama es llevada al absurdo e inverosímil.

Probablemente a la sociedad que hace referencia, puede parecer una novela atractiva. Pero definitivamente es bastante soporífero querer seguirle el juego.

Por lo que a menos que quieran llenar su mente de pensamientos tóxicos y efímeros, no veo otra explicación para perder el tiempo en esta novela que intenta mostrar el mundo de los escritores que desean ser bestseller a toda costa.

Frase Robada — Elvira Sastre

…tenía más vidas que un gato porque, con tan sólo abrir un libro, un día podía ser pirata, otro, un niño de la calle y otro, un caballero presto a la batalla. Ese amor por las letras puede salvar el mundo, de verdad sí.

Todo lo escrito, salvo que se indique su autoría es ideado y escrito por Norberto Carlos Chavez Tapia, bajo la licencia de creative commons CC BY-NC-ND 4.0.
A menos que se indique lo contrario todo lo expresado en este blog/newsletter es ficción, cualquier semejanza con la realidad es una coincidencia.

Relato — Correo para Norberto | Poema — A ti te cuento lo que siento — Ricardo Albillos Martínez | Reseña — Furia — Clyo Mendoza | Frase robada — Antonio Pau

Correo para Norberto (remitida desde el pasado)

He reescrito esta carta varias veces, nunca me había comunicado contigo, aunque si te he imaginado en muchas situaciones, la mayoría de ellas fantásticas, más producto de mis sueños que de los hechos.

Pero hoy casi a tus cuarenta y ocho años, a punto de iniciar un ultra-maratón de cien kilómetros, se dieron las circunstancias.

Así que, a riesgo de ser cursi, te escribo, a mi yo del futuro, al que mañana a las cinco de la madrugada estará en la línea de salida para correr algo parecido a cuatro maratones.

Como bien me conoces, soy pésimo para reservarme las sorpresas. Así que de una vez te aviso que Norberto, ese que llegará a la meta alrededor de la media noche también te escribirá algo.

Desde sus orígenes etimológicos y mitológicos los corredores siempre hemos entregado misivas, así que estos mensajes los recibirás, tú el que está en la meta, remitidos del pasado y del futuro.

Hace seis años estabas en la misma situación y la pasaste bien, en ese entonces tu única queja fue que algunas partes del camino tenían mucha basura, vi unas fotos y te veías contento. Además, te fue excelente, lograste un segundo lugar de categoría. Pero hoy estas nervioso, temeroso, por tres motivos.

Eres más viejo y por ende más consciente de la travesía que te espera. El segundo motivo es que la ocasión anterior, solo fueron cincuenta kilómetros, mañana vas a correr el doble de distancia y hay muchos ascensos. Y finalmente hay un fantasma que nos persigue, el último abandono de carrera que tuvimos hace dos años, en esa ocasión después de treinta horas y ciento cincuenta kilómetros truncamos nuestro sueño, aún incumplido, de correr cien millas.

Como cualquier ser humano cargamos ese fracaso en la espalda, y olvidamos las no pocas carreras en las que nos ha ido bien, incluso lidereando a los de nuestra categoría. Sinceramente, creo que no deberías preocuparte por eso. Si bien has envejecido, los años los has utilizado adecuadamente. Lo más relevante ha sido tu aproximación a correr por la montaña, el hecho de que ahora lo hagas sin que la tecnología, ni absurdas aspiraciones rijan tu entrenamiento y motivación me parece valioso. Hoy sabemos que escapamos de este mundo, que no pocas veces nos asfixia, y que en medio de la soledad del bosque nos sentimos cómodos, en una extraña comunidad. También sabemos que no esta mal huir, desde el inicio de los tiempos la humanidad ha buscado rutas de escape, de todos los colores y sabores.

Si bien en la cotidianidad somos partidarios del anarcoindividualismo de Max Stirner que dice — El anarquista…aprecia la alegría de vivir intelectual, sentimentalmente y materialmente, ya en el tráfago de las grandes ciudades, o bien en la paz sedante de los campos o las aldehuelas — . Mañana vas a darte un largo paseo, escapar al más puro estilo de Henry David Thoreau con el que coincides en que — Cuando quiero esparcimiento, busco el bosque más oscuro, el más denso, el más interminable. Entro en él como un lugar sagrado, un sancta sanctórum. Ahí está la fuerza, la culminación de la naturaleza — .

Te conozco y sé que vives de la evidencia empírica, así que te contaré algunos datos mas pedestres. El más importante es que no estás lesionado, ya te conoces mejor y en estos tres meses te fue bastante bien, incluso la fatiga del entrenamiento ha sido menor, eso nos preocupa un poco, nos han enseñado que el esfuerzo debe doler y sufrirse. Pero si somos honestos nos sentimos bien físicamente, además de que pudimos disfrutar de muy buenos audiolibros, música, series y películas.

Por primera vez, hemos realizado entrenamiento de fortalecimiento muscular, casi una tercera parte del tiempo, y aunque sus efectos al ojo ajeno no son precisamente llamativos, te sientes bastante mejor. Y para poner la cereza del pastel a la ansiedad que debes tener junto al resto de los corredores en la meta, nunca entrenaste a alta intensidad, siempre en esa zona aeróbica que además de cómoda, es la que nos debe de llevar a la meta.

También sé que no te gustan mucho las sorpresas, pero esto último no lo teníamos planeado. El perro destino se fue alineando hasta que, en las últimas semanas has modificado radicalmente tu forma de alimentarte.

Haciendo esta recopilación te quiero decir que la persona que mañana se meterá por horas en el bosque, es muy distinta de la que lo hizo hace seis años en ese mismo lugar, y del que falló en carrera hace dos.

Los cercanos y los que te quieren ya te desearon lo mejor. Pero una vez que entres la oscuridad de la montaña estarás solo, será como caer en el vacío, sin saber a dónde llegarás, ni donde terminarás.

Ya será tarea de Norberto del futuro, quien te contará que fue lo que pasó.

A ti te cuento lo que siento — Ricardo Albillos Martínez

A TI TE CUENTO LO QUE SIENTO, porque veo venir la luz, y el mundo todavía es el mío, y oigo sonar los minutos y llevo conmigo el oro de cada día. He acumulado recuerdos que aún me golpean, igual que sombras que bailan en descampados. Más adelante, llegaré hasta un final que al nacer me fue marcado. Nada seré de lo que soy: solo un espacio transparente, un eco reposado en un horizonte en calma. Una soledad que crece y al fin se apagará.

Reseña — Furia — Clyo Mendoza

Hace tiempo que no me enfrentaba a un libro como Furia. Es una historia cimentada en el misticismo, enmarcada en el telón de un México árido, con un tono profundamente poético y simbólico.

Nos da amplias reminiscencias de los grandes movimientos literarios latinoamericanos. Clyo Mendoza confiesa que, con ciertos tintes autobiográficos, es decir basado en parte sobre la historia de su abuelo, ficcionaliza un México que parece demasiado real, y cumple cabalmente la consigna, tanto que, incluso para alguien no latino debe ser complicado entender la obra o sentirla. Ya que algo que continuamente ocurre es una transferencia profunda de emociones, la mayoría de ellas bastante ingratas.

Tal como su autora confiesa, el libro es una especie de viaje bajo modos alterados de conciencia, existe una transmutación de personajes con gran animalidad, confiriéndole una magia y fuerza que hay que ir gestionando para evitar ser abrumados.

Ideológicamente expresa un matriarcado subrepticio, sufrido, pero que pervive y es la fuerza impulsora de familias y proyectos; demostrando como el hombre (como género) está más cerca del animal que de cualquier otra cosa.

Sin duda una novela identitaria, que logra alejarse del cliché; y por supuesto, es todo, menos complaciente.

Frase robada — Antonio Pau

La sencillez es maestra de la sabiduría y maestra de la verdad. La virtud se asemeja a una mujer muy trabajada, de mirada seca, que usa de sus arrugas como adorno.

Todo lo escrito, salvo que se indique su autoría es ideado y escrito por Norberto Carlos Chavez Tapia, bajo la licencia de creative commons CC BY-NC-ND 4.0.
A menos que se indique lo contrario todo lo expresado en este blog/newsletter es ficción, cualquier semejanza con la realidad es una coincidencia.