El dichoso filtro azul de las gafas
Hace ya tres meses me cambié de gafas graduadas. Me bajaron ligeramente las dioptrías y necesitaba con urgencia unas gafas nuevas.
Una cosa que tenía clara era que no quería que me pusiesen de nuevo el filtro azul. La vez anterior me lo colaron sin decirme nada y las gafas me dieron dolor de cabeza durante un par de semanas. Además del fastidio de ver lo blanco de color amarillento.
Esta vez, prevenido por la experiencia, lo primero que dije en la óptica era que no quería el filtro de marras. La dependienta se sorprendió. “¿Por qué?”, me preguntó, “¿es por los reflejos morados? Porque ya no los tiene”. Como no quería tener que explicarle que el filtro era una estafa, preferí decirle que era algo irracional, que no me gustaba y punto. Aceptó, pero por su cara comprendí que a regañadientes. Claro, el filtro da dinero. Unos días más tarde tenía, por fin, mis gafas nuevas.
Lo curioso con estas gafas nuevas, sin filtro, es que, nada más ponérmelas, me di cuenta de algo raro. Con las gafas puestas, los colores blancos los veía blancos. Sin embargo, sin las gafas, los colores blancos los veía ligeramente amarillentos. Parece que tantos años (¿8? ¿9?) con las gafas viejas con filtro azul habían cambiado mi manera de interpretar los colores.
Ahora, que como decía ya han pasado tres meses, los colores blancos los veo del mismo color, con gafas y sin ellas. Otro motivo más que añadir a la lista para negarme a tener, de nuevo, unas gafas con filtro azul.
La etiqueta para esta entrada no puede ser otra que #VidaCotidiana
Si te ha gustado esta entrada puedes enviarme tus comentarios en Mastodon: @doclomieu@masto.es
Puedes seguir este blog desde cualquier red del fediverso o mediante RSS.
También puedes seguir todas las publicaciones de Escritura Social mediante RSS.