Bien sabes que es cierto

🍼 Hoy hemos hecho sólo ejercicios y creo que este me ha quedado simpático. Teníamos varias pautas.
Las mías:
– La narradora es la vecina. – Primera y tercera persona del singular. – Tienen que aparecer estos elementos: – Botón de concha – Cuna – Hospital

Yo me alegro infinito por ella, Dios sabe que es cierto, pero vaya suerte la mía que de vivir abajo ha pasado a parir en el hospital de enfrente, y no sólo “enfrente”, sino que su habitación da a la mía. Y sé de segunda o tercera mano, más bien segunda, ya que la veo por la ventana, que todo ha ido bien. Y puedo “disfrutar” de su alegría, desde cierta distancia, cuando van y cuando vienen las visitas, cuando van y vienen las sonrisas, los abrazos, incluso en los tiempos muertos en los que veo cómo descansa. Ahora, de lo que no me alegro, Dios mío, esto también lo sabes, es de los pulmones que le has dado a la criatura. Y eso sólo lo has podido hacer tú, que todo lo puedes. Y ya podrías no haber podido tanto. Llevo años soportando sus gritos, los de la madre: gritando a la tele, gritando por teléfono, gritando a su pareja, gritando con su pareja y, ahora, los gritos y llantos de su criatura. Parece como si me persiguiera desde esa cuna. Qué pulmones tiene. Bueno, qué pulmones le diste. Te quedarías a gusto. Yo, cada vez que me desvela o alarma me agarro del botón ese conmemorativo de la iglesia. Me agarro fuerte para que tú también la oigas, porque vaya pulmones le has dado.

Escrito por un tuerto, no por una IA