Planificación y Reflexión

El último día del año es un momento de posibilidades que me encanta. Repasar el año que termina: acordarme de los ratos buenos con las personas que ya no están, y de momentos entrañables, y de otros difíciles. Pensar en lo que quiero experimentar durante el próximo año y qué actividades me ayudarán a ello. Y después se va acercando la medianoche y yo me voy poniendo nerviosa y empiezan a suceder cosas irritantes y se acaba la magia y me da miedo estar haciéndolo todo mal para comenzar el año.

Al día siguiente, con el comienzo del año nuevo pienso en seguir dando pasos hacia lo que sea que me interesa en ese momento.

Planifico y reflexiono cada día, cada semana y después de cada parada vacacional. Resumo lo que hago a continuación. Llevo un cuaderno tipo “Bullet journal” o bujo por acortar, en el que anoto eventos, tareas y tomo notas; y acabo de empezar con una agenda chiquitita para probar a bloquear mi jornada laboral con papel y lápiz en lugar de utilizar un calendario digital. Esta idea la he sacado de Cal Newport. Las preguntas que me hago son básicamente las que planteaba Marina Díaz en su curso “Bullet journal Power”.

Cada día

Reflexión y planificación al final de la jornada laboral

En unos dos minutos, repaso en qué he trabajado, si queda algo pendiente y escribo en mis cuadernos las reuniones que tengo al día siguiente y las dos o tres tareas prioritarias en las que me voy a centrar al día siguiente.

Repaso de cómo se presenta el día, al comienzo de la jornada laboral

En unos dos minutos, repaso lo que me toca hoy y pienso cómo voy a empezar y cómo voy a evitar distracciones.

Bloques de trabajo durante la jornada laboral y seguimiento diario

Este año, me he comprado una agenda más pequeña que la palma de mi mano y estoy probando a escribir a lapicero qué quiero hacer durante mis horas de trabajo y con tinta, las reuniones que necesito atender. A medida que pasan las horas voy trazando con tinta lo que he hecho.

Llevo poco más de una semana probando esto, y por ahora me parece sencillo hacer el seguimiento. La utilidad de esto es saber qué ha pasado realmente y cuanto difiere de lo que había planeado. Esto incluye apuntar las horas de levantarme y acostarme, si me he movido y cómo, y los pequeños detalles que me parecen relevantes.

Cada semana

Normalmente los domingos saco un rato, entre 10 y 30 minutos, y me hago las siguientes preguntas en papel:

  1. ¿Cómo ha ido la semana? Repaso de las prioridades semanales, lo que he conseguido y las dificultades con las que me he encontrado.
  2. ¿Qué has aprendido y cómo lo puedes incorporar?
  3. ¿En qué temas (<8) te quieres centrar la semana que viene?
  4. ¿Qué prioridades (<6) tienes para la próxima semana? Para contestar a esta pregunta, refino los temas que hayan salido de la pregunta anterior preguntándome ¿por qué esta prioridad?, ¿cuándo y cómo voy a cumplirla?.

Cada parada vacacional

En lugar de hacer revisiones trimestrales, me parece más natural utilizar las tres paradas vacacionales que tengo al año (Navidades, Semana Santa y Verano) para hacer una revisión más profunda. Así que tres veces al año hago una valoración de dónde estoy y qué quiero y me propongo metas y hábitos acordes con mis valores de ese momento. Tardo entre 20min y una hora en contestarme en papel las siguientes preguntas:

  1. ¿Cómo han ido los últimos meses en general?
  2. ¿Qué te hace sentir orgullo? ¿Qué has logrado?
  3. ¿Dónde me he quedado corta o las cosas han ido mal? Contesta con compasión.
  4. ¿Qué emociones positivas y placenteras has experimentado?
  5. ¿Qué emociones difíciles e incómodas has vivido?
  6. ¿Qué te gustaría haber hecho de otra forma?
  7. Novela en un párrafo con título los últimos meses.
  8. ¿Qué te gustaría experimentar más durante los próximos meses?
  9. ¿Qué título querrías para el siguiente capítulo?
  10. ¿Qué objetivos (<8) crees que te van a acercar a eso?

Refina los objetivos


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