Nota al pie

Mis idas de olla y tal

Escribí esto en Tumbrl el 30 de septiembre del 2021. Entonces me rondaba la idea de escribir un blog pero no sabía donde. Busqué diferentes plataformas y me abrí una cuenta en Tumbrl. Es el único post que escribí allí. No quería perderlo así que lo pongo aquí. Tal y cómo lo escribí en su día.

Hoy he leído sobre el asesinato de Sara Everard. La mató Wayne Couzens, un policía de Londres encargado de la seguridad de embajadas. Aprovechándose de su posición de agente de la ley, la secuestró, violó y estranguló. Tiró su cadáver y luego compró gasolina para quemarlo. Para hacerlo desaparecer. Fue un plan premeditado, lo preparó todo. Esa noche le dijo a su mujer que tenía que ir a trabajar pero salió a cazar a una mujer sola.

Mucha gente se sorprendió de que fuera capaz de algo así. Hombre amable, padre cariñoso, buen vecino, son algunas de las descripciones. Una lee la noticia y piensa qué ha tenido que pasarle a este hombre en la cabeza para de pronto hacer algo así. ¿No es raro? ¿No sorprende que un buen vecino, hijo, amigo y esposo se levante una mañana y decida planear el secuestro, violación y asesinato de una mujer? Pues sí, sorprende, claro que sorprende. Porque si indagas un poco te das cuenta de que este hombre tenía obsesión con el porno violento. Hasta ahí podemos ponerle un vaaaale, bueeeno. Pero es que no se queda en eso. También frecuentaba la prostitución, también le gustaba exhibirse. Le habían denunciado tres veces. Dos de ellas no tuvieron consecuencia a pesar de ser voluntario de la policía. La última fue dos días antes de asesinar a Sara. Pasaron de investigar esa denuncia, no hicieron absolutamente nada. Y es ahí donde quiero ir a parar. Si esa denuncia hubiera sido tomada en serio, como se merecía, quizá no se hubiera atrevido a cometer el crimen, quizá le hubieran suspendido y tenido que entregar arma, esposas, placa...elementos que le sirvieron para detener a Sara. Quizá Sara estaría viva.

Desgraciadamente este no es un caso aislado. La violencia sobre las mujeres no se tiene en cuenta. Cuando un crimen atroz aparece en las noticias pensamos cómo ha podido ser y casi siempre que se mira hacia atrás se da una cuenta de que no sale de nada, que con anterioridad han cometido crímenes contra otras mujeres a las que no se ha escuchado, crímenes a los que no se ha dado importancia, no se han investigado lo suficiente, que se han ignorado.

La violencia contra las mujeres es estructural. El asesinato, la violación en grupo, el crimen por el que les detienen es la punta del iceberg. Debajo hay otras violaciones, hay ex-novias locas, ex-mujeres histéricas, denuncias no creídas, no investigadas, retiradas por la falta de apoyo, por presión policial. Hay otros asesinatos, hay una visión de las mujeres como objetos para su satisfacción, hay una violencia sistemática ignorada y permitida. Larry Nassar, Jeffry Epstein, Harvey Weinstein, Bill Cosby, Plácido Domingo, Anthony Bromwich y tantos otros cometieron impunemente delitos sobre las mujeres porque las víctimas no fueron escuchadas y sus denuncias no fueron tomadas en serio. La violencia contra las mujeres está tan normalizada que solo nos sorprendemos cuando alguna parece asesinada y si lo ha sido por su pareja, ya ni eso.

#feminismo