Es 2025 y voy a empezar un blog.
Ah, los blogs! Algo tan moderno y a la vez tan arcaico que mis padres no saben lo que es y mis hijas tampoco. Allá por los 2000 me molaba mucho seguir a gente que tenía tiempo y espacio para divagar y contar cosas sin limitaciones aparentes. La era de los blogs fue a internet lo que el grunge a la música. Algo que impactó súbitamente pero con un recorrido efímero. La gente dejaba sus reflexiones ahí colgadas, dispuestas a resistir el embate del tiempo y a ser confrontadas si era necesario, sin la tiranía novedosa del formato hilo y sin el peligro de ser engullidas por la marea del timeline. A mí me molaba, y el grunge también.
Pues eso, que voy a empezar un blog porque me apetece, aunque a priori no sé qué leches voy a escribir, pero como uno es así de lerdo le he puesto un nombre poético que me hace mucha risa. Porque servidor tiene un alma sensible, pero también es un poco imbécil.