Lentejas estofadas

Cuando hago las lentejas estofadas corto una patata en cuadraditos muy pequeños, pelo una zanahoria y la corto en rodajas, un buen trozo de cebolla muy picadito, y al menos medio pimiento verde, grande, en tiras que luego hago cuadrados. Pongo un poco de aceite y le añado todo lo que he preparado antes y además un diente de ajo entero, un pimiento rojo seco (me gusta echar unos que me trajo Ame de México) y una hoja del laurel que traje de Laredo y planté junto a la ventana de Serguey. Hago un sofrito con todo muy lento en la cazuela y cuando me parece que su olor es agradable, su aspecto tierno y el ajo lo he aplastado para que no aparezca en el plato, le añado las lentejas y agua abundante. Antes, cuando yo era pequeño, recuerdo que las lentejas se ponían a remojo por su sequedad, hoy no es necesario. Se puede añadir un chorizo y algo de tocino, pero sin ellos también están estupendas. Las cuezo a fuego muy lento (en mi cocina en un rango de 12 posibilidades las pongo al 5) durante una hora o más, depende de las lentejas, probando con una cuchara pequeña de vez en cuando y aprovechando para oír, por ejemplo, el Adagio en Sol menor del veneciano Albinoni, que es una música que acompaña plenamente a un estofado. Estofar o estufar, que se debería poder decir, es cocinar un guiso lentamente y tapado para que no pierda el aroma.

Cuando me parece que están tiernas y el caldo trabado, añado la sal y un poco de pimentón.

PS. Algunas dificultades

No se puede crear nada, aunque si es verdad que podemos reunir las partes suficientes de algo que parece ser. Parecer y ser se parecen, son palabras que nos traicionan y reflejan actitudes. Solamente aspiramos a poder crear cosas que parecen.


Si te ha gustado esta entrada puedes enviarme tus comentarios en Mastodon: @fmolinero@neopaquita.es

Puedes seguir este blog desde cualquier red del Fediverso o mediante RSS. @fmolinero@neopaquita.es">