Se veía venir

Por mucho que se había esforzado con Tomás las cosas no habían salido bien. El problema era puramente el sexo, sin más. La falta de entendimiento había llegado a límites espeluznantes y lo peor, o lo mejor, lo más gracioso era que en su caso no tenía que ver con la eterna disputa sobre la frecuencia. Tenía que ver con el ritmo. Para Tomás nada como el sexo ralentizado al máximo y para Helena el orgasmo, los orgasmos, solo llegaban con un ritmo frenético.

Se veía venir y vino, así que para preparar el territorio árido de la despedida Helena recopiló todo lo necesario, 75 ml de aceite de oliva virgen, 1 cebolleta, 2 cucharadas de pistachos, 12 puerros gordos, sal, 2 tomates rojos y vinagre de Módena.

Mientras preparaba la cena pensaba en que solamente algunas veces habían conseguido la perfección, generalmente después de un arranque vibrante, enérgico, en el que ella alcanzaba el clímax para pasar a un segundo asalto lento, oriental en el que el reloj casi se detenía. Iba y venía transitando por estos y otros recuerdos mientras limpiaba los puerros, dejando solo la parte blanca y los lavaba procurando eliminar toda la tierra que traían. Los puso en el cesto de bambú cortados y en ramos de tres en tres que había atado con unas finas tiras de puerro sacadas de las hojas verdes del exterior y puso el cesto sobre el vapor de una olla en la que cocían un diente de ajo y el resto de los puerros limpios.

Se acordó entonces de la manía de Tomás por las felaciones y de que a ella no siempre le apetecía.

Una vez cocidos, los dejó enfriar y en un recipiente mezcló la sal con el vinagre y el aceite, le añadió los pistachos, la cebolleta picada y el tomate pelado, sin semillas y cortado en daditos pequeños.

Estaba decidida, solo compañía con el mismo ritmo, el mismo gusto, las mismas aficiones relativas a la piel. Colocó los ramos de puerro en el plato, añadió la vinagreta y una ensalada de pimientos rojos templados para que Tomás se sintiera tranquilo. Lo que le esperaba necesitaba un comienzo realmente sorprendente.


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