Los bancos
“¿Pero los bancos buenos o los bancos malos?”, os estaréis preguntando. Los buenos, por supuesto.
“¿Pero los bancos buenos o los bancos malos?”, os estaréis preguntando. Los buenos, por supuesto.
El viernes invoqué la sabiduría del fediverso para pedir recomendaciones sobre Solarpunk. En un principio, quería únicamente ensayos (en español, que me paso toda la semana leyendo en inglés en el trabajo), pero dejaba la puerta abierta a cualquier tipo de recomendación. Por si es de interés para otras personas, he decidido recoger todas las recomendaciones en este post (que actualizaré cuando encuentre otros enlaces o si sigo recibiendo recomendaciones).
Hoy he cambiado el modo de enfrentarme al blog. Las entradas que publico aquí las escribo primero en papel y, una vez terminadas, las transcribo, arreglando todas aquellas cosas que no me convencen demasiado. Pero hoy ha sido un día en el que he estado muy perezoso y, aunque he pensado en sentarme a escribir en papel, al final he preferido coger la tablet y teclear este texto a vuela pluma. Esta tarde, que he pasado en el sofá, he aprovechado para ver si encontraba algún podcast más que seguir, pero me he dado cuenta qué estoy buscando algo que no parece existir en la podcastfera en español.
El 10 de mayo de 2023, escribí en el blog una entrada titulada “La añoranza de lo absurdo”, donde hablaba sobre las cosas tontas que echaba de menos de España. En esa entrada, me preguntaba, al final, sobre las cosas que echaría de menos de Francia. Hoy, contesto a esa pregunta.
¡Sí! ¡Por fin! Después de los años que llevo dándole la matraca a mi pareja con la idea de hacerme un lacre, ya tengo el logo que voy a utilizar (4 años largos me ha costado).
Hace un tiempo escribí aquí sobre mi hiperfijación con los “Commonplace books“. Estaba leyendo mucho sobre el tema y viendo muchos videos, y quería recoger todas las ideas en un cuaderno. Me compré, para tal menester, un cuaderno Dingbats* Wildlife Collection Whale. Y después de un tiempo utilizándolo, aquí va mi post sobre el cuaderno.
Hace ya tres meses me cambié de gafas graduadas. Me bajaron ligeramente las dioptrías y necesitaba con urgencia unas gafas nuevas.
Este es un microrrelato que envíe hace años a un concurso organizado por Fama sofás, que tenía por título el que le he dado a esta entrada. Esta versión es menos edulcorada que la que envíe al concurso.
El título de la entrada de hoy no deja mucho lugar a la imaginación. Durante el puente volví a verme algunos vídeos sobre “Commonplace Books”, llamados, en español, “Cuadernos de temas comunes” o “Libros de temas comunes”, si queremos hacer una traducción más literal.
El otro día estuve jugando un rato con python, tratando, en realidad, de aprender un poco (la programación es mi gran asignatura pendiente). Siempre he pensado que cuando quieres aprender algo tienes que tener una motivación y, en este caso, se me ocurrió que la motivación para jugar podría ser crear un pequeño código que diese unas palabras clave para escribir una historia. Así que me puse al lío.