Tranquilamente en el desierto
Escucho una voz casi como un susurro apenas entiendo.
El cielo me acoge de una manera que poco a poco se hace comprensible.
¡Y tú me pides templanza!
Solo soy consciente del tacto de tu piel tu beso breve tus ojos mirando a través de la muchedumbre mirándome tus manos delgadas, curvadas, arrugadas tus manos que tanto deseo.
Veo a través del silencio cómo se levanta un aire de turbión una nube polvorienta que tarde o temprano se acercará.
¡Y tú me pides silencio!
Me quedo quieto para que nada cambie dejo de respirar para parar el tiempo nuestro tiempo aunque soy consciente de que pasó.
Oigo el susurro de tu amor a través de mi piel y no desespero.
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