Vacaciones
Hay personas que trabajan en aquello en lo que siempre desearon. Su trabajo resulta gratificante, les hace crecer, las permite desarrollar hasta el último centímetro de sí mismos. Hay personas para las que su trabajo representa el centro de sus vidas. Son las menos. Para la mayoría el trabajo se corresponde en mayor o menor medida con esa maldición bíblica que ata al ser humano a penar por la eternidad. Para la inmensa mayoría, incluso para muchos que consiguieron estudiar aquello que deseaban y encontraron el puesto de trabajo soñado, el ritmo, el estilo de las empresas actuales resulta sencillamente demoledor y ni siquiera las relaciones sociales consiguen mitigar esa sensación de condena que sufren, por eso las vacaciones se convierten en el momento estelar del año, la libertad, el descanso, disfrutar de familia y amigos y entre medias se mete la gran industria del turismo, del consumo y en cierto momento ya no saben que condena es peor si la del trabajo o la de las vacaciones.
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