Vuelta a clase

Viajar siempre nos parece una huida. Nos vamos de vacaciones con la esperanza de desconectar de lo cotidiano, de cargar las pilas, pero solamente hay un sitio dónde no podemos huir y es allí donde nosotros mismos no estamos, de manera que al final nunca nos vamos, nunca volvemos y nuestros problemas viajan con nosotros, puede ser que adormecidos por lo que ven nuestros ojos o narcotizados por lo que disfruta nuestro cuerpo, pero basta la idea de volver para que todo lo que hemos pretendido dejar atrás aparezca de nuevo como actual e inmediato En Ucrania los combates en la zona del Donetsk continúan, pero con la habitual desinformación que tenemos, desconocemos si lo que se pretende es presionar al actor matando a sus mandados o matarle a él directamente y evitar un número mayor de víctimas. Para los que nuestra formación militar se ciñe a lo visto en las películas de cine, lo importante era acertar al jefe de los indios y estos se retiraban. Ahora sabemos que lo importante es mantener vivo al jefe y matar el mayor número posible de adeptos y civiles en general, después se negocia con el führer cual será su situación en el gobierno. Constato que la vorágine constructora que vivimos en este país es absolutamente descabellada. Solamente se salvan las zonas en la que hay un cuartel militar o una prisión como la que he tenido ocasión de contemplar en Santoña que resultó ser el único paraje en la zona libre de casitas o similares. Colmatado el territorio ahora son las ciudades el objetivo echando a sus habitantes de ellas con la subida de precios y metiendo a los turistas en sus casas.


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