Mi perra vida temporada 2025, episodio 32.
Relato – Sin derecho al olvido | Poema – Tendrá que ser así – Elvira Sastre | Reseña – Radicalizado – Cory Doctorow | Frase Robada – Audre Lorde | Bonus track
Sin derecho al olvido
Cuando uno de sus amigos le entregó un pedazo de papel con una dirección web, Roberto sabía que era lo que llevaba meses buscando. No se podían arriesgar a transmitir por ningún medio digital esa información, el riesgo era muy grande, esperó a que su amigo saliera del sanitario y luego, tras guardarlo en la bolsa del pantalón regresó también a la fiesta y durante toda la noche ni siquiera cruzaron la mirada.
El sol del medio día, la resaca del alcohol y el nerviosismo por el contenido del papel doblado lo sacaron de la cama. No le sorprendió que el sitio web terminara con .onion en lugar del conocido .com, cuando había tomado la determinación, sabía que algunos riesgos debía correr y entrar por primera vez a la dark web sería el primer paso. Mientras instalaba el navegador Tor y seguía otros consejos que la IA le había sugerido para tratar de mantenerse en el margen seguro de la ley, seguía pensando en sus padres, si aún estuvieran vivos no sabría si avergonzarse por lo que estaba planeando hacer, o reclamarles por haber tomado una decisión que hoy lo tiene hundido en la desesperación.
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Apenas se enteraron de que estaban embarazados, cambiaron sus planes de viajar por el mundo, todos sus esfuerzos se vertieron en su futuro hijo, así que tras discutirlo decidieron hipotecar el resto de sus vidas y bienes, para que le realizaran una microcirugía cerebral y le colocaran un diminuto chip, que le daría almacenamiento casi infinito a todo lo que sus sentidos percibieran y una IA que le permitiera acceder y manejar esa información a la misma velocidad que su cerebro biológico. A todos los que pudieran pagar tal privilegio tecnológico las cosas les serían más fáciles, el seguimiento de todos esos niños mostraba que, lograban mejores posiciones laborales, académicas y económicas; así que el esfuerzo de sus padres valdría la pena, aunque con el entusiasmo nunca pensaron que las cosas fueran a salir mal.
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Roberto y su novia salieron de una larga cena con muchas copas de mas, pero la conducción autónoma de su auto les permitiría llegar a su departamento. El preámbulo de lo que deseaban concluir en la cama y el estado de ebriedad, les impidió darse cuenta de que cruzaban vecindarios que estaban muy alejados de la exclusiva zona en la que Roberto tenía su pent house. Al intentar morderle el lóbulo de la oreja casi se ahoga al tragarse el arete de su novia, después de reírse del accidente casi fatal se percataron de que no estaban por el camino correcto, desde ese momento y para siempre el terror lo había invadido.
El auto hackeado los llevó hasta una bodega abandonada, donde los secuestradores se encargaron de torturar a Roberto para que les entregara información bancaria y confidencial de la empresa para la que trabajaba.
-Si te niegas, te matamos y te sacamos el puto chip de la cabeza, pero somos seres racionales, no nos gusta la sangre- mintieron.
Cuando los golpes no funcionaron, violaron y mataron a su novia frente a sus propios ojos. El olor a sangre y orina, los gritos y las risas de sus asesinos se almacenaron íntegramente en el chip. Roberto les entregó toda la información que le pedían, y la comprobaban en tiempo real con las computadoras que tenían instaladas en la bodega. Al terminar de obtener toda la información de la empresa en la que Roberto era el consejero delegado, le dispararon a la cabeza y al pecho, desinstalaron todo y se fueron.
Milagrosamente lo encontró la policía cuando la alarma de su auto indicó una permanencia inusual fuera de sus rutas conocidas. Pero más milagroso fue que lograran salvarle la vida, la bala alojada en el cerebro se la tuvieron que dejar, a su paso le afectó estructuras que le alteraron de manera importante la movilidad y una parte indeterminada de su memoria se había ido para siempre, lo cual no les preocupaba a los médicos, ya que cuando vieron que tenía un chip de IA, sabían que eso sustituiría todos los recuerdos.
La fisioterapia y su juventud hicieron maravillas, ya que después de mucho trabajo apenas tenía un pequeño retraso en el pie izquierdo al caminar. Tal como lo habían pronosticado, el chip se encargó de regresarlo a las grandes ligas de la empresa, ya que el pedazo de plomo alojado en su cabeza no le había dejado ninguna secuela, o casi ninguna.
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Roberto se sintió afortunado de tener el chip, todo lo que necesitaba estaba ahí, como si nunca hubiera pasado nada, el acceso a la información estaba íntegro. Pero de manera desafortunada advirtió una secuela, no podía ocultar información, evitar evocarla, sencillamente no podía olvidar, ni siquiera matizar sus recuerdos. Cuando uno de sus amigos tocó el tema del secuestro, el chip sin ningún freno por parte de sus lesionadas estructuras cerebrales le hicieron revivirlo, tanto como si fuera real, con todos sus sentidos, en esa ocasión terminó en la sala de urgencias con una crisis nerviosa que no se apagó hasta que lo sedaron. Había perdido la capacidad de olvidar, lo cual se confirmó cuando ni psicoterapia, ni psicofármacos podían ayudarlo. Así que cuando accidentalmente algún desconocido o información en redes sociales hacían referencia al plagio, Roberto caía en una crisis en la que revivía segundo a segundo hasta el momento previo en la que la bala se acerca a su cabeza. Había perdido el control de su vida.
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Cuando por fin logró entrar a la dirección escrita en el papel, le sorprendió que lejos de algo lúgubre, sucio, oscuro; era un sitio limpio, minimalista, donde con lenguaje sensible se explicaba el proceso, se le invitaba reconsiderar la decisión que lo había llevado hasta ahí, incluso tenían una línea de apoyo gratuita la cual Roberto marcó solo por morbo, él ya había tomado su sentencia, y para su sorpresa lo primero que le respondió no fue un menú guiado por IA, sino un psicólogo que lo escuchó e intentó ayudar. Al continuar por el proceso de contratación del servicio tuvo problemas para pagar con criptomonedas, igualmente llamó a la línea de soporte, donde otra persona se encargó de guiarlo hasta que la transacción fue realizada con éxito.
Al cerrar el navegador Tor todo estaba decidido, Roberto sintió desahogo no sólo por su decisión, sino porque lo que pensó sería algo lóbrego, fuera una de las experiencias más humanas que había percibido en décadas.
Un par de días después la empresa donde trabajaba Roberto publicó una esquela informando del asesinato de su consejero delegado. Las investigaciones mostraban a un sujeto entrando a su departamento en situaciones sospechosas, ya que no se mostraban datos de violencia, ni robo. Únicamente a la víctima con un disparo certero en medio de los ojos.
Tendrá que ser así – Elvira Sastre
Terminarnos es tan peligroso -y difícil- como despertar a un sonámbulo que cree que puede volar y sale a la calle a buscar un puente que le recuerde a todas las cosas que nunca pudieron ser para que sean. O le despiertas y muere, o se tira y vuela solo dentro de su sueños -al fin y al cabo, los sonámbulos son los únicos dispuestos a morir por sus sueños-. Cómo explicártelo: solo supimos volar porque una sostenía a la otra. Pero ahora nos hemos soltado la mano porque nos quedamos sin dedos para contar las heridas que nos estábamos causando, y aún no sé qué pesa más: el cansancio de una mano vacía o el apoyo de una palma que no puede tocarte -en ese hueco que separaba nuestras bocas y que era lo único que nos unía, lo único que nos huía, dejé escritos cien poemas, es decir, cien formas de morir-.
Te confesaré algo: todas las veces que nos gritamos al oído y sin cuidado que tú y yo nunca tendríamos final no existen.
Existes tú en la medida que existe mi dolor y mi poesía y estas ganas de ser lo que no soy. Existo yo en la medida que existe tu tristeza y tus monstruos y esas ganas de beberte tus heridas. Pero, mi amor, tú y yo juntas solo somos ganas, intentos en vano, pusilanimidad disfrazada de una noche valiente, un vicio insano a rechazar la felicidad, dos cobardes muertas de miedo que en una paradoja vomitiva se esconden debajo de la cama para alimentar a sus monstruos, el retrato de una rutina atragantada en un conformismo infiel y barato, una verdad que pierde la vez cuando abrimos la boca para mentirnos y poder seguir esperándonos como se esperan lo que se engañan: con palabras.
Sí, mi amor, lo sé, sé que nos miramos a los ojos una vez, y fue ahí cuando nos vimos, cuando fuimos, cuando nos volvimos verdad por un instante que, aunque pequeño, arrasó con todas las mentiras por ser el único. Pero dime de qué vale una vez si lo que tú y yo queríamos eran cientos y no fuimos capaces ni de sumar tus dedos a los míos, ni de mirarnos rozándonos la nariz, ni de cruzar la ciudad de noche por un beso -sigo pensando que menos mal que no nos conocimos, hubiéramos roto al mundo de amor, estoy segura, y este planeta no está hecho para morir así-.
Hemos tenido que borrarnos para descubrir que, al final, como las grandes historias, solo fuimos palabras.
Será esta necesidad tan tuya y tan mía de llenar cada espacio de literatura para vivir atrapadas en amores que no pueden ser escritos.
Tendrá que ser así, mi amor: tu desapareciendo de los poemas y yo desapareciendo de las canciones.
Radicalizado – Cory Doctorow
Existió una época en la que los límites del poder eran tajantes, incluso razonablemente francos, hoy parece que cada movimiento, cada decisión nimia está embebida en el interés y beneficio ajeno, y no pocas veces afectando a alguien más o promoviendo en alguna medida el ecocidio.
Pues en cuatro relatos Cory Doctorow aborda problemáticas muy interesantes. Temas como la salud, donde el protagonista se interna en foros web oscuros sobre gente que afectada por las aseguradoras busca cobrar venganza a través de atentados. El cinismo de empresas y gobiernos que le exprimen hasta el último peso a los menos beneficiados, con reglas absurdas que les determinan hasta el pan que pueden comer. Hasta dos historias antagónicas en las que, hasta el súper héroe más prototípico del norte global es visto como un extranjero y en consecuencia como un peligro, solamente por intentar salir de la hegemonía burocrática que busca perpetuarse; y de ahí al extremo de un pudrimillonario que cree que su dinero lo va salvar de una crisis humanitaria.
Todas estas historias son adictivas, simples estilísticamente, pero profundas y contundentes en sus mensajes. Aunque creo que será acogida desde diversas perspectivas, incluso aquella en la que se vea como un futuro lejano. Pero de una vez les advierto que son peligrosamente contemporáneas.
Frase robada – Audre Lorde
Lo erótico es un espacio entre la incipiente conciencia del propio ser y el caso de los sentimientos más fuertes.