Comedias románticas

Ayer, antes de empezar a pensar en el fin de año, decidí verme una película. Me había descargado la película Match me if you can en un momento de descargarme unas cuantas novedades que vi en mi jellyseer. Y se había quedado ahí, porque no tengo habitualmente tiempo, entre todos los hobbies, para pararme a ver una película. Parecerá una tontería, pero dedicar mínimo hora y media a estar parado delante de una pantalla prestando atención a una narrativa es complicado, sobre todo cuando tengo otras narrativas, ya sea en libro, ya sea en periodos más cortos audiovisuales e interactivos, a las que prestar atención. En cualquier caso, decidí verme esa película. La sinopsis: nerd que es rechazada por una app de citas decide declararles la guerra a las apps, tenía pinta de estar entretenida. Me esperaba algo muy ligero con ganas de jugar con los tropos de las comedias románticas. Nada más empezar a verla, la primera escena es la chica con sus tres compañeros, todos racializados, en mitad de un larp de zombies siendo los supervivientes. Todo empezaba genial. Y entonces, pasó, justo reconoce en uno de los zombies a un tío que le hizo ghosting la semana anterior. Y el tío, en mitad de un larping de estos, se defiende diciendo que la chica le preguntó en la segunda cita quién podría levantar el martillo de Thor fuera del universo Marvel (se me ocurren muchas personas dignas, y en la película dicen varias. Creo que mi opción favorita es Janet de The good place). Esta escena podría haber ido muy mal (aunque creo que a estas alturas considerar nerd a alguien solo por hacer una pregunta sobre Marvel es... anacrónico, es cierto que es el tipo de fijación por el que se nos conoce). Sobre todo cuando ves que el chico está allí porque está en una cita con otra chica. La chica podría haberse ido con él, haber dicho jaja tienes razón. Es más, todos los chicos del grupo debían mirar con lástima a la protagonista. Porque lo normal en las comedias románticas es que te dejen claro cuál es el quirk que disgusta de la protagonista nada más empezar, para que luego se convierta en reclamo o en momento de salvación. Pero no, en esta película esta escena pasa a ser una de hermandad entre todos los nerds, que empiezan a dar opciones a la respuesta (como es más plausible que ocurra, que estás en un larping de zombies, Jose Antonio). El caso es que la chica además mantiene un blog, no muy distinto a este, minimalista, en el que deja sus pensamientos. Y quizá eso haya hecho que yo descubra por donde quiero ir con este blog. Me gusta la idea de simplemente soltar mis pensamientos y quedarme tranquilo. Sí, es muy posible que si leéis esto penséis que es una presentación de intenciones. No lo es, simplemente es que lo más probable es que haya digresiones así siempre. Volviendo a la película, como decía, la chica tiene un blog. Y trabaja de jefa de programadores, bajo un cerdo machista al que contratan y que se aprovecha de su trabajo, incluso exigiendo que haga horas extra para quitarle los virus de su ordenador (que hace con un simple programa y si ves las líneas de código ves que llama a sus variables perro y gecko... sí, no voy a decir que se lo curraran demasiado en el tema de hacerlo creíble para alguien que sepa de lo que hablan). Y se emborracha y responde un cuestionario de una app de citas. Le llega un correo diciendo que es una perdedora y que no va a encontrar pareja en la vida, que se vaya a adoptar un perro. Y ya hemos llegado a la parte en que todo lo que diga es spoiler y, por tanto, no voy a seguir narrando la trama, sino que voy a explicaros por qué la considero una de las mejores comedias románticas de los últimos tiempos, a pesar de tener un 5.6 de puntuación en imdb (otro ejemplo de que las puntuaciones son un error). La gran mayoría de las comedias románticas tienen el momento cringe. Ese momento en el que dices: “Pero queréis dejar de hacer el idiota” o “Pero por qué haces eso, alma de dios”, o incluso “Vamos a ver, amiga, date cuenta. Sal corriendo, porque aunque se reforme deberías haber salido corriendo hace cuatro o cinco escenas”. Esta película no tiene momento cringe. Es una comedia romántica que realmente se queda en el awkwardness de dos personas a las que la sociedad les ha dicho por activa y por pasiva que no son atractivos, que sus gustos son odiosos, que su personalidad es cargante y que nunca van a encontrar a nadie que les quiera como son, o siquiera que les soporte. No hay momentos de malentendidos, sino gente dándose cuenta de que han hecho cosas mal y que no pueden exigir el perdón, sino aceptar que es el derecho de la otra persona de no querer seguir cerca. Es una comedia romántica porque es divertida y porque es romántica pero consigue usar los tropos de una forma amable y agradable. Claro, luego me fui a ver quién había dirigido y guionizado una película así. No os sorprenderá si os digo que no hubo ni un hombre involucrado. No hay ningún aspecto negativo de las relaciones hetero, ni un “te casaste, la cagaste”, ni un “te han cazado”, ni “te quiere por tu dinero”. Hay representación LGBT. Y, como debe ser, acaba BIEN. Acaba dándote justo lo que necesitas de sentimiento positivo para estar feliz durante un rato. Incluyendo el schadenfraude con respecto al personaje machista, porque, seamos sinceros, eso también es parte de lo que esperamos de una comedia romántica: el castigo de los que hacen la vida imposible a la protagonista al principio. En definitiva, si queréis ver una comedia romántica maravillosa, y sois aunque solo sea ligeramente nerds, debéis ver Match me if you can. Y ahora, vamos a poner unos hastags a ver cómo se ven #EscrituraSocial #películas #ComediasRománticas #FeelGood

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