La operación va bien, pero el ojo lo pierde

No recuerdo quien me dijo por primera vez esta frase, pero la he usado y repetido muchas veces para representar la realidad cotidiana, el hecho casi siempre incontestable que no existe el infinito feliz y supongo que por contrapartida, tampoco la desdicha absoluta. Vivimos momentos muy difíciles con Europa empujada a pelear de nuevo, con Israel asesinando día sí y día también a inocentes, con un gobierno grogui que se empeña en simplemente sobrevivir, con ministros del interior que avergüenzan a cualquier persona decente, mientras los llamados simpatizantes de la derecha se enseñorean de los bares diciendo a quien quiera oírles, como deben abandonar el país los izquierdosos. Ya no me vale aquello que dijera Machado: «una de las dos españas, ha de helarte el corazón», porque ambas me dejan el cardio petrificado y cada día me reconozco menos entre mis paisanos.

Dicen que Gorki se fue con la frase: «Habrá guerras, prepárense» y todo esto parece oscuro y triste, lo sé, pero el otro día, cuando salía del hospital, donde me habían dicho aquello de la operación va bien, pero el ojo lo pierde, no tuve más remedio que acurrucarme en los brazos de la esperanza, pensar en cambiar de hábitos y como hacen mis gallinas cuando llueve, esperar con mucha paciencia que escampe.

Y escampa.


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