La IA y la casa Habsburgo

Últimamente mi perspectiva sobre la IA es pura bipolaridad.

Por un lado está la visión negativa: dudas (más bien certezas) sobre la falta de ética en su entrenamiento, su insaciable consumo energético, que va en contra de mi visión tecnológica de los últimos años de huir de la centralización, sus limitaciones inherentes y todo lo que se os pueda ocurrir.

Por otro lado la he estado estudiando, he montado unos cuantos laboratorios caseros y he cacharreado bastante y he encontrado unos cuantos casos de uso en los que una IA autoalojada es una herramienta bastante interesante. Sigues haciendo uso de modelos que se han entrenado vaya usted a saber cómo pero has mitigado al menos muchas de las otras negatividades.

Al final buena parte del problema es el FOMO que hay en el mercado para meter IA en todos lados (especialmente IA generativa) con calzador. No tengo el más mínimo interés en un artículo escrito por una IA, ni en un libro de Tokien con dibujos hechos con Dall·e y muchísimo menos en que me atienda un chatbot que en el mejor de los casos va a tener tantos guardarraíles que lo harán inútil.

¿Pero un asistente de código que me complete líneas que iba a escribir igualmente? ¿Un RAG que alimente con documentación y sepa contestarme preguntas concretas? Eso me parece útil siempre y cuando mantengas el control de dónde están tus datos.

Con el tiempo esta burbuja de la IA estallará de una manera u otra. Cuando las compañías intenten repercutir los costes reales a los usuarios, por ejemplo. O cuando los modelos se entrenen con la salida de otros modelos y lleguemos a una endogamia que ni la casa Habsburgo. Economías enteras se irán al garete y se quemarán toneladas de dinero. Pero seguramente después de eso una vez el hype se haya apagado queden algunos casos de uso concretos y útiles en los que esto sea simplemente una tecnología más.

#IA #AI #genAI

————— Si quieres comentar algo sobre esta entrada me puedes contactar a través de mi cuenta de Mastodon @nacho@frankenwolke.com