Escritura libre
Hace ya unos meses, no recuerdo cuantos, pero creo que debió ser en junio o julio, me recomendaron que hiciese escritura libre como método para combatir mi sequía creativa. Los franceses son como dementores, que absorben toda mi energía vital, mi creatividad y mis ganas de vivir (pero con buen pan y queso), y yo necesitaba recuperar parte de esa creatividad que tanto echaba de menos. Ante ese consejo lo único que pude decir fue: excelente idea, me pongo a ello. Pero claro, no todo iba a ser tan sencillo. Cuando llegué a casa, me di cuenta de que no tenía ni idea de lo que era la escritura libre. Una primera búsqueda en google no me dio ninguna información valiosa. Pedí consejo en mastodon, pero nadie parecía tener ningún recurso para saber que era esa escritura libre que me habían recomendado. Así que solo me quedaba leer en blogs y ver videos en youtube para tratar de encontrar algo de información que me permitiese hacerme una idea de lo que era la escritura libre. Aquí os dejo algunas de las ideas que encontré y que apliqué en mi escritura diaria para volver a despertar mi creatividad.
Lo primero decir que la escritura libre la hice siempre a mano, con estilográfica. De ese modo tenía un aliciente más para escribir. Pero también puede hacerse en el ordenador, en piedra o en piel humana, como os resulte más cómodo y gratificante (así que casi mejor ni en piedra ni en piel humana, que aunque os pueda resultar gratificante no parece ser muy cómodo y es mucho más cansado).
Lo primero que vi que recomendaban para hacer escritura libre es que te tiene que dar todo igual. Da igual lo que escribas y como lo escribas. No te preocupes por no cometer faltas de ortografía, por hacer una letra bonita o porque tu texto tenga coherencia. Lo importante es escribir sin parar, no detenerse en ningún momento, dejar que la tinta siga fluyendo. Y si en algún momento se agotan las ideas... ¡Escríbelo! Escribe “No se me ocurre que más escribir ahora, pero no puedo parar. Mientras escribo esto otra idea vendrá que pueda escribir...” En el momento en que una nueva idea se te pase por la cabeza, plásmala. Como decía, lo importante en la escritura libre es no parar nunca. Para mí, el poder escribir cualquier chorrada fue liberador. Comencé un diario en enero de 2023, pero había días que era incapaz de escribir porque no consideraba que hubiese nada que fuese reseñable. El poder escribir sin rumbo me permitía escribir casi todos los días, siempre que el cansancio me dejase sostener la estilográfica.
Otra de las cosas que recomendaban es escribir todos los días un número determinado de páginas o un tiempo determinado. Esto viene del libro “El camino del artista” de Julia Cameron. Por lo visto, en este libro la autora recomienda escribir 3 páginas todas las mañanas, nada más levantarse (podéis encontrarlo en internet como “morning pages”). En ese momento todavía no hemos levantado del todo las barreras que nos constriñen y estamos más abiertos a escribir. Y digo por lo visto, porque no me leí el libro, fui incapaz de pasar de las primeras páginas. Si entráis en el enlace de Lectura Social y veis mis comentarios, entenderéis el porqué, pero en resumen, según la autora, la creatividad viene de Dios. La otra opción es sustituir las 3 páginas por un periodo de tiempo que sepamos que vamos a poder cumplir (casi) todos los días. Se puede empezar por 10 minutos e ir alargándolos según avancen los días, hasta que el tiempo elegido nos resulte cómodo.
Pensad dónde queréis escribir y poneos cómodos. Cada cual tendrá su rincón donde escribir. Yo habitualmente escribía en mi butaca de cuero y acompañaba la escritura con una infusión y algún ruido de MyNoise, música celta, clásica o jazz, dependiendo del momento. Julia Cameron recomienda escribir por la mañana, pero mis neuronas tardan en conectar y yo necesito miel, pan con tomate, café y una ducha para ser persona (en ese orden). Así que la escritura libre la he hecho siempre por la noche, habitualmente después de cenar y antes de ver un capítulo o irme a la cama.
Con estos pocos ingredientes comencé con la escritura libre, aunque si queréis podéis profundizar mucho más. En algunos vídeos de youtube desglosaban el libro de Julia Cameron casi en su totalidad dando muchos consejos. Yo escogí escribir 3 páginas. Los primeros días tenía muchas líneas en las que ponía “estoy en blanco”, “ahora no sé qué escribir y por eso escribo que no sé qué escribir” y cosas parecidas. Con el paso de los días esas líneas fueron desapareciendo. Aunque todos los días empezaba a escribir con una idea o una palabra en la cabeza, casi nunca llegaba al final de las 3 páginas escribiendo sobre ese tema o palabra. Casi ninguna de las cosas que escribí tienen ningún sentido, quizás algunas ideas sueltas, pero nada más. Al cabo de unos dos meses de practicar la escritura libre, escribí 2 relatos en un fin de semana y el lunes de camino al trabajo tuve una idea para un tercer relato. Puedo decir que los meses que estuve practicando este tipo de escritura me resultó de utilidad. Unas semanas después me arrolló de nuevo la vida, y aquí estoy hoy, sentado en la butaca de cuero, escribiendo en el ordenador y rememorando esos buenos días que pasé practicando escritura libre. Días que espero recuperar cuando vuelva a España, aunque tendré que buscar un nuevo lugar donde escribir, porque esta butaca, lamentablemente, se queda aquí (sirva la foto como homenaje).
Si habéis llegado hasta aquí, ya sabéis lo que toca:
#Escribir #Reflexiones #EscrituraLibre
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