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escritura

Mi “escritorio”

Te voy a mostrar mi rinconcito de escritura:

Tablet con lo mínimo instalado, unos auriculares bluetooth y un teclado plegable bluetooth

Ahora te cuento un poco el rollo 😃. Por una parte, aprovecho el momento del almuerzo para escribir. Me voy a un despacho vacío, saco los cacharros que ves en la foto y empiezo a aporrear teclas (escena idealizada por el imaginario colectivo; la realidad es algo más compleja). También aprovecho algunos momentos en casa, claro, pero son los menos. En casa siempre hay algo que hacer.

Hace tiempo me llevaba un portátil. El problema es que me perdía haciendo otras cosas diferentes. El ordenador es una gran herramienta, demasiado buena, que me permite divagar tanto que termino haciendo algo que no tiene que ver con mi objetivo original.

Me he tirado un tiempo buscando ideas de cacharros que permitan enfocar exclusivamente en escribir. He estado investigando las nuevas máquinas de escribir y me flipa mucho el BYOK, que es una pantalla a la que conectas un teclado bluetooth y comienzas a escribir.

Mi problema es que los veo demasiado caros y siempre pienso “esto te lo montas con una raspberri en dos patadas” y, claro, nunca lo hago.

Pero hace poco me acordé de que tenía una tablet que casi no uso, estaba llena de aplicaciones basura e iba lenta como ella sola.

Pensé: ¿por qué no aprovecharla?

La saqué, la limpié, reinicié sus valores de fábrica, le puse una tarjeta de 32 gigas, me negué a habilitar cualquier cuenta, oculté los accesos a las aplicaciones que no me dejó borrar en el segundo escritorio, desinstalé todo lo que pude, me descargué F-Droid y accedí a la Wifi de casa.

En la tarjeta de memoria me creé tres carpetas:

  • Libros, donde van libros en epub. No es la mejor pantalla para leer, pero si un día no me apetece escribir, tengo algunos libros pendientes, o ensayos para reforzar temáticas.

  • Música. Los mínimos discos (o ruido ambiente) que suelo escuchar cuando escribo.

  • Notas.

La tablet la utilizo siempre en modo desconectado. Ni wifi ni nada. La red es una tentación constante y quiero evitarlo cuando uso mi escritorio.

Estas carpetas las tengo sincronizadas con syncthing, de manera que, cuando termino de escribir algo, sí me conecto por mi móvil para que sincronice los archivos, y vuelvo a deshabilitar la conexión.

Para leer libros, instalé la app Librera Reader. Para escuchar música, Phonograph Plus. Y para las notas, Markor, que me deja crear listas de tareas en formato todo.txt y notas rápidas o sueltas.

La música la podría escuchar utilizando el servidor de Airsonic que tengo instalado, pero me obliga a estar conectado y, como he dicho antes, evito la conexión. Evito aún más cosas tipo Spotify porque, además de la conexión, te despista mostrándote más música que no has pedido.

Los auriculares y el teclado solo están enlazados a la tablet, no los utilizo para nada más. En la mochila llevo tres auriculares: estos, los buenos buenos y los normales por si llueve, que no me gusta usar los buenos buenos por si se estropean.

Lo que quiero explicarte es que mi rincón de escritura quiero dejarlo lo más aislado posible del mundo que me rodea. Solo puedo usar esas herramientas, y no quiero que nada me moleste. Podría usar el portátil, que tiene ya el teclado y sería más cómodo. Sí, pero al final, las sesiones de escritura son más cortas porque me apetece leerte en Mastodon, o ver tu último vídeo, o inventarme un proyecto y ponerme a programar. Hay infinitas formas de dejar lo que estoy haciendo para navegar por ocios alternativos. Tantos años usando ordenador que, por razones psicológicas, casi me siento obligado a hacer muchas más tareas de las que deseo hacer en un momento dado.

La desconexión a internet, la instalación de las apps mínimas, la omisión de cuenta alguna y el enlazado con hardware específico me permite enfocarme en lo que quiero hacer, que es una única cosa: escribir.

Pensé en cambiar el sistema operativo de la tablet y quitar Android, pero el que viene de fábrica sin activar ninguna cuenta me lo pone bastante fácil, la verdad. No me apetece pelearme en si el sonido no va, o la pantalla va más lenta... Ahora mismo, y sin instalar nada más ni actualizar nada, la tablet va de lujo (lo que ha cambiado con las últimas veces que la usé en su otra vida, mare meua).

De momento estoy muy feliz con esta solución. Te animo a que, si tienes un móvil antiguo o una tablet, la reinicies de fábrica, instales lo básico y la utilices sin conexión. Te enfocarás más en tu ocio.

#escritura


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Me viene una idea a la cabeza que quiero desarrollar. Como escribí en la entrada anterior, soy brújula al principio.

Creo una carpeta en el sistema de archivos. En este caso, la llamo Proyecto H.

Los ficheros que voy a utilizar van a estar escritos en formato Markdown. Lo utilizo incluso aunque no esté usando un procesador de textos específico de Markdown. Me sirve para darle un poco de sintaxis al texto (lo básico), y me permite escribir muy rápido, sin tener que utilizar el ratón. Te dejo un resumen de la sintaxis. Los ficheros Markdown tienen extensión md, pero son texto puro y duro.

Dentro de la carpeta del proyecto, para empezar, solo creo dos cosas:

  • Un fichero llamado inicio.md. Se va a quedar vacío durante un tiempo, pero me gusta tenerlo creado.

  • Una carpeta llamada, literalmente, la fragua.

¿A que mola el nombre de la fragua?

Este es mi palacio mental, mi mesa de trabajo. En la fragua voy a pasar la mayor parte del tiempo, donde voy a enfocarme para escribir todo lo que me pase por la cabeza. Es la parte más importante del método; todo está almacenado en la fragua.

El trabajo en la fragua solo tiene tres reglas muy sencillas:

Los ficheros almacenan ideas atómicas, no mezclan nada.

Voy a usar muchos ficheros, los que necesite, con tal de separar ideas. Un fichero puede tener un capítulo entero, o un fragmento de uno, pero nunca voy a unir más de un capitulo.

Pero también va a tener ideas de desarrollo, de personajes, etc. Si me viene una idea de un personaje mientras escribo una historia, creo un nuevo fichero, la escribo ahí, cierro el nuevo fichero y sigo con el anterior. Si me viene una posible subtrama, abro un nuevo fichero, escribo una frase rápida con la idea, guardo el fichero, lo cierro y sigo con la historia. Son ficheros que se dedican a una sola cosa. Con esto en mente, me resultará luego más fácil reorganizar los conceptos.

Los ficheros de la fragua no se tocan.

Nunca edito un fichero de la fragua. Nunca. Lo que he escrito, se queda ahí para la posteridad. Lo utilizaré en otro sitio y lo cambiaré, o lo olvidaré porque no me sirve para nada, pero no modifico ningún texto desde el momento en el que cierro un fichero. Quiero ver la evolución de los textos y las ideas, y los ficheros de la fragua me sirven para ver ese desarrollo.

Volveré infinitas veces a los ficheros de la fragua. Los leeré, los copiaré, los cerraré, pero nunca los modificaré.

Los ficheros se nombran con el tiempo.

No sé qué voy a escribir, pero sé que voy a escribir. No quiero preocuparme del nombre del fichero antes de escribir, así que utilizo el tiempo.

Te voy a mostrar una pequeña y cutre página que es una navaja suiza para mí: https://laspruebasdejavier.com/

Arriba del todo puedes ver un número, que es la fecha actual escrita desde año a milisegundos. Este número lo copio y lo uso como nombre de fichero. De esta manera, tengo todos los ficheros organizados por fecha dentro de la fragua.

En realidad, para la fragua, utilizo la siguiente línea, algo más simple, que utiliza solo la fecha sin la hora, y con un guion al final. Si hoy es 2 de enero de 2024, en la fragua utilizaré los siguientes nombres de fichero:

2024-01-02-1.md

2024-01-02-2.md

Y así sucesivamente. De esta manera, me resulta muy fácil ver en qué fecha he escrito cada cosa, y cuántos ficheros hay en un día. A veces, el formato completo con la hora resulta complicado de diferenciar. Ten en cuenta que voy a escribir muchísimos ficheros.

Y ya está. Esta es la parte importante de mi forma de escribir. Durante los primeros días de un proyecto, escribo los ficheros uno detrás de otro, sin pararme a pensar ni revisar. Suelto todo lo que me viene a la cabeza.

En unos pocos días, cuando ya hayan crecido los ficheros, tocará releer y empezar a organizar, pero, de momento, me quedo en la fragua forjando el contenido.

#escritura


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Desde pequeño me ha gustado crear mundos y escribir. El volcán Popocatépetl es mi favorito porque escribí un fanfic de Mazinger Z y la base se hallaba en el interior de ese volcán; supongo que leería el nombre en algún sitio y me llamó la atención.

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