La fragua

Me viene una idea a la cabeza que quiero desarrollar. Como escribí en la entrada anterior, soy brújula al principio.

Creo una carpeta en el sistema de archivos. En este caso, la llamo Proyecto H.

Los ficheros que voy a utilizar van a estar escritos en formato Markdown. Lo utilizo incluso aunque no esté usando un procesador de textos específico de Markdown. Me sirve para darle un poco de sintaxis al texto (lo básico), y me permite escribir muy rápido, sin tener que utilizar el ratón. Te dejo un resumen de la sintaxis. Los ficheros Markdown tienen extensión md, pero son texto puro y duro.

Dentro de la carpeta del proyecto, para empezar, solo creo dos cosas:

¿A que mola el nombre de la fragua?

Este es mi palacio mental, mi mesa de trabajo. En la fragua voy a pasar la mayor parte del tiempo, donde voy a enfocarme para escribir todo lo que me pase por la cabeza. Es la parte más importante del método; todo está almacenado en la fragua.

El trabajo en la fragua solo tiene tres reglas muy sencillas:

Los ficheros almacenan ideas atómicas, no mezclan nada.

Voy a usar muchos ficheros, los que necesite, con tal de separar ideas. Un fichero puede tener un capítulo entero, o un fragmento de uno, pero nunca voy a unir más de un capitulo.

Pero también va a tener ideas de desarrollo, de personajes, etc. Si me viene una idea de un personaje mientras escribo una historia, creo un nuevo fichero, la escribo ahí, cierro el nuevo fichero y sigo con el anterior. Si me viene una posible subtrama, abro un nuevo fichero, escribo una frase rápida con la idea, guardo el fichero, lo cierro y sigo con la historia. Son ficheros que se dedican a una sola cosa. Con esto en mente, me resultará luego más fácil reorganizar los conceptos.

Los ficheros de la fragua no se tocan.

Nunca edito un fichero de la fragua. Nunca. Lo que he escrito, se queda ahí para la posteridad. Lo utilizaré en otro sitio y lo cambiaré, o lo olvidaré porque no me sirve para nada, pero no modifico ningún texto desde el momento en el que cierro un fichero. Quiero ver la evolución de los textos y las ideas, y los ficheros de la fragua me sirven para ver ese desarrollo.

Volveré infinitas veces a los ficheros de la fragua. Los leeré, los copiaré, los cerraré, pero nunca los modificaré.

Los ficheros se nombran con el tiempo.

No sé qué voy a escribir, pero sé que voy a escribir. No quiero preocuparme del nombre del fichero antes de escribir, así que utilizo el tiempo.

Te voy a mostrar una pequeña y cutre página que es una navaja suiza para mí: https://laspruebasdejavier.com/

Arriba del todo puedes ver un número, que es la fecha actual escrita desde año a milisegundos. Este número lo copio y lo uso como nombre de fichero. De esta manera, tengo todos los ficheros organizados por fecha dentro de la fragua.

En realidad, para la fragua, utilizo la siguiente línea, algo más simple, que utiliza solo la fecha sin la hora, y con un guion al final. Si hoy es 2 de enero de 2024, en la fragua utilizaré los siguientes nombres de fichero:

2024-01-02-1.md

2024-01-02-2.md

Y así sucesivamente. De esta manera, me resulta muy fácil ver en qué fecha he escrito cada cosa, y cuántos ficheros hay en un día. A veces, el formato completo con la hora resulta complicado de diferenciar. Ten en cuenta que voy a escribir muchísimos ficheros.

Y ya está. Esta es la parte importante de mi forma de escribir. Durante los primeros días de un proyecto, escribo los ficheros uno detrás de otro, sin pararme a pensar ni revisar. Suelto todo lo que me viene a la cabeza.

En unos pocos días, cuando ya hayan crecido los ficheros, tocará releer y empezar a organizar, pero, de momento, me quedo en la fragua forjando el contenido.

#escritura


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