De momento La vida pasa de momento De momento... Aquí todo es de momento

Yo sé bien que tengo que luchar para sobrevivir que nadie será el dueño de mi porvenir tan sólo yo puedo saber qué quiero ser y proceder

Puede ser que viva de ilusiones que yo fabriqué que tenga en los bolsillos solo arena y fe pero del aire no me puedo alimentar, y esa es la verdad

Y aquí estoy jodida por este camino que escogí pero vale la pena llegar hasta el fin...

de momento – los aslándticos *

La lluvia ha mojado todo el confeti. Los globos se deshinchan desparramados por la calle, la pista de baile se mancha de barro y las palabras que volaban en el aire caen al suelo por su propio peso. Puedo ver cómo se hunden en los charcos.

Vuelve a ser octubre. Vuelvo a ver el cielo abrirse y volcarse en cascada. Se inundan los caminos y el agua corre como la sangre de una herida que no se cierra. ¿Todavía estamos así? Sí, todavía. Todavía. No se puede ir a mi pueblo en tren. No tengo trabajo. No llueve tanto como el año pasado, y, de todas formas, aunque lo hiciera vamos sobre aviso. Cierran los parques a tiempo. Tenemos miedo.

Esta vez no he salido corriendo del evento que se celebra en octubre. No he llorado en el metro. No he querido morirme (sólo un rato, dos días después. Como la resaca de una droga sintética). Puedo considerarlo un triunfo en sí mismo, o eso le diré a mi psicóloga la semana que viene y ella lo confirmará. Pero la fecha que cuelga sobre mi cabeza, afilada e indefinida, sigue amenazando la paz y amarga la dulce sensación de victoria.

¿Cuándo? ¿Cuánto? ¿Cuándo dejo de intentarlo? ¿Cuánto es demasiado tiempo? Evito hacerme estas preguntas, las sorteo como escollos en un mar en el que me ahogo, porque tengo que seguir nadando, seguir, seguir hacia adelante, el único camino es hacia adelante. ¿Hasta cuándo? No se sabe. De momento.