Déjalos gobernar

Hace unos años de una persona a quien admiro y respeto me preguntó acerca de los movimientos que en torno a 2014 pretendían poner patas arriba en panorama político en Aragón, pero también en España.

Hoy estoy observando, desde una lejanía templada, algo parecido en la otra parte del tablero. “Déjalos gobernar”, era una de las cuestiones que en aquella conversación apareció como alternativa.

Hoy nos escandalizamos con los aspavientos de vicepresidentes y sus calificaciones como amigos de terroristas a entidades como Naciones Unidas.

Dejarlos gobernar, como parte de un proceso necesario, quizá sea una buena idea.