Elemental
Siguiendo con las películas que voy viendo, justo antes de las campanadas, nos pusimos a ver Elemental en Disney Plus. Las películas de animación son otra de mis debilidades, tanto las de Disney como las del resto (incluyendo, claro, las de anime). En esta ocasión, se nos presenta desde el principio una ciudad donde hay una clara discriminación hacia uno de los elementos, el Fuego (que es un tipo de persona, ya que estamos en un mundo donde los elementos están antropomorfizados y cada uno tiene su propio país del que alejarse hacia la Ciudad de los Elementos). Además, está claro que estamos ante un elemento discriminado porque ni siquiera entra dentro de la historia de la ciudad, que solo tiene tres oleadas de inmigración, una por cada uno de los elementos (Agua, Viento y Tierra), pero justo nos presentan la llegada del primer Fuego, el padre de la protagonista, con todos los microrracismos que podemos esperar, como por ejemplo, cambiarle el nombre a algo que pueda pronunciarse en el idioma de la ciudad. Un tema interesante es cómo muestran el racismo por parte del padre frente a los distintos racismos a los que se enfrenta la protagonista. Por un lado, tienes al padre intentando mantener sus costumbres, luchando contra un agua que intenta disminuir y acomodar o asimilar las características. Jóvenes que van usando su agua para incordiar y destruir cosas en la tienda. Al ser el agua los primeros en llegar a la ciudad, toda ella está preparada para ellos más que para el resto. Me parece una forma muy interesante de ver cómo las decisiones arquitectónicas dejan fuera a buena parte de la sociedad. Es cierto que se trata de una película infantil, que tiene un final almibarado, donde se superan las diferencias sin muchos problemas, más allá de alejarse de uno de los focos. Además, todo el mundo ve bien la unión entre distintos elementos una vez los protagonistas empiezan a estar juntos. Sin embargo, hasta ese momento nadie se lo había planteado (bueno, excepto el niño Tierra salido que busca a la protagonista). Y me parece superingenuo pensar que en una sociedad así nadie les va a mirar raro, pero al mismo tiempo me parece muy adecuado que no se muestre eso, que se centren en la parte interna de la pareja y de cómo superar sus diferencias. Y, por supuesto, hay un detalle muy interesante para la educación de los niños que es buscar de dónde viene realmente el enfado cuando llegas al límite, porque la protagonista descubre, gracias a la ayuda del Agua más unido a sus emociones, que los enfados tienen que ver con su situación personal más que con lo que pase fuera. Esto es cierto a veces, que tenemos algo que nos quema por dentro y acabamos pagándolo con los demás en vez de ver si podemos solucionar la causa central. Otras veces el enfado viene completamente de fuera (y hubiera estado muy bien que también hubiesen validado esa situación). El mayor pero que tiene la película es que no se vieron capaces de llegar a buen término sin incumplir todo su worldbuilding previo. Necesitaron romper las leyes de la física, cuando hasta ese momento se mantenían perfectamente dentro de lo creíble, para llegar a un par de escenas increíbles, que no sirvieron nada más que para demostrar lo bonito que era el escenario que presentaban. Que no quita para que sea interesante y para que sea bonita y tal, pero oye, quizá, quizá, si estás consiguiendo mantener todo el mundo coherente, no lo abandones por cuatro minutos de mierda. Por otro lado, en cuanto al arte que han creado, tengo que decir que la ciudad es una auténtica maravilla, y el deporte centrado solo en los elementales de aire es una pasada de ver. Cada elemento se ve perfectamente diseñado y todos tienen algún detalle significativo que te permite apreciarles más. Uno de los detalles más graciosos de ver en versión original las películas en los medios de streaming actuales es que no te ponen el video original, sino la versión “doblada”, así, mientras te dicen en inglés “That's Ember's Fireplace”, en lo que estás viendo escrito pone claramente “El hogar de Candela”. En el fondo, no deja de ser otra disonancia pequeñita que indica lo poco preparado que está realmente el streaming para mantener todas las versiones de un producto audiovisual. A mí, personalmente, no me afecta, pero puedo imaginarme un montón de situaciones donde este cambio sí que les puede incomodar o incluso situar mal. Sobre todo si hablamos de doblaje a lenguas cooficiales dentro de España, que, supongo, tendrán también el video en castellano mientras que el audio sera doblado. Bueno, para no hablar sin saber he ido a comprobarlo. Solo está doblado a catalán y sin subtítulos. Las imágenes siguen en castellano. Así, sin querer, dan otra muestra de una microagresión. Tonta, sí, a ojos de los que no la sufren, pero que ahí está, incordiando a cualquiera que tenga un poco de sensibilidad. En cuanto a si merece la pena verla, pues la verdad es que sí. Me parece una buena película para pasar una tarde entretenida, con el suficiente jugo social y emocional como para que toque la fibra a los adultos y lo suficientemente bonita para que la mayoría de los niños lo flipen mucho. La trama quizá no me parece infantil, más bien un tanto juvenil, de esta que se disfruta entre los 13-15 años. Y ahora, las etiquetas. #EscrituraCreativa #Películas #animación #disney #Pixar #microrracismos
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