Algo que pensaba que ya había hecho, pero resulta que no es contar el largo y tedioso proceso con el que llegué a mi diagnóstico final. Todo ello por supuesto, por pura casualidad.

Todo comenzó con mi hijo y su diagnóstico en el instituto de que tenía déficit de atención. A lo cual les estamos muy agradecidos por darse cuenta, pero no hicieron nada al respecto ni implementaron ningún tipo de ayuda porque «hay alumnos mucho peores» y que cada uno lo coja como quiera... En fin, con ese diagnóstico comenzó un largo proceso de sicólogos, siquiatras, pruebas, un medicamento que le provocó tics muy bestias que ocasionaron que incluso dejase de ir al instituto... Un calvario vamos.

Eso sirvió para descubrir, entre otras cosas, que este tipo de trastornos son hereditarios y los síntomas encajaban a la perfección conmigo... Ese y muchos otros todo hay que decirlo. Con eso solicité cita en el médico de cabecera para pedirle que me derivaran a la siquiatría de la seguridad social. Le expuse mi caso, mis sospechas y tras numerosos cuestionarios y pruebas todo terminó con un.... Mira, tú ya eres adulto y has sabido formar una familia, tener un trabajo estable... Por lo tanto has sabido adaptarte, no hay nada para el déficit de atención, tan solo herramientas y tú las has conseguido por tí mismo. Está esta medicación, si tu notas mejora pues ya está, perfecto si no notas ningún cambio no hay nada más, ningún otro medicamento.

Lo cierto es que fue como magia, con esas pastillas estaba muy relajado, podía concentrarme durante una tarde entera en un solo proyecto y no me levantaba de la silla. Era un super poder, algo que nunca antes había experimentado. Luego llegó la pesadilla, en situación de reposo DURMIENDO tenía más de cien pulsaciones por minuto. Información de la próstata, dolor muscular.... Desde que dejé de tomar la medicación hasta que mi frecuencia cardíaca volvió a unos valores normales necesité seis meses. Seis meses DESPUÉS de dejar de tomar la medicación.

En ese aspecto el siquiatra tampoco me ofrecía más opciones recordemos que el es un médico, si no tiene chucherías para tí no puede hacer mucho más. Así que me busqué un sicólogo sanitario, remarco lo de sanitario porque son los que pueden emitir un diagnóstico y es lo que yo buscaba, un diagnóstico.

En este período a mi hijo le habían cambiado el diagnóstico, ya no creían que tuviese déficit de atención sino Asperger.... Algo que yo siempre había sospechado que tenía yo mismo, así que con toda esa información, la prueba previa con el siquiatra y demás acudí a un sicólogo a contarle mi caso, lo que me ocurría y mis sospechas.

En la primera sesión el sicólogo ya me dijo que yo no tenía déficit de atención ni Asperger sino altas capacidades. Lo cual, debo admitir, me dejó patidifuso porque es algo que jamás había pensado tener. Me explicó el proceso para diagnosticarlo, las pruebas, los rasgos de personalidad.... Y como es lógico acepté. Las pruebas duraron casi dos meses, sesiones largas de una hora cada una, varias pruebas... Para confirmar lo que me dijo el primer día el sicólogo. Aquí tampoco hay nada que hacer, no hay medicinas, no es una enfermedad ni una bendición ni una maldición. Es tan solo saber como eres y porque eres así. Que te mueve, que te impulsa, las necesidades de tener retos sicológicos la auto exigencia. Es poner un nombre a porque no eres como el resto. Nada más... y aprender a convivir con ello y controlarlo para que no acabe contigo.

En la época actual, con el exceso de información, de entretenimiento, de estímulos, tener internet a todas partes es muy fácil creer que se tiene déficit de atención, asperger, altas capacidades o haber sido abducido. Y las posibilidades reales de tener cualquier cosa de estas es mínima. Repito, mínima.

En primer lugar si alguno de tus padres no tiene déficit de atención tienes un 99% de probabilidades de que tu NÓ lo tengas.

Estos temas son serios, muy serios. Si alguien tiene alguna sospecha de tenerlo la única solución es ir a un profesional. Y en cualquier caso, da igual que no te lo diagnostiquen. Lo importante es que tú sepas como eres y que el problema lo tienes tú, no el resto del mundo. No se trata de cambiar, sino de ser consciente y adaptarse al entorno en el que nos ha tocado vivir. El mundo no va a cambiar por nosotros.