@ArianeDeTroil@escritura.social

Un blog de lecturas y reflexiones de una polímata

La demonización de un colectivo débil es el veneno por el que se dispersa el odio y el fin de la civilización. Así lo refleja Victor Klemperer en su magnífico LTI: La lengua del Tercer Reicht. Valga este fragmento como muestra (páginas 68-69, traducción de Adan Kovacsics):

En eso llegó el nacionalsocialismo a Sajonia. Observé en T. los primeros síntomas de un cambio de postura. Le pregunté cómo podía simpatizar con esa gente. —No quieren nada distinto que los socialistas —respondió—, también son un partido obrero. —Pero ¿no ves que quieren la guerra? —A lo sumo una guerra de liberación en beneficio de toda la comunidad del pueblo y, por tanto, también de los trabajadores y de la gente humilde... Empecé a dudar de la amplitud y fortaleza de su mente. Intenté hacerlo entrar en razón desde otro lado: —Has vivido durante años en mi casa, ya sabes cómo pienso y a menudo decías haber aprendido mucho de nosotros y coincidir con nosotros en tus valoraciones morales..., ¿cómo puedes entonces apoyar a un partido que me niega la condición de alemán y la humanidad por causa de mi origen? —Te lo tomas demasiado en serio, babba. (El uso del dialecto sajón sin duda pretendía introducir un matiz ligero en la frase y, en general, en la discusión.) El follón con los judíos solo sirve de propaganda. Ya verás, cuando Hitler acceda al poder, tendrá otras cosas que hacer que insultar a los judíos... Pero el follón surtió su efecto..., incluso sobre nuestro hijo adoptivo. Al cabo de un tiempo le pregunté por un joven al que conocía. Se encogió de hombros: —Está en la AEG, ya sabes lo que significa... ¿No?.... «Todos auténticos germanos» [Alles Echte Germanen]. —Se rió y se extrañó de que no me riera con él. Luego, después de un tiempo sin vernos, nos llamó por teléfono para invitarnos a comer. Era poco después de la toma de posesión de Hitler. —¿Cómo van las cosas en vuestra empresa? —le pregunté. —Muy bien —respondió—. Ayer pasamos un día grandioso. Había unos cuantos comunistas insolentes en Okrilla y organizamos una expedición de castigo.

Una y otra vez, Klemperer asiste a cómo personas otrora decentes con las que mantenía una relación afectuosa, van deslizándose hacia ese mal que ataca a la sociedad. Rebelémonos ahora que aún hay tiempo. Nadie es menos alguien que el resto.

Leo en Los orígenes del lenguaje, de Aníbal Puente Ferreras:

Los sonidos del habla y del canto humano se originan en la laringe, que es la parte superior de la tráquea y que contiene las cuerdas vocales, luego pasan por una cámara de resonancia flexible llamada faringe, situada entre la laringe y la boca, y salen por último a través de la boca y la nariz.

Hasta aquí, creo que es algo de conocimiento más o menos general, pero a continuación se pone interesante:

El flujo del aire, interrumpido por la boca, los dientes y los labios, produce la mayor parte de los sonidos consonánticos del habla humana. Las vocales “o” y “a” pueden originarse en la laringe. Pero los sonidos vocálicos “i”, “e” y “u” que se registran en todas las leguas humanas conocidas, se producen en la faringe y no se pueden producir en la laringe.

Obviando el hecho de que hay, al menos, una lengua (la de los pirahas amazónicos) que no tiene “e” y “u”, me ha resultado muy curioso este tema. El autor lo menciona a propósito de por qué los primates no pueden articular lenguaje como nosotros, pero como hablante nativa de español lo que a mí me llama la atención es que nuestra lengua se haya quedado justamente con esos fonemas vocálicos. ¿O acaso es este un sesgo del autor, también hablante nativo de esta lengua?

Empezando esta aventura...