Jorge Sanz

Notas de mecedora

Nada como darle una razón a una web, en este caso escribir desde la mecedora en la que duermo al crío, para que cambien los hábitos y deje de tener sentido susodicha razón 😅.

El crío dejó de despertarse gritando a cualquier hora de la madrugada y pasó a venirse en silencio a dormir a nuestra cama con su peluche Paco y su botella de agua. Hemos ganado todos con el cambio, aunque en verano sea algo más incómodo.

Supongo que copiaré el par de artículos que tengo por aquí a mi blog personal y en algún momento aparcaré este proyecto.

Y eso que me encanta este medio. Poder publicar desde el móvil casi sin fricción, en comparación con el flujo de trabajo de mi web es cuando menos refrescante. Tal vez lo mantenga como sitio en el que gestionar borradores, por tenerlos siempre a mano, pero no sé si es un poco desperdiciar recursos en escritura.social, sinceramente.

En cualquier caso me encanta seguir en el reader a la buena gente que publica por aquí (Fernando, Daniel, Editora, etc.) y espero que la comunidad siga creciendo. Para alguien que simplemente quiere escribir contenidos no se me ocurren sistemas más agradecidos.


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Esta es una de esas ideas que llevas pensando en escribir y nunca encuentras el momento. Aprovechando que el chiquillo está con un poco de fiebre y durmiendo regular, voy a elaborarla un poco aquí. Ya la pasaré a mi diario más adelante. Por otro lado esto no me atrevo a escribirlo en inglés, como hago con otros temas en mi web, porque directamente me da vergüenza.

El caso es que cruzo a diario un par de semáforos con el crío de camino al cole. Los dos son en calles céntricas con gente que va o viene del trabajo, turistas, gente que va a comprar al mercado, etc. A la vuelta obviamente los cruzo sólo (aunque a menudo cargando un patinete).

Si voy con el crío hay gente que se corta de cruzar con el semáforo en rojo para peatones, no muchos. Alguno hace el ademán de cruzar, ven al crío y se lo vuelven a pensar. Entiendo que les da algo de reparo cometer esa pequeña temeridad delante de un menor. Hasta aquí todo bien, gracias vecino.

La cantidad de padres que veo cruzando en rojo con sus hijos mejor ni la menciono porque me pongo malo.

Bernat cada vez es más descarado y no se corta en señalar a los que cruzan mal y yo lo animo a que lo haga. Es más, agunas veces suelto esta coletilla porque me cabrea mucho:

Bernat tú no puedes cruzar en rojo porque no quiero que te atropelle un coche. Yo ya le di ese disgusto a mi padre y tú no me lo vas a dar.

Un paso más allá en este tema es cuando voy sin él. Obviamente ahí la mayoría de la gente ya pasa de todo y cruzan cuando quieren.

Yo me niego a hacerlo.

Y ya estoy llegando al punto del título de la entrada. No cruzo no porque tenga miedo o porque crea que me van a multar. Principalmente no cruzo porque no sé quién puede estar viéndome y eso incluye a críos o vete a saber quién y no quiero ser partícipe de dar el ejemplo de no respetar unas mínimas normas de seguridad.

Vamos que le doy más importancia a entender que vivo rodeado de gente a las prisas que tenga por llegar a donde sea. Porque nunca sabes quién te puede ver en la esquina, o en una ventana, o pasando en un autobús.

Que sí, que seguramente me estoy flipando y no es para tanto. Pero por otro lado pienso en el disgusto que le di a mi madre y mi padre cuando con nueve años me atropelló un coche (por suerte no fue grave) y me cago en los pantalones muy fuerte.


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Faltan cinco minutos para las doce de noche de fin de año y aquí estoy en la mecedora, a oscuras. Bernat por fin duerme. No sé si los ruidos de la calle lo van a despertar ahora cuando la gente se coma las uvas.

Nosotros nos las comimos a las ocho de la tarde o así, con un video de las uvas de 2022 reproducido más lento y haciendo una pausa en la campana 6 para tomar el aire.

Feliz Año.


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No tengo ni idea de qué haré con este espacio que generosamente se ofrece para los miembros de lectura.social. El uso más inmediato es poder escribir notas con el móvil con la seguridad de disponer de la opción para publicar inmediatamente. Publicar en mi blog lleva tiempo y algo de esfuerzo y desde luego publicar desde el móvil no sería trivial.

Escribir en un blog desde la mecedora a las 2 de la mañana, mientras Bernat duerme a mi derecha. Esa no la vi venir.

Llevaba tiempo siguiendo a write freely por su integración con el fediverso, algo que en mi blog me está costando y realmente para un sitio estático como es jorgesanz.net se implementa con dificultad.

Por otro lado, y desde el punto de vista de lectura.social, me gusta pensar que poco a poco se va formando una pequeña comunidad de amantes de los libros entre los que nos compartimos reseñas, comentarios y experiencias. Tal vez este nuevo espacio puede servir como complemento para reseñas más elaboradas, y que gracias al fediverso puede interactuar con las cuentas en lectura.social.

Ya veremos. Muchas gracias en cualquier caso a Nuria por montar este pequeño nuevo rincón del que espero leer mucho y muy bueno 😊.

#meta


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