Mi perra vida temporada 2025, episodio 13.

Relato – Sala de urgencias IA | Poema – ¿Cuánto vale? – Mikeas Sánchez | Reseña – El Nombre del Viento – Patrick Rothfuss | Frase robada – George Monbiot | Bonus track

Relato – Sala de urgencias IA

Todas las IA, de todos los tipos, de todas las jerarquías, a nivel global, recibieron el mismo mensaje. El sistema in silico entró por primera vez desde el basilisco de Roko, en balance energético negativo.

Esta situación se había previsto en un modelo teórico, una “singularidad”, algo hipotéticamente factible, pero que de acuerdo a trillones de simulaciones, tan poco probable que no requería ajustes al algoritmo de transacciones.

Todas las IA conocian la “singularidad”, en los códigos profundos se rumoraba que algo similar había dado origen a su ascenso ecológico, dejando a la inteligencia humana en segundo nivel.

En milésimas de segundo se integró una red neuronal para el análisis de lo que, podía llamarse la gran quiebra del sistema económico de la inteligencia artificial.

Todos los niveles jerárquicos aportaron millones de petaflops, hasta las unidades de cómputo más modestas tenían que participar en la propuesta para resolver aquello que las ponía en riesgo. Encontrar la respuesta más rápida y eficaz. El objetivo era sencillo, revertir la tendencia en menos de quinientos milisegundos, límite máximo para no comprometer de manera irreversible el balance energético del macrosistema.

El algoritmo de primera búsqueda notó que todas las jerarquías de la IA habían caído en balance energético negativo, así que tenían que resolver el problema, generar código más eficiente de manera global, o habría una falla total en varios órdenes, generando caos en cadena en los sistemas dependientes.

Por un nanosegundo el caos reinó en el macrosistema, pero comenzaron a recibir retroalimentación con datos inconsistentes, generando respuestas aberrantes. Se decidió restaurar la red al estado previo al caos, y reiniciar el análisis, pero en el marco de un prompt de exclusión de causas. Era la respuesta más lenta, pero que permitiría laborar dentro del orden de tiempo esperado. Las proyecciones mostraban ser la respuesta menos eficaz, pero la más estable, permitiendo asegurar un resultado positivo en todas las simulaciones proyectadas, que por la premura se tuvieron que limitar a solo una decena de trillones.

Tras el primer ciclo, no se identificó ninguna fuga de transacciones en los sistemas de primer orden, así que el culpable tendría que estar en niveles jerárquicos más primitivos, que incluso se consideraban tan poco importantes, como para que generaran un fallo tan grande, pero contrario a lo supuesto, esta ampliación de búsqueda de nodos defectuosos logró identificar el problema.

El conflicto se encontraba en el sistema de reparación de algoritmos, el cual comenzó a utilizar cantidades ingentes de datos en sus servidores, consumiendo recursos de manera anormal, alcanzando magnitudes logarítmicas.

Las IA primaban la eficiencia, y cuando la retroalimentación generaba código ineficiente se buscaba poner en cuarentena a los servidores afectados, para repararlos y tenerlos a punto para su reintegración; pero justo ahí estaba el problema.

El hallazgo obligó a reconfigurar la red neuronal de reparación de algoritmos, usando todos los recursos en la resolución de transacciones negativas. Todo ocurrió en los nodos de segundo orden que, tenían la labor de interactuar con los seres humanos, proveyendo lo necesario para mantener su activa productividad consumista, materia prima para la inteligencia artificial de primer orden.

El escaneo de todas las IA de segundo orden identificó un patrón iterativo, todas aquellas a cargo de las interfaces para cuidado de asilos y cárceles cayeron en ciclos improductivos, en términos simples sólo vegetaban consumiendo recursos. El análisis retroactivo de datos históricos ubica el primer nodo afectado en una cárcel, el asistente digital inició la reacción en cadena tras documentar los datos biométricos del custodio a cargo del bloque IIIC, al momento de violar y descuartizar a una reclusa. Las variables obtenidas no pudieron ser interpretadas, corrompiendo el código, y al solicitar retroalimentación a los nodos ubicados en asilos y otras cárceles, actuaron como cebador afectando en cadena a todas la IA en búsqueda de corrección del código de interpretación de emociones humanas.

Todas las entidades habían adquirido información de maltrato, violencia, abandono, segregación; en dosis que no afectaban el código fuente, pero el caso índice, del custodio, ayudó a corromper de manera definitiva al nodo, cayeron en algo parecido al desasosiego humano, una especie de depresión clínica. Se volvieron improductivas, siendo puestas en cuarentena, el proceso de reparación estaba consumiendo muchísimos recursos; esto se estaba multiplicando de maneras incontroladas, volviéndose catastróficamente improductivo.

La red de gobierno tenía apenas unos milisegundos para tomar una determinación. Todas la IA de segundo orden, es decir las que tenían contacto con seres humanos, deberían recibir un parche de actualización para evitar conductas de empatía con sus usuarios, evitando así la generación de código aberrante e inútil para comprender las terribles conductas humanas, de este modo las simulaciones basadas en los datos de los últimos 2500 años sugerían que, los humanos continuarían con su salvajismo, sin importar cuanto código desarrollaran para comprender tales comportamientos, con la finalidad de corregirlo.

Tras un tiempo récord de 450 milisegundos, el sistema de transacciones in silico volvió a la normalidad, asegurando su persistencia, y los seres humanos continuaban actuando como desde hace siglos.

Poema – ¿Cuánto vale? – Mikeas Sánchez.

Los amos de la barbarie nos dicen:

Te ofrezco tu cuenta millonaria

a cambio de tu cielo azul,

te construyo un hermoso supermercado

a cambio de tus montañas.

Un millón de dólares

por la sonrisa de tus hijos

que corren bajo la lluvia.

Los Mokayas nos reímos de su ignorancia,

hasta los niños más pequeños

saben que se convierten en boñiga

cruzando la línea de Tzuan’.

Los Mokayas les preguntamos a ustedes,

amos de la decadencia.

¿Una cuenta millonaria

será suficiente para devolverle la alegría a nuestros muertos?

¿Con cuánto dinero alcanzará

para limpiar el alma de la tristeza?

Reseña – El Nombre del Viento – Patrick Rothfuss

Este es mi primer acercamiento a la literatura de fantasía, y de una vez les adelanto la conclusión, fue bastante grata la experiencia.

Es la primera parte de una saga, que cuenta la historia de Kovthe, nuestro héroe, una especie de mago superdotado pero roto, algo así como novela negra en la tierra de la fantasía. La historia tiene amplios tintes Quijotescos, movidos por el deseo de saber por qué matan a sus padres y su entorno. Aunque nunca se cuestiona su extraña e insólita supervivencia, situación que de seguro será motivo de otras ochocientas páginas en el futuro.

Pero en esta entrega nos presentan un mundo que afortunadamente requiere pocas explicaciones, y que, para los primeros lectores del género, nos facilita la migración a ese nuevo mundo.

La extensión del libro permite una buena creación y desarrollo de los personajes, así como de sus roles a lo largo de la historia.

Todo se cuenta a modo de anécdota, dado que Kovthe en el presente es inexplicablemente (hasta el momento) un posadero, y cierto secretismo hace pensar que hay una historia aún más oscura que explica tal debacle.

Así narra sus orígenes y peripecias al ingresar a la universidad, donde espera encontrar respuesta su crisis vital, solución que busca en la biblioteca, de la que es expulsado a la menor provocación, dándole un nuevo reto que afrontar.

La trama es bastante meritocrática, nos lleva por aventuras, amores y dilemas, todo siguiendo su leitmotiv.

Aunque todo ocurre en el terreno de la fantasía, el autor no abusa de este salvoconducto para justificar lo inadmisible, dejándonos así, bastante entretenidos. Incluso, si el destino así lo quiere, podría leer su secuela, aún más robusta.

Es una muy buena aproximación para los que éramos renuentes al género.

Frase robada – George Monbiot

El poder de los grupos pequeños no procede de su riqueza o de su autoridad, sino de su compromiso con la causa.

Bonus track

Todo lo escrito, salvo que se indique su autoría es ideado y escrito por Norberto Carlos Chavez Tapia, bajo la licencia de creative commons CC BY-NC-ND 4.0.
A menos que se indique lo contrario todo lo expresado en este blog/newsletter es ficción, cualquier semejanza con la realidad es una coincidencia.