El equilibrio de la vida digital

Empecé en estos mundos digitales con espíritu indie, con la convicción de que lo abierto, lo distribuido y lo colaborativo eran el camino. Escribía, publicaba, compartía sin intermediarios. Internet nos prometía (y nos daba) autonomía, conocimiento libre, comunidad global. Y durante mucho tiempo, así fue. Los buenos tiempos.

Pero luego la realidad te lleva por otros derroteros. Sin darte cuenta, acabas metido en ecosistemas propietarios. Porque son más eficientes, porque escalan mejor, porque la integración con lo que ya usas es cómoda. Y ahí estás, atrapado en lo que antes mirabas con recelo. Productividad a cambio de autonomía. Conveniencia a cambio de control. Primero lo abrazas con entusiasmo; más tarde sientes algo parecido a una mezcla entre el abrazo del oso y la entrega a plazos de tu alma al diablo.

Ahora toca desandar el camino. No por nostalgia, sino por estrategia. Volver a lo abierto, a recuperar el control de las herramientas que uso, a decidir con criterio dónde pongo mi contenido, mi tiempo y mi confianza. Porque lo open source no es solo tecnología, es una forma de estar y permanecer en el ecosistema digital.