Cuestión de preferencias

La excusa del tiempo es una de aquellas que todos utilizamos. Eso es así. A priori es posible que no entiendas bien a lo que me refiero. Pero es sencillo de entender.

Tenemos la costumbre de decir que no tenemos tiempo para tal o cual cosa. En realidad no es cuestión de tiempo, pues todos disponemos cada día de 86400 segundos. La verdad es que utilizamos la “falta de tiempo” para ocultar la falta de interés por hacer tal o cual cosa o la preferencia de querer hacer otra.

A esto hay que sumar lo que nos han ido inculcando desde pequeños: el intentar quedar bien y no ofender a los demás. Aunque eso conlleve mentir sin sonrojarnos.

Es el momento de decir las cosas claras. Es la hora de decir que no nos apetece hacer tal o cual cosa porque tenemos otra preferencia. En ese momento empezaremos a sentirnos mejor y, de paso, dejar de engañar y hacer perder tiempo a los demás.

Recuérdalo: No es cuestión de falta de tiempo. Todo es cuestión de tus preferencias, de a lo que dedicas tu tiempo y tus fuerzas.