Dejar de respirar
Terminado el plazo de cada respiración el tiempo se cuelga de una rama inexistente la luz se extingue la vida duda si regresar o definitivamente irse una y otra vez cada hora todos los días todas las noches oscuras.
Tendida en su cama mi madre busca el siguiente aliento y el deseo desea que no sea el último una y otra vez cada hora todos los días cada noche que pretende ser definitiva.
Una mañana se hizo un silencio largo y la tristeza floreció junto a la ventana con la naturalidad en la que la vida transcurre en la que la muerte se instala y todo siguió siendo casi igual.
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