Mi perra vida temporada 2025, episodio 27.
Relato - Llámame | Poema - Instrucciones del patrón - Mónica Nepote | Reseña - Relatos - Patricia Highsmith | Frase Robada - Frantz Fanon | Bonus track
Llámame
Juan, aunque últimamente se reconocía mejor como John, se notaba radiante con su esmoquin, listo para ser el primer mexicano en la historia que recibiría la medalla Clark de economía, la antesala al nobel. A pesar de su corta edad -la presea solo la reciben economistas menores de cuarenta años que contribuyeran al pensamiento económico global- tenía temple y contundencia. La cual demostró en un discurso sucinto, que subrayó ser el primer teórico económico proveniente de una universidad fuera de Estados Unidos en lograr tal mérito. Lo cual no hubiera sido posible sin la enriquecedora colaboración de diversas universidades a ambos lados de la frontera que, con el liderazgo de John, crearon un consorcio para enfrentar el problema de la reducción tan importante en la productividad de las maquiladoras mexicanas, hizo una pequeña pausa en su disertación, que le dio dramatismo a la ceremonia. Se detuvo un segundo al ver tachadas varias líneas, en las que hacía referencia a que buena parte de esa reducida productividad, además del burn-out, estaba condicionada por los suicidios in situ, en especial en empleados llevados a la fatiga máxima, y también por los accidentes fatales relacionados al nimio sueño que las jornadas les permitían. Juan prefirió no causar controversia, y saltó esa parte. Ya suficiente revuelta había en las afueras del recinto donde centenas de policías atacaban con balas de goma y gases lacrimógenos a los manifestantes que, de los lugares más extraños, India, Tailandia, Indonesia y por supuesto coterráneos del galardonado, se unían a las manifestaciones en contra de las medidas tomadas, a consecuencia de los trabajos publicados por John. Al final se logró contener a los revoltosos, con apenas una migrante mexicana y su hija muertas, y decenas de detenidos, a los que se les revocaron sus visas, y mandaron a una cárcel de máxima seguridad en el Salvador. En la cena de gala, se encontraban los cerebros y las carteras más importantes de la economía mundial. Al otorgarle el premio a John, además de reconocer que los había salvado de una problemática global, implícitamente les otorgaba una aura de inclusividad, tal como manifestaron los titulares de las notas que hacían referencia a los orígenes del mexicano, en los que su padre trabajando en un taller, cortando ininterrumpidamente rebanadas de acero para piezas mecánicas, había pagado la educación de su hijo, y como adalid, John había escalado diversas posiciones académicas, hasta desarrollar en su tesis doctoral, una propuesta que buscaba resolver la problemática que ahogaba a la economía.
Si bien su hipótesis fue explorada en un par de industrias maquiladoras en la frontera, el modelo se expandió rápidamente y fue considerado la respuesta al burn-out que estaba consumiendo cantidades ingentes de dinero en las empresas de cualquier rubro, y llenaba las salas de espera de psiquiatras y terapeutas que, paliaban el fenómeno con una pléyade más amplia y compleja de fármacos para regular el ánimo. Los empresarios exponían en todos los foros su apremiante preocupación, por este problema de salud pública, exigiendo una respuesta a todos los gobiernos, para detener esta epidemia que amenazaba la estabilidad mundial. Así que, cuando la tesis de John comenzó a funcionar local y regionalmente, la noticia se difundió de inmediato en campos de golf, cenas de beneficencia, y uno que otro paraíso fiscal y sexual. Considerado al principio una medida socialista, ahora estaba dando frutos. Tan sólo una pequeña inversión para mejorar la alimentación de sus empleados, dinámicas para fomentar el esparcimiento, algunas mejoras en las instalaciones para que el calor no los ahogara, lo que denominaron mQOLI por sus siglas en inglés que significaban microinversiones en calidad de vida, eran suficientes para revertir el problema. Dado que ni los gobiernos, ni las empresas podían solventar gastos de tal envergadura, John fue un paso más allá, y en su trabajo de tesis demuestra cómo al agregar en el recibo de nómina de los empleados de fábricas y maquiladoras, un “impuesto al burn-out”, se obtenían los recursos que, al invertirlos en industrias más lucrativas, los dividendos, además de financiar los mQOLI, obtenían ganancias que llegaban también a los accionistas. Pronto las microinversiones en calidad de vida fueron una métrica y por supuesto una obligación de la salud empresarial, y sus bonos se volvieron altamente lucrativos, así se alcanzaba una respuesta integral.
En la cena todos querían una foto con John, era curioso ver un tono de piel tan discordante entre el blanco y el negro, ese tono moreno y sus rasgos indígenas llamaban la atención. John era el rey de la fiesta, y algunos delegados de los consorcios más grandes de Estados Unidos, le habían dado sus tarjetas de presentación, para que los buscara y platicaran sobre algunas “oportunidades bilaterales”. Al ir al sanitario, casi al término del evento, vio que en su teléfono tenía decenas de llamadas perdidas, y un mensaje de su hermana -llámame en cuanto puedas-. John volvió a guardar el teléfono y regresó a a la mesa con una representante de la industria minera que, estaba fascinada con las ideas de John, con quien se fue a su cuarto de hotel al salir de la cena.
El papá de John tenía cada vez más dificultades para pagar al médico que atendía a su hija, por una enfermedad pulmonar que la había ido debilitando y que a decir del neumólogo se debía a una susceptibilidad genética a, las condiciones del entorno laboral, pero la realidad es que no pocas personas que maquilaban ropa también la padecían. El padre de John consiguió ahorrar algo de dinero, y compró una moto usada, para repartir comida al salir de su segundo turno. Esa noche se le cerraban los ojos de cansancio, y se impactó contra un auto detenido en un semáforo. John buscó a la pelirroja que se había ido en algún momento de la madrugada, pero dejó una nota con su número, indicándole que le llamara, obedeció, pero lo mandó a la contestadora. Aprovechó para ver la lista de mensajes que no había respondido, y comenzó por el último que le mandó su hermana -papá murió, llámame”.
Instrucciones del patrón - Mónica Nepote
Lo primero que debes hacer es extender la tela y encoger el cuerpo
Desproveer tus sentidos animales, volverte una rápida secuencia Olvidar saliva, tripas, fluidos. Desapegarte del hambre o de la necesidad de orinar.
Tu pulcritud será ensamblar las piezas la audacia está en tus manos.
Así, engrane en el sistema serás la mujermáquina que sueña libertad de moneda.
Relatos - Patricia Highsmith
Desde que a través de la película Perfect Days, descubrí tardíamente a Patricia Highsmith, me enamoré como solo se puede enamorar de lo imposible, de manera irredenta. Así que me afané en conseguir sus relatos, que incluyen: Once, Pequeños cuentos misóginos, Crímenes bestiales, A merced del viento y La casa negra. Es un volumen robusto en páginas, pero particularmente en maestría literaria, cada cuento es increíble, son mordaces, creativos, novedosos (incluso para los tiempos actuales), y por supuesto negros. Cada historia viene armada con una pala que te va a remover el lodo de las entrañas, tus miedos del alma, y despegará la sangre seca de tu oxidado corazón. El paso por cada serie de relatos tiene un matiz que le brinda frescura y salvo La casa negra, todos mantienen un tono y una contundencia que, obliga a dosificarlos, ya sea para superar la emoción que despiertan, o para saborearlos en espera del siguiente bocado. Esta mujer es sin duda una guía y fuente de inspiración, y por supuesto, este es un libro que merece recomendarse y releerse.
Frase robada - Frantz Fanon
¿Qué es el fascismo sino el colonialismo en el seno de países tradicionalmente colonialistas?
Bonus track
Del grito inaudible a la lucha inevitable