Es curioso como el tener un diagnóstico, el mero hecho de ponerle nombre a algo que te pasa, puede ayudar tanto a reorganizar nuestra vida. No voy a hablar todavía sobre las altas capacidades porque es un tema largo, denso y tortuoso. Pero si voy a ir tratando alguna cosa que me ha atormentado la vida desde pequeño y, curiosamente, la gente tiende a pensar que es algo positivo.

Un rasgo característico es que nos interesa todo, y todo es TODO. Incluso me atrevería a decir que más que interesar es apasionar. Esto se traduce en que al llegar a la etapa adulta somos enciclopedias con patas lo cual, además, acarrea problemas sociales.

Por regla general la gente dice que eso es algo maravilloso, somos personas inquietas, interesantes, estamos leyendo o informándonos constantemente y oye, así no perdemos el tiempo viendo la tele. Un matiz importante es que nosotros no decidimos lo que nos resulta interesante y, menos aún, cuando lo va a hacer.

Pongamos como ejemplo que eres joven y estás en época de exámenes. Estás súper motivado y preparado para estudiar como nunca… y aparece algún dato sobre algo que desconocías ya sea en una conversación, entre lo que estás estudiando, en la radio…. Y dices anda, pero esto como puede ser. De tu cerebro ya se ha borrado el examen, eso es aburrido. Esto que acabo de descubrir es nuevo, interesante…. Y en unos días o semana ya eres todo un experto en algo que no te sirve de nada, no le importa a nadie salvo a ti y has suspendido el examen.

Esas son las consecuencias en la etapa infantil claro. Pero cuanto mayor eres, mayores son las consecuencias. No se trata tan solo del interés, sino del grado de perfección. En general todas las cosas que hacemos porque nos interesa hacerlas se nos dan muy bien, imagino que por la capacidad de observación y concentración en esos escasos intervalos de tiempo. Por lo tanto en poco tiempo asimilamos muchísima más información que el resto de personas lo cual genera que con poco tiempo nuestro desempeño sea superior a la media. Aquí comienzan los comentarios de «oye pero qué bien se te da esto»… lo cual nos genera frustración porque nuestro nivel de exigencia es muy superior. Es decir, si yo me interesó por la escultura quiero competir con Miguel Angel, no con mi vecino… por lo tanto, como es lógico, te genera frustración por una exigencia que no te ha impuesto nadie salvo tú mismo. Os parecerá una chorrada, pero quema y frustra.

Además las cosas se acumulan, las tareas, los intereses y por lo tanto las frustraciones.

Al recibir el diagnóstico y explicarme este rasgo de mi forma de ser comprendí muchas cosas, me di cuenta de todos los proyectos que había comentado y los pocos que había terminado. Algo que, por cierto, la gente luego te echa en cara para atacarte. «Es que siempre estás empezando cosas y nunca las terminas» Como si no lo supiese, como si no recordase todas y cada una de ellas y me atormentasen por no haber sido capaz de hacerlo. Pero oye, gracias por ahondar en la herida eh.

Para que os hagáis una idea, a día de hoy que soy consciente de esto y me esfuerzo mucho en llevar adelante pocos proyectos que, además, intento que estén conectados los unos con los otros para que si me satura uno pueda pasarme a otro y que el proyecto general siga avanzado estoy con:

Y para relajarme cuando me siento estresado estoy en un Clan competitivo de Clash Royale en el Top Mundial compitiendo.

Eso, por supuesto, sumado a mi trabajo de 40 horas semanales, la familia y que intento hacer deporte cuatro días por semana. Y esta es la época en la que menos frentes tengo abiertos.

También es cierto que cuando conseguimos centrarnos en algo durante un largo periodo de tiempo es increíble lo que podemos alcanzar.

Hace unos años me obsesioné con la nutrición y el deporte para perder peso y competir en una carrera Spartan y lo logré, jamás he estado en tan buena forma con tal cantidad de músculo y baja grasa. A ver si ahora puedo repetirlo.

O unos años más tarde cuando me forme junto a mi mujer en sonido. Estuve dos años en los que cada minuto de mi tiempo libre lo dedicaba a estudiar equipos, cableados, software, acústica….

Lo que estoy logrando ahora, poder reducir el número de proyectos y centrarme en ellos es gracias al diagnóstico. Yo sabía que tenía ese problema, que empezaba mucho y no terminaba nada. Era consciente y sabía que tenía que reducir el número de proyectos…. Pero no podía hacerlo. No tomo medicación, lo hice una temporada y fue mucho peor el remedio que la enfermedad… Es ponerle un nombre a las cosas y ser capaz, entonces, de luchar contra ellas.