Vacacioneando
¿Qué hace un elfo de vacaciones?
Bueno, depende dónde esté, claro. Por ejemplo, si vive en Madrid, normalmente lo que hará será huir. (Hubo un año que decidí no ir a ningún sitio, y “disfrutar Madrid” durante esa quincena. Los días superaban los 35 grados, y no bajaba de 30 hasta bien entrada la noche; poner un pie en la calle te arriesgaba a morir calcinado, y en casa tenías que pasar el día a oscuras, con todo cerrado, para no dejar entrar “la flama”. No lo hagáis, niños)
Pero ¿y si el elfo está en una de las Islas Mágicas? Pues entonces quedarse en ella sí es una gran opción, y es la que he tomado. Reconozco que he aprovechado un par de estos días para “adultear” (limpiezas varias, y “batch-cooking”, que en un dialecto bárbaro de las Islas del Norte viene a querer decir “hacer mil tapers para congelar”). Pero el resto de esta primera semana...
- Me dediqué a la arqueología. Fui a los dos parques arqueológicos principales de la isla; en el primero, Belmaco, estaban algunos de los mejores ejemplares de petroglifos de La Palma (de hecho, Belmaco fue el primer sitio donde se descubrieron). ¿Qué son los petroglifos? Grabados en piedra, normalmente con formas geométricas, y cuyo significado está totalmente perdido (se cree que podrían tener propósitos rituales, pero claro, ¿qué no los tienen?). En el segundo, El Tendal, se explicaba muy bien todo lo que se sabe sobre los guanches (que no es demasiado, lamentablemente), y se podía ver alguna de las cuevas en las que vivían (no sé si me leerá determinado arqueólogo castellano, pero sí, vivían en cuevas). Y terminé también pasando por el Museo Arqueológico Benahoarita (Benahoare era como llamaban a la isla antes de la conquista), pero están de reformas y estaba casi todo cerrado (dicen que a ver si para marzo o así...). Todo muy ilustrativo; si os interesa, un día recopilo lo que sabemos de los guanches.
- Fui de excursiones con el club de senderismo por el norte de la isla: la “ruta de los molinos de Garafía”, tranquilita pero instructiva, y un paseo por Barlovento, pasando por un puerto natural, un faro y terminando en las increíbles piscinas naturales de La Fajana. De camino vimos una partida de autóctono intentando capturar a un chivato que se había escapado de su cautiverio, para devolverlo a la celda (con poco éxito, el chivato se consiguió escurrir de sus perseguidores y ocultarse en una quebrada). Ah, “chivato” es como llaman al macho cabrío, de nada.
Fui de conciertos; estaba uno de los días en casa, cuando empiezo a escuchar a unos músicos haciendo pruebas de sonido en la plaza del barrio, así que allá me fui. Era Yul Ballesteros con su proyecto “Islazz”, en el que fusiona el jazz y la música tradicional canaria. Absolutamente flipante. Aquí una muestra, la canción que dedican a la isla de La Palma. Y hoy toca otro concierto, en Los Cancajos, una revisión de temas de música argentina. ¡A ver qué tal!
Y esas cosas que haces cuando tienes tiempo: me terminé un par de libros (Circe, una mirada en clave feminista de varias historias de la mitología griega, y Persépolis, un cómic flipante (divertido y también estremecedor) sobre la Revolución Islámica de Irán (que sirve para el Irán de nuestros días, por desgracia), y fui al cine (“Robot Salvaje”, la última de Dreamworks; muy bonita, y por lo que me dicen gusta mucho a los niños!). Y en casa vi varias películas también, que es lo que tiene vivir en la Era de las Plataformas. (El Milagro de la Calle 34, Veredicto Final, y La Naranja Mecánica; no me podréis acusar de falta de eclecticismo!!!)
- Como detalle, fui a una manifestación: #CanariasTieneUnLímite, para exigir un cambio de modelo turístico que frene el empobrecimiento de las islas (cuantos más turistas llegan, más pobres son los ciudadanos, como se ha visto en estas décadas, porque el dinero no se queda aquí, pero el encarecimiento de la vida, la escasez de agua, la subida de las viviendas... eso sí se queda, me temo). Que está muy bien disfrutar de vivir en esta tierra, pero también hay que mojarse para defenderla.
¡Y aún me queda una semana! Tengo varias excursiones programadas (es el Encuentro Insular de Senderistas, y recordemos que La Palma es esa isla con más de 1000 kilómetros de senderos señalizados) y algunas otras ideas. ¡Ya os iré contando!
Y un último detalle. Ya visteis que este blog, de sencillo que es, no tiene comentarios. En parte está hecho a propósito, porque los comentarios de las páginas web en esta época nuestra tienden a convertirse en lugares de los que huir.
Pero, como muchos ya habéis hecho, si me queréis comentar cualquier cosa, basta con que respondáis a este mensaje y me llegará lo que me digáis, gracias a un nuevo protocolo de comunicación asíncrona en formato textual conocido comúnmente como “email” :-D
Y es que estamos en una época de volver a lo tradicional, también en las comunicaciones. Muy élfico igualmente, ¿no? :-D