Si amaneciera…

Esta entrada es un mirror de la que acabo de publicar en El blog del aburrido.

Uno de mis propósitos para este año 2025 (con rima) era recuperar hábitos saludables, tanto física como mentalmente. Me he apuntado al gimnasio por primera vez en la vida, estoy intentando recuperar el hábito de la lectura y he encontrado unos auriculares que no se me caen de mis mal formadas orejas para escuchar música por la calle o en el gimnasio.

Hoy me he puesto algunos de mis clásicos: el Tubular Bells III, Tierras de Leyenda de Avalanch, Equinoxe de Jarre… Y he caído en Si amaneciera de Saratoga. Y se me han saltado las lágrimas.

Porque hoy he amanecido sin ella. Sin la mujer de mi vida. No es nada definitivo, pero no he sido capaz de estar una semana de vacaciones con ella y las niñas, he tirado la toalla dos días antes. Pienso muchas cosas, demasiado privadas todavía para ponerlas por aquí, pero al final todo se reduce a que queremos y necesitamos cosas demasiado distintas, y ninguno somos capaces de ceder. No es que no queramos, es que no podemos. Ahora mismo soy incapaz de sentir compersión* por Virginia, siento más envidia y un poco de celos que otra cosa, y es verdad que todo lo que ella hace lo interpreto mal o me sienta peor de lo que debería, pero es que estoy agotado. No me queda combustible y no me queda paciencia, que siempre había pensado que es una de mis cualidades.

No sé qué vamos a hacer, no sé qué futuro tenemos como familia y como pareja. Mi suegro me ha garantizado que siempre podré contar con ellos y estoy bastante seguro de que con mi suegra también, pero no quiero separarme, quiero recuperar algo parecido a lo que teníamos antes y sobre todo a lo que tuvimos los primeros meses de abrir la relación, la emoción, el compartir, el descubrir.

Pero ahora mismo me siento muy poco cuidado, muy dado por supuesto y creo que recibo poca confianza. Hace no mucho tiempo le propuse a Virginia una cosa y lo rechazó de plano. Y sin embargo, lo hizo en su último encuentro, y entiendo que es porque no fue conmigo sino con alguien que le daba más confianza. Me ha dolido, y he decidido abandonar un aspecto de nuestras relaciones que me gustaba pero en el que nunca perdí la sensación de que ella no se fiaba de mí. Y prefiero dejarlo aparte que sentirme así.

Siento que divago, aunque supongo qu em eviene bien pensar mientras tecleo en el ordenador. Porque todavía no he hablado de Si amaneciera.

Es una canción hermosísima, y que transmite un sentimiento que no es muy habitual en las canciones, de heavy o de cualquier género: el miedo a perder algo bonito y que está bien. Hoy he amanecido sin ella y en realidad en ese momento he sentido algo parecido al alivio, sabiendo que no iba a estar tenso ni preocupado, ahora mismo no hay nada que se pueda hacer salvo dejar pasar el tiempo y, espero, echarnos de menos. Pero se me han saltado las lágrimas porque yo siempre he tenido ese miedo. Me han abandonado muchas veces: Edurne, tres veces Paula (ya, ya, tonto yo por insistir), Ximena, Sheila, Azalea, Irene**… Nunca he dejado yo a nadie, y no sé qué quiere decir eso de mí, pero tantos abandonos me han grabado en el cerebelo que tarde o temprano, vayan bien o mal las cosas, me van a dejar, y eso es jodido.

También he llorado un poco por el alivio que he sentido al despertarme sin obligaciones. Lsa he elegido libre y conscientemente, y en realidad me hacen feliz, aunque a veces se hagan duras. No sé si me ha dado vergüenza.

Pero sobre todo he llorado porque hay una posibilidad más que real de perderla. No quiero perderla, pero a veces me temo que no vamos a poder ser felices juntos, y es una mierda.

Pero Saratoga no tiene la culpa. En realidad, nadie tiene la culpa, que es lo más jodido.

** Nombres cambiados por privacidad de esas personas, aunque cualquiera que me conozca adivinará quiénes son casi todas.