Soliloquios
Ayer mientras recogía la ropa del tendedero me he descubierto hablando sin interlocutor. Por un instante me he callado, solamente dos segundos he tardado en ser consciente, callarme y resituarme sobre lo que me pasaba. Al cabo he continuado con la labor y he terminado de descolgar toda la ropa, ya seca y con ese olor especial que queda en los tejidos que han estado al sol.
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